A más de un año del primer caso positivo de coronavirus en Chile, la crisis sanitaria continúa exacerbándose y profundizándose, alertando a distintos gremios médicos y de la salud, específicamente por la situación de colapso y falta de camas críticas, que se vive en los hospitales públicos a lo largo del país. Mientras Piñera utiliza el plan de vacunación masiva como su “caballito de batalla” ante la crisis política del Gobierno y restringe con toques de queda y cuarentenas para algunos, el sistema de salud pública está por el suelo.
Viernes 12 de marzo de 2021
El día de ayer durante un nuevo reporte de la situación de la pandemia en Chile, se dieron a conocer cifras que vuelven a evidenciar un aumento sostenido de casos y contagios, con un aumento constante en la velocidad de propagación del virus en lugares cerrados, propiciando la probabilidad de contagio. Es así que se dieron a conocer 5.566 casos nuevos en las últimas 24 horas, con esto también superando la barrera de 30 mil casos activos en Chile.
En otras informaciones, el DEIS evidenció el fallecimiento de 156 personas, ascendiendo el número total de fallecidos a 21.362. Además, 1.910 personas se encuentran hospitalizadas en UCI, de las cuales 1.616 se encuentran con ventilación mecánica.
Frente a esto, el Gobierno anunció un “endurecimiento” en las medidas del Plan Paso a Paso, las que incluyen, entre otras medidas, el paso a cuarentenas los fines de semana de todas las comunas de la RM, cierre de gimnasios, y adelantar el inicio del toque de queda “sanitario” a las 22 horas desde este sábado.
El día anterior al anuncio de estas medidas y cambios en el Plan Paso a Paso, distinto gremios médicos y de la salud, publicaron un comunicado para poner en alerta la compleja situación sanitaria que se vive hace ya varios meses en Chile, pero que en las últimas semanas ha experimentado una exacerbación importante y a la vez preocupante. Entre otras afirmaciones de dicho comunicado, se destaca que, en primer lugar, se da a conocer la real situación de los hospitales y sus respectivas unidades de urgencia. Y es que a nivel nacional, actualmente se presenta más de un 94% de ocupación de camas para pacientes críticos.
En la Región de Antofagasta, una de las más afectadas por la crisis sanitaria, las cifras de ocupación alcanzan el 97%.
En segundo lugar, plantean una crítica contra las medidas del Gobierno y del plan del MINSAL, privilegiando la apertura de lugares cerrados como cines y casinos. Y en tercer lugar se critica el plan de trazabilidad, testeo y aislamiento de contagios, medidas clave para a contención de la propagación del virus.
Y de la misma forma se informó durante la semana, que diversos medios reconocieron a Chile como uno de los países que más ha vacunado, superando las 4.6 millones de personas vacunadas con la primera dosis, siendo un 23,73% de la población total. Del total de vacunados más de 2.7 millones son personas mayores de 60 años.
Con todos estos antecedentes, resulta imposible negar la realidad de la situación sanitaria en Chile, una profunda crisis sanitaria que devela un sistema de salud pública debilitado, con falta de recursos y presupuesto desde momentos previos a la pandemia. Que con el desarrollo de esta, solo vino a recalcar aún más dicha crisis, que hoy por hoy tienen que pagar las y los trabajadores de la salud, la primera línea contra el contagio, quienes llevan más de un año luchando contra el coronavirus; pero que, además, deben lidiar con la falta de recursos, insumos básicos, camas críticas y ventilación mecánica invasiva y no invasiva en los primeros meses de la pandemia; y las y los usuarios de la red asistencial publica, incluso teniendo que pagar la crisis con sus vidas.
La situación crítica actual que nos encontramos tiene causas y responsables claros. Mientras el Gobierno de los empresarios de Sebastián Piñera toma como un estandarte político, por sobre lo sanitario, el plan de vacunación masiva, divulgando su “total” éxito, sabiendo que muchos pacientes con enfermedades crónicas tuvieron que esperar a vacunarse, puesto que las prioridades de Piñera se pusieron una vez más por sobre las de la clase trabajadora y el pueblo, vacunando miles de carabineros y militares; la ocupación de camas críticas en los hospitales de la red están en niveles rojos hace muchas semanas. Mientras el Gobierno utiliza las medidas “sanitarias” como el toque de queda que ya está por cumplir un año en vigencia y que no ha demostrado en absoluto su efectividad en la disminución de casos, mientras de día continúan las actividades laborales o de producción, como por ejemplo en la región minera de Antofagasta, donde se contrapone la situación de la pandemia versus el precio del cobre, el cual ha aumentado a momentos históricos de alza. Hemos sido testigos que el continuo funcionamiento y circulación de las actividades de la minería en la región, son la principal causa de la crisis sanitaria que afecta a la ciudad de Antofagasta principalmente.
Piñera y sus ministros, como Paris, o en su tiempo Mañalich, son responsables de esta crítica situación. Se encargan de restringir las libertades individuales en el nombre de la pandemia, pero que demuestran un interés especialmente represivo a la población, en especial por la crisis política del gobierno y de Piñera, desde la rebelión de octubre 2019. Las medidas ineficientes como toques de queda, cuarentenas para algunos y exposición forzada al contagio para otros para asegurar las ganancias millonarias de los mismos de siempre, permisos de viajes a Miami (incluso en plena primera ola de contagios y fallecidos durante el 2020), un plan de trazabilidad poco serio, que no es capaz de cortar las cadenas de transmisión de personas contagiadas y contactos estrechos, utilizar el plan de vacunación como su trofeo político para estabilizar la crisis política y terminar su mandato lo más pacíficamente posible.
Todos estos temas propician a que la crisis sanitaria cada día se acentúe aún más, recayendo en un debilitado sistema de salud pública que está en el suelo, sostenido únicamente por las y los trabajadores, primera línea de la salud.