Miles de puertorriqueños en todo el mundo exigen la dimisión del gobernador Ricardo Roselló tras la publicación de unos chats en los que se demuestra la corrupción de la cúpula política en la isla.
Viernes 19 de julio de 2019 16:42
En los chats, el gobernador se mofa de las víctimas del huracán María y alienta a persecuciones a la prensa y a opositores políticos, y se llegan a especular, incluso, con asesinatos. En estas conversaciones, Roselló también se retrata con expresiones machistas sobre distintas dirigentes políticas y comentarios homófobos contra el cantante Ricky Martin.
La pasada semana, el Centro de Periodismo Investigativo hizo públicas 900 páginas de un grupo de Telegram del gobernador Roselló y sus colaboradores. En estas conversaciones abundan comentarios sexistas, comentarios homófobos sobre el cantante Ricky Martin, además de alusiones a persecuciones a políticos, periodistas de la oposición, y burlas sobre la situación de las víctimas del huracán María, que ha dejado en la isla más de 4.600 muertos y una diáspora de miles de personas.
Ante esta situación, el gobernador declaró que era un grupo para «liberar tensiones». Pero lo cierto es que no es más que una expresión de la crisis económica y política que vive la isla como país “libre asociado” de Estados Unidos (lo que, técnicamente, es una colonia). A pesar de las disculpas de Roselló, que ha descartado en reiteradas ocasiones asumir ninguna responsabilidad más allá de haber expulsado a los conversadores de su gabinete, miles de borinqueños en todo el mundo se han manifestado exigiendo su dimisión. En Union Square, Barcelona, Viena y Madrid, se grita por la caída de Roselló.
Dentro de la isla, las tensiones son mayores. Esta semana se llevaron adelante nuevas jornadas de protesta frente a la Fortaleza de Puerto Rico (residencia del gobernador), que acabaron con descargas policiales acompañadas de gases lacrimógenos, lo que dejó 3 detenidos y 14 heridos. Líderes políticos de los partidos de la oposición y del suyo propio, a la vista de los acontecimientos, han pedido su dimisión y se han desvinculado de su administración.
Los mismos periódicos que se han hecho eco de las filtraciones y han incentivado la caída de Roselló, han defendido a la Junta de Control Fiscal, órgano encargado de la economía de la isla, frente a insultos que también se explicitaban en el chat. De igual manera, los sindicatos se han limitado a pedir la dimisión de Roselló por «no dar ejemplo», sin hacer una crítica real a la corrupción que su gobierno ha tenido, sin declarar ninguna huelga general. Se han cuidado mucho de ofrecer un ápice de lucha política, ofreciendo las movilizaciones como un saneamiento institucional, y a esta postura se han sumado los partidos de izquierda con el Partido Independentista al frente. Se ha limitado a poner un recurso para que el capitolio saque a Roselló de la Fortaleza. Tampoco se ha hecho ninguna crítica de la posible intervención que Estados Unidos podría hacer en la isla. En resumen, somos testigos de movilizaciones masivas por la caída del gobierno sin ninguna propuesta de cambio real en la relación de Puerto Rico con el imperialismo.
La deuda de Puerto Rico obligó a llevar a cabo reformas fiscales y laborales que condujeron a los trabajadores a un empobrecimiento sin precedentes en la isla. La superación de esta crisis política no pasa, como pretenden los partidos oficiales de Puerto Rico, incluido el Partido Independentista, por un traspaso de poderes que emane de la capital estadounidense, por vía institucional y abstrayéndose de la situación geopolítica de la isla. Por su parte, la reacción de Trump ha sido reconfirmar la acusación que ya hiciera hace dos años a Puerto Rico de ser incapaz de tomar las riendas de sí mismo. La catástrofe que Estados Unidos ha ayuda a construir en torno a la isla es, para él, la demostración de que, sin duda, la nación imperialista debe proseguir en su intrusión.
Ante esta encerrona institucional que ninguna dirección está dispuesta a solventar, lo único evidente es que la caída de Roselló debe ir acompañada de profundizar la movilizacion independiente y los vínculos con las masas trabajadoras, mujeres e inmigrantes que están siendo el objetivo de los ataques del gobierno de Trump. Se necesita una verdadera alternativa desde las bases trabajadoras por la independencia real de la isla, acusando la injerencia del capital imperialista como responsables directos de la precarización de la clase trabajadora puertorriqueña, de su pobreza y de los muertos que el huracán ha provocado.