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Red Internacional
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Desastre. Corrientes sigue en llamas, mientras Valdés y Fernández buscan quedar bien parados

El gobernador radical y el presidente peronista ahora dicen que “hablan” y “coordinan acciones” tras semanas de disputa discursiva. El gobernador pide la intervención de Bolsonaro y Biden en la provincia mientras Cabandié sigue sin hacerse mucho cargo de nada.

Lunes 21 de febrero de 2022 10:06

Foto Pepe Mateos | Télam

En Corrientes, según las últimas estimaciones del INTA, ya se quemaron más de 785.000 hectáreas, lo que representa casi el 10 % del territorio provincial. Se estima que unas 20.000 hectáreas se pierden diariamente bajo el fuego que no da tregua. Los Esteros del Iberá, el segundo humedal más grande del planeta y el más importante de Argentina, que abarca entre 15.000 y 25.000 kilómetros cuadrados y es único por su altísimo grado de biodiversidad, está totalmente amenazado.

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En medio de las imágenes de bosques destruidos por las llamas y de bomberos y brigadistas trabajando a destajo para evitar pérdidas mayores, se supo que el gobernador radical Gustavo Valdés pidió ayuda al gobierno de Estados Unidos para combatir el fuego y prepara a su vez una importante asistencia económica para productores rurales que acusen haber perdido cosechas y bienes.

Como se dijo en otro artículo, beneficiar a los agroexportadores y madereros es como echar más leña al fuego, negando que las condiciones propicias para la propagación de los incendios se crean gracias a las consecuencias del extractivismo agro-forestal.

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Además, en los últimos días se recalentó la disputa entre la gobernación y la Casa Rosada, especialmente a partir de las acusaciones de Valdéz al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, quien durante semanas no hizo mención alguna al preocupante avance de los incendios en la provincia y hasta fue tildado de “miserable” por el mandatario provincial por su “falta de apoyo”.

Lo cierto es que las llamas que avanzan parecen haber asustado al régimen político de conjunto y, en las últimas horas, tanto desde la gestión radical correntina como desde el Frente de Todos buscaron bajar las tensiones y avisarle a la población que están trabajando en común contra los incendios.

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Según Clarín, el sábado Valdés habló por teléfono con Alberto Fernández. “Quedó comprometido a juntarnos y hacer una mesa de trabajo para ver cómo ayudamos a la producción”, dijo el gobernador. Según Página|12, voceros de Alberto Fernández dicen que el Presidente “habla todos los días con el gobernador de Corrientes (...) envía todos los recursos disponibles (y está) a disposición para viajar si es necesario”.

A su vez Valdés reconoció al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca Julián Domínguez por haber viajado a Corrientes. “Está en territorio correntino con el ministro de Corrientes, me parece que es productivo”, dijo sobre el funcionario de estrechísima relación con la Sociedad Rural y los “productores” del agrobusiness.

Al mismo tiempo, buscando dejar de lado los petardeos de días anteriores, el mandatario provincial dijo que habló este lunes con el ministro Cabandié. “No voy a entrar en discusión de ningún tipo en eso de ‘me pediste ayuda’, ‘no me pediste ayuda’, porque es estéril. Nosotros estamos trabajando intensamente en esto y necesitamos ayuda de todos lados”, dijo Vadés, al tiempo que agregó que “el gobierno nacional está presente, pero hoy en Corrientes están todos”.

Entre los “todos” que menciona Valdés se encuentran anda menos que Jari Bolsonaro y Joe Biden. La ayuda la pidió directamente el gobernador a los gobiernos de Brasil y Estados Unidos, ya que según él “esto es absolutamente extraordinario” y “no se puede controlar con los medios racionales que tenemos”. Y aprovechó para agradecer “a los influencers” (como Santi Maratea) y a “particulares” como el empresario Sebastián Eskenazi que “facilitó un avión”.

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En ese marco, el gobierno correntino declaró “zona de desastre ecológico y ambiental” a la provincia. Y lanzó una definición que prácticamente lo salva de cualquier culpa. “El cambio climático hoy nos está golpeando fuerte. Esperemos que la naturaleza pronto pueda llegar a compensar con lluvias lo que hoy estamos sufriendo y que nos ayude a aliviar esto que estamos pasando. Uno puede tener previsibilidad pero realmente estamos ante una catástrofe”.

Del lado de la Casa Rosada señalaron que lo que pasa en Corrientes “es una tragedia ecológica sin precedentes y no es momento de disputas sino de cooperación, esfuerzo y generosidad”, al tiempo que enviaron un “enorme reconocimiento a todos quienes están llevando adelante las tareas de lucha contra el fuego”. Y hasta dijeron que hay que “renovar el compromiso de concientizar sobre las consecuencias de la crisis del cambio climático y la necesidad de tomar todas las medidas para paliarlo”.

A esta altura de los acontecimientos, resulta insultante para la población que tanto desde Juntos por el Cambios como desde el Frente de Todos se insista en que las causas del desastre radican, esencialmente, en el “cambio climático”. Lógicamente es un factor importante en lo que hace a las altas temperaturas y la crisis hídrica. Pero son los mismos gobiernos nacionales y provinciales los que fomentan desde hace décadas la matriz extractivista que es base y sustento de desastres ambientales como éste.

Argentina está entre los diez países que más deforestan en el mundo, hecho que objetivamente elimina sumideros de carbono. Todas las gestiones de gobierno impulsan con ahínco la explotación de combustibles fósiles mediante el fracking e intentos de instalar pozos petroleros off shore en aguas ultraprofundas del mar argentino, generando nuevas fuentes de gases de efecto invernadero. Eso sí, todos los gobiernos se golpean el pecho y hablan de “concientizar” sobre el cambio climático.

Claramente los incendios que hoy arrasan Corrientes no son un mero accidente natural. Se trata de consecuencias concretas de políticas deliberadas que fomentan negocios multimillonarios basados en la expoliación de los recursos naturales, la salud y la vida de la población. Sin el objetivo expreso de enriquecer a un puñado de empresarios y mantener las cadenas que atan al país al FMI, este crimen ambiental no sería tal. Más allá de lo que digan y de cómo se peleen entre radicales y peronistas.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario