Aunque viola sus leyes federales y atentan contra el derecho internacional, el Gobierno de Estados Unidos mantiene la política de hacer "quedarse en México" a inmigrantes solicitantes de asilo.

Óscar Fernández @OscarFdz94
Jueves 5 de marzo de 2020 21:01
Más de 60 mil personas esperan obtener asilo en Estados Unidos y aguardan en la frontera entre México y Estados Unidos. La mayoría son centroamericanos que salieron de sus países escapando de la violencia, inseguridad y represión de sus respectivos gobiernos, así como también miles de mexicanos en busca de más oportunidades.
Pero con Trump en la presidencia vino la orden restrictiva para los solicitantes de asilo de "Permanecer en México", que es el complemente en la frontera norte de lo que hace López Obrador en nuestra frontera sur, a donde mandó a la Guardia Nacional a perseguir las caravanas migrantes para que lleguen a suelo estadounidense.
Un tribunal federal de apelaciones dictaminó el miércoles que mantendrá la política vigente hasta el 12 de marzo. Si los jueces deciden revisar la política para entonces, el resultado más probable, seguirá en vigencia en el futuro previsible. Pero si los jueces deciden no intervenir, la política se bloqueará en California y Arizona, pero seguirá vigente en todas las demás áreas de la frontera sur, según dictaminó el tribunal.
Esta es una respuesta, a solicitud del presidente Trump, al dictamen del Noveno Circuito, que había bloqueado dicha política el viernes, permitiendo a los inmigrantes presentarse en los puertos de entrada y ser admitidos en los Estados Unidos para presentar sus solicitudes de asilo, en lugar de verse obligados a quedarse en México.
Esta es una respuesta, a solicitud del presidente Trump, al dictamen del Noveno Circuito, que había bloqueado dicha política el viernes, permitiendo a los inmigrantes presentarse en los puertos de entrada y ser admitidos en los Estados Unidos para presentar sus solicitudes de asilo, en lugar de verse obligados a quedarse en México.
Bajo el argumento de que se "crea un riesgo sustancial de caos inmediato en la frontera, amenazando daño irreparable para el gobierno, los migrantes y el público de los Estados Unidos" la administración de Donald Trump solicitó su intervención a la Suprema Corte, la cual previsiblemente ratificará la restricción de "regresar a México a los solicitantes de asilo.
Sin embargo, esta política es contraria contra leyes federales del propio país imperialista, así como atentar contra el derecho internacional. La clave aquí es que Estados Unidos se puede dar el lujo de permitir violar los propios acuerdos que él mismo ha instaurado gracias a sus instituciones e instancias internacionales como la ONU o la OEA.
Ser el imperialismo hegemónico le otorga privilegios como ése y muchos otros. No es coincidencia que pueda vetar sistemáticamente las sanciones propuestas contra Israel aunque cuenten con más de 190 adhesiones en la asamblea general de la ONU.
Asimismo esta medida muestra la política de corte autocrático de Donald Trump auspiciada por el Partido Republicano: las medidas que puedan ser revocadas por una corte de apelación están condenadas a ser desechadas por una Suprema Corte cuya obediencia el presidente Trump se la ha asegurado al promover a jueces reaccionarios, los cuales tienen que ser validados por el Senado, a su vez dominado por los republicanos.
Así, Trump va demantelando cada medida que contenga alguna característica progresiva. En ese sentido el programa DACA de apoyo a los jóvenes "dreamers" y el Obamacare, están en la mira de la Suprema Corte por orden trumpiana.
Así, Trump va demantelando cada medida que contenga alguna característica progresiva. En ese sentido el programa DACA de apoyo a los jóvenes "dreamers" y el Obamacare, están en la mira de la Suprema Corte por orden trumpiana.
Dentro de Estados Unidos hay millones de trabajadores migrantes —de ahí que la propaganda gubernamental haya adoptado como símbolo de identidad durante el siglo XX el concepto de "crisol de las culturas", por la diversidad de procedencias de quienes persiguen el llamado American Dream—, ellos pueden ser poderosos aliados tanto de los que luchan por que se abran las fronteras, como de los que resisten las políticas de expoliación de las trasnacionales, como los trabajadores de México y el resto del patio trasero latinoamericano, países víctimas del pillaje de recursos naturales y humanos del imperialismo estadounidense.

Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana