Se abrió la posibilidad de iniciar un juicio contra el presidente Otto Pérez Molina, pero la Corte Constitucional le da un respiro y otorga amparo que posibilita frenar su caída.
Sábado 20 de junio de 2015
La Corte Constitucional (CC) a través de su secretario general anunció que decidió suspender temporalmente la investigación contra el presidente Otto Pérez Molina.
El tribunal otorgó respuesta favorable al recurso de amparo presentado por la abogada del mandatario, Karen Fischer, para escuchar a “todas las partes involucradas en la investigación”, antes de decidir si Otto Pérez Molina irá a juicio o no.
Se le acusa al presidente por incumplimiento de deberes y enriquecimiento ilícito, entre otros delitos y difícilmente podría ser exculpado, pues su gobierno esta marcado por escándalos de corrupción, robo al erario, fraudes y vínculos con el narcotráfico.
Sin embargo, la resolución de la Corte debe alertar a las miles de personas, que han participado en las protestas los últimos dos meses, de que la justicia en Guatemala no está de su lado, sino al servicio de la clase dominante y hoy vela por su estabilidad.
Este amparo forma parte de una salida política planificada, donde la CC otorga un respiro a la presidencia, para fortalecer una salida institucional, en este caso las elecciones, opuestas a lo que han exigido las protestas: la renuncia de Otto Pérez
¿De qué lado está la justicia en Guatemala?
Sin la tolerancia del sistema judicial guatemalteco, no existirían decenas de actos de corrupción y vínculos del narcotráfico con políticos y funcionarios en la impunidad.
Pero esta impunidad se extiende a los miles de casos de despidos laborales, violencia a manos del crimen organizado y feminicidios, que afectan a la población, donde la justicia probadamente está contra los trabajadores, los campesinos y la juventud combativa.
Con la abogada defensora del presidente Karen Fisher, se muestra el cinismo presidencial, pues es conocida por fabricar historias “negras” a personajes que estorben a sus clientes corruptos y tomar casos como la defensa del exjefe policial Edwin Sperisen, condenado a cadena perpetua por probada ejecución sumaria de diez reos.
Pero la injusticia en el país Centroamericano se extiende a todas las causas sociales. No olvidemos que la misma Corte que hoy evita el juicio contra Otto Pérez, fue la que anuló en mayo de 2013 la sentencia histórica de 80 años de cárcel contra el genocida Ríos Montt, que hoy sigue impune.
A pesar de las protestas de decenas de miles, que trajeron la renuncia de Roxana Baldetti y los juicios a varios funcionarios de gobierno, en manos de la justicia guatemalteca no hay garantía de que la corrupción termine.
El pueblo guatemalteco puede triunfar si se lo propone
La clase política responsable de la corrupción, es la misma que se beneficia de la administración y la protección de los negocios capitalistas donde no hay diferencia entre un partido político u otro.
Por eso tanto a la Organización de Estados Americanos, como a Estados Unidos y al régimen de conjunto, les urge que esta crisis se cierre a través de elecciones e intentarán sostener en el poder al máximo al presidente con este objetivo.
Pero los trabajadores han demostrado que la fuerza de sus movilizaciones, bloqueos, discusiones políticas y organización, pueden tirar funcionarios y plantean la posibilidad de acabar con el gobierno corrupto.
Esto lo saben los empresarios y políticos en el poder, por eso el régimen se aferra a una salida institucional, para borre estas lecciones que puedan moralizar a los explotados y oprimidos en Guatemala y puedan traer nuevos triunfos. Además las protestas plantean la posibilidad de contagiar a otros países de la región, como ha comenzado a ocurrir en Honduras.
Un debate al interior del movimiento popular
Se ha instalado a través de redes sociales en cada convocatoria, la idea de que las protestas deben cumplir con “requisitos” de asistencia, entre ellos: la ausencia de banderas políticas, micrófonos, plataformas de sonido y discursos o cualquier tipo de proselitismo político.
Esto es un error, la clase dominante hace ideología las 24 horas del día, desde los medios de comunicación y sus analistas dan “alternativas” para moderar la lucha y cerrar la crisis “en los marcos institucionales”.
Mientras ellos se organizan y buscan como maniobrar la lucha para derrotarla, este movimiento no realiza asambleas, no saca conclusiones, no vota delegados democráticos y rotativos con mandato de base, no llama a los miles de trabajadores en todo el país a impulsar una huelga general indefinida hasta la caída de todo el gobierno.
Es equivocado pensar que dar la voz a la ciudadanía puede dar paso a la burocratización o al oportunismo, eso sólo lo puede garantizar la organización democrática y desde la base. Este “falso purismo” niega un hecho real: decenas de miles de personas hace varias semanas han tomado las calles con conciencia política y reflexión propia y eso es hacer política.
Es necesario que los explotados y oprimidos, los desposeídos, las mujeres, la juventud tomen la palabra, que garanticen sus formas de representación independiente de los partidos patronales y no vuelvan a callar, ni permitan que este derecho sea usurpado.
Sólo la clase trabajadora y la juventud, junto con sectores populares, pueden debatir los grandes problemas del país, la pobreza, el desempleo, la migración, la corrupción, etc. Y tomar resoluciones en una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, independiente de la clase política dominante. Que además resuelva la ruptura de ataduras económicas con los Estados Unidos, que imponen el saqueo de los recursos y la militarización centroamericana.