Este jueves se realizó en el Museo de Antropología una charla organizada por los y las 27 estudiantes procesados por el juez federal Vaca Narvaja.
Viernes 1ro de noviembre de 2019 09:09
Fotos: Ibrahim Jara
Este jueves se realizó en el Museo de Antropología de la ciudad de Córdoba la charla-debate “De la Reforma al Procesamiento. Reflexiones sobre la toma del Pabellón Argentina en 2018”.
La misma fue organizada por los y las 27 estudiantes que se encuentran procesados por el juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja por la toma del Pabellón Argentina en septiembre del año pasado y por integrantes de la Asamblea Interfacultades. El delito por el que se los procesó es “usurpación por despojo”, un delito excarcelable con una pena de entre seis meses y tres años de prisión.
La toma del Pabellón se dio en el marco de una lucha que comenzó con un paro de los docentes universitarios de todo el país por reclamos salariales y se extendió luego al movimiento estudiantil, que levantó sus propias demandas a las autoridades universitarias. Miles de estudiantes universitarios protagonizaron asambleas multitudinarias, clases públicas, movilizaciones masivas y tomas de facultades en las principales ciudades del país. En ese proceso se unieron también a distintas luchas de trabajadores, como fue el caso de Luz y Fuerza en Córdoba o el Astillero Río Santiago en La Plata. Las autoridades universitarias, con la complicidad de las agrupaciones estudiantiles que les responden, respondieron en varios casos con represión policial y patotas para intentar desalojar las tomas.
Antes de iniciar la charla, se proyectó el documental Pabellón tomado, del equipo audiovisual Enfant Terrible. En el Museo se había dispuesto además una muestra gráfica sobre la temática.
Flavia Dezzutto, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, inició su presentación recordando que la modalidad de toma como protesta estudiantil “es tan antigua como la Universidad”. Planteó además que el proceso de lucha del año pasado puso en cuestión distintos elementos que quedaron truncos desde la Reforma de 1918, como el cogobierno, el ingreso irrestricto, la autonomía universitaria y el carácter público de la educación.
La docente señaló que “el procesamiento de quienes estuvieron en la toma del Pabellón Argentina puso en escena la cuestión de la propiedad y la apropiación de la Universidad. Los medios de comunicación hegemónicos y el fallo del juez Vaca Narvaja señalan que un grupo de personas se estaba apropiando de algo que no les correspondía y por lo tanto debían ser castigados. En todos los conflictos universitarios que hubo desde la vuelta de la democracia nunca se produjo un hecho así”.
Finalmente, cuestionó a Vaca Narvaja porque en su fallo expresa “el punto de vista del amo”. “En esas 40 páginas se cita al vicerrector, al presidente de la Federación Universitaria de Córdoba, al dueño del bar que está en el Pabellón, etc. Se dice que los jueces hablan por sus sentencias, el tema es quién habla acá. Hablan quienes se creen dueños de la Universidad”.
A continuación, la historiadora Victoria Chabrando trazó una breve genealogía de las luchas estudiantiles en el país, desde la Reforma Universitaria, las resistencias a las distintas dictaduras y las luchas que se han dado desde la vuelta de la democracia. “Tenemos que pensar además los usos históricos de dichos acontecimientos históricos”, agregó. “La Reforma del 18 o las tomas que se dieron en 1984 durante la normalización universitaria, por ejemplo, no fueron acontecimientos que se dieron sin conflicto, hubo procesos de confrontación violentos. Hay una mirada muy lavada de ciertos procesos históricos y lleva a pensar que la movilización social se debe dar sin conflicto”.
La abogada Victoria Siloff, integrante del equipo de defensa de los y las estudiantes, analizó en detalle los distintos errores de análisis que tiene el auto de procesamiento del juez, que lo hacen inviable jurídicamente. Explicó de esta manera que el juez pasó por alto muchísimos elementos de la ley para justificar el procesamiento y que al analizar cada uno de ellos, se puede determinar que no hay delito alguno. “Pero, en definitiva, de ninguna manera un mecanismo de protesta puede configurarse en un delito, por más que haya alguna norma bajo la cual se pueda encuadrar. Porque sería despojar el hecho de todo contenido político, de todo contenido social. Y ahí el juez no actuaría como juez, sino como un técnico del derecho que desconoce la historia, la cultura, la realidad política del país y eso no lo podemos permitir. En esta causa lo que está en juego es el derecho a la protesta, porque sus consecuencias afectan a todos los que estamos en lucha continuamente”.
Mauro Jorge, estudiante de cine procesado en la causa y militante de la Juventud del PTS, manifestó a La Izquierda Diario que “este caso es muy grave y amerita que todos los sectores que defienden las libertades democráticas elementales se pronuncien a favor del desprocesamiento de los y las estudiantes y contra la criminalización de la protesta social, que es el modo de defender derechos y conquistar otros. La judicialización de las luchas ha sido una política del Estado y los distintos gobiernos y esta persecución llega en un momento que las políticas del FMI generan un repudio y movilizaciones en América Latina. En Argentina, el pacto con el FMI provocó un aumento de la pobreza y de la precarización de la vida que se van a profundizar. Pero el movimiento estudiantil no se olvida con qué métodos defendió la educación pública: con asambleas, movilizaciones y unidad con los trabajadores, como fue el caso de Luz y Fuerza y Molinos Minetti. Ese es el camino a profundizar para los momentos que se vienen”.