Pyongyang mostró el jueves 42 imágenes del nuevo misil de largo alcance lanzado el martes que podría llegar a objetivos en EEUU. La administración Trump, junto a Japón y Corea del Sur, busca más imponer sanciones y agita el fantasma de la guerra.
Viernes 1ro de diciembre de 2017
Todo indica que el misil intercontinental (ICBM) Hwasong-15 probado exitosamente el martes es un modelo más grande y mejor diseñado que muestra los avances armamentísticos del régimen. Las imágenes muestran un proyectil de punta más redondeada y mayores dimensiones con respecto al primer ICBM probado con éxito en julio, el Hwasong-14.
Kim Jong-un frente al nuevo misil intercontinental norcoreano
El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) apoya esta tesis basándose en "claras diferencias, como la forma de la carga útil (la punta), el ensamblado entre la dos fases del misil o el tamaño", según detalló a la agencia Efe un portavoz del Ministerio de Defensa.
El nuevo diseño de la punta podría responder al desarrollo de un nuevo vehículo que permita la reentrada en la atmósfera sin desintegrarse con una unidad de impulso adicional e incluso orientado a transportar en el futuro más de una cabeza nuclear.
Imágenes del lanzamiento difundidas este jueves
El gran diámetro del Hwasong-15 también ha llamado la atención de la comunidad de analistas, que creen que vendría dado por un cambio de motores y por una serie de inyectores añadidos con respecto al Hwasong-14.
Todo ello habría hecho posible el mayor impulso del misil, que voló 950 kilómetros y alcanzó un apogeo de 4.475 kilómetros -la máxima altura jamás alcanzada por un proyectil norcoreano- antes de caer al Mar de Japón.
Corea del Norte dijo que el misil puede portar una cabeza atómica grande y alcanzar todo EEUU, y muchos creen que de haberse disparado con un ángulo más cerrado podría en efecto haber recorrido más de 13.000 kilómetros y llegar a la Costa Este donde se asientan ciudades clave como Nueva York o Washington.
El Hwasong-15 minutos antes de ser disparado
Aún así, los analistas dudan que el Hwasong-15 logre alcanzar esa distancia si se le equipa de verdad un arma nuclear, ya que se cree que Pyongyang aún no desarrolla cabezas suficientemente livianas.
También se duda de que el vehículo que porta las cargas explosivas sobreviva a la reentrada atmosférica sin desintegrarse en el aire, como establece un análisis publicado hoy por la web especializada 38North.
La misma web advierte sin embargo de que los progresos mostrados por el Hwasong-15 refrendan la tesis ya existente de sus especialistas: a Pyongyang le queda en torno un año para tener un ICBM viable para atacar la Costa Oeste de EEUU.
EEUU y sus aliados presionan amenazadoramente
El lanzamiento ha desatado una condena unánime a nivel mundial. Washington, Seúl y Tokio están presionando todo lo que pueden para la aplicación de nuevas sanciones sobre el régimen de Kim Jong-un. En ese camino, el presidente estadounidense, Donald Trump, acordó el jueves con su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, que es necesario "forzar" a Corea del Norte a "regresar al camino de la desnuclearización a cualquier costo".
El miércoles durante la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU la embajadora estadounidense ante el organismo, Nikki Haley, había considerado que Kim Jong-un tomó "una decisión que acerca al mundo a una guerra, no lo aleja". Siguiendo la línea belicista y prepotente de Trump, Haley avisó que, aunque Washington sigue buscando una solución diplomática a la crisis, el régimen norcoreano será "totalmente destruido" si se desata una guerra.
Las constantes amenazas mutuas, las pruebas de misiles y de una bomba nuclear por parte de Corea del Norte y los ejercicios militares conjuntos más grandes en décadas de Corea del Sur y EEUU, han contribuido a disparar la tensión hasta niveles inéditos desde la Guerra de Corea (1950-1953).
Luego del lanzamiento del martes, Trump aseguró que se impondrían nuevas sanciones al régimen norcoreano desde el Consejo de Seguridad de la ONU y pidió a la comunidad internacional que rompa relaciones con Corea del Norte mientras que llamó a China, el mayor aliado de Corea del Norte, a que le corte el suministro de petróleo.
Rusia y China mantienen oposición a la política de Trump
A través de su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, Rusia expresó el jueves su rechazo a aumentar las sanciones. "Nuestra actitud frente a esto (el llamamiento de EEUU) es negativa. En más de una ocasión hemos recalcado que la presión mediante sanciones es una vía prácticamente agotada", señaló en la ciudad de Minsk, citado por medios rusos.
Agregó que las resoluciones de la ONU con sanciones a Corea del Norte contienen la demanda de reanudar el proceso negociador, "exigencia de la que hace caso omiso la parte estadounidense". "Considero que es un gran error", sentenció.
Pero Lavrov fue aún más lejos y dijo que las últimas acciones de EEUU "parecen apuntar conscientemente a provocar a Pyongyang para que dé pasos bruscos". "Da la impresión de que se hace todo para que Kim Jong-un pierda los papeles y se lance a una nueva aventura", conjeturó, tras lo cual subrayó que Estados Unidos debe explicar cuál es su objetivo en la crisis coreana.
"Si lo que buscan es un pretexto para destruir Corea del Norte, como declaró la representante de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU, que lo digan abiertamente y que lo ratifique el Gobierno estadounidense. Entonces decidiremos cómo reaccionar", remató.
China, por su parte eludió confirmar si cortará el suministro de petróleo a Corea del Norte tal como le solicitó el miércoles Donald Trump a su homólogo chino, Xi Jinping. "Siempre hemos dicho que las resoluciones (del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) deben ser implementadas", señaló este jueves en la rueda de prensa el portavoz de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, ante la prensa.
Geng afirmó que su país está "comprometido" con la desnuclearización de la península coreana y con una "resolución pacífica" de la crisis nuclear. El portavoz chino también reiteró, como ha venido haciendo en los últimos días, que la vía militar "no es una opción" y que espera que las partes implicadas puedan solucionar el conflicto "a través del diálogo y la negociación".
Esta postura generó la crítica de Trump al enviado especial que China mandó este mes a Corea del Norte. El estadounidense consideró que "el enviado especial de China, que acaba de volver de Corea del Norte, parece no haber tenido ningún impacto en el pequeño hombre cohete”.
El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, contradijo poco después a Trump, al asegurar a los periodistas que él considera que "los chinos están haciendo mucho" ante las amenazas norcoreanas. "Sí que pensamos que podrían hacer más respecto al petróleo, y les estamos pidiendo que por favor restrinjan parte de su suministro de petróleo, sin cortarlo del todo. Esa fue la herramienta más efectiva la última vez que los norcoreanos se sentaron a negociar", dijo Tillerson a periodistas en Washington.
No obstante, el secretario de Estado parece estar perdiendo peso en la Administración de Trump, y hay fuertes especulaciones de que Trump planea reemplazarlo en las próximas semanas por el director de la CIA, Mike Pompeo.