Según una publicación del Centro Centroaméricano de Población, la tasa de reproducción del Covid-19 en el país se ha disparado, pasando de estar en el 0,2 de mediados de abril a 1, 88 en la primera semana de junio. Los más afectados son los trabajadores del campo y migrantes nicaragüenses, a quienes el gobierno y la prensa convierten en chivos expiatorios del crecimiento de la pandemia, que amenaza a desbordar el sistema de salud en caso de la tasa de reproducción se mantenga.
Lunes 8 de junio de 2020
Foto: Miriet Abrego Zuñiga/Semanario Universidad
Peligro del desborde del sistema de salud y xenofobia contra trabajadores migrantes
La tasa de reproducción de un virus marca el promedio de personas que son contagiadas por un enfermo y se le llama tasa R. Según el estudio académico “esta tasa R = 1,88 es extremadamente preocupante porque significa un potencial de duplicación cada 9 días en la cantidad de personas infectadas. Es decir que el país podría pasar de los aproximadamente 30 casos diarios actuales a 240 a fines de junio, cantidad que desbordaría la capacidad del sistema para localizar contactos (se requerirían cerca de 5.000 pruebas de laboratorio diarias).
Hasta ahora, el que en Costa Rica los casos de Covid-19 y las muertes asociadas hayan sido relativamente pequeñas comparadas con otros países de la región y del mundo, ha servido al gobierno de Carlos Alvarado y a medios de prensa como La Nación de Costa Rica, para incentivar la xenofobia contra los trabajadores migrantes especialmente los nicaraguenses, de manera paralela al aprovechamiento de la situación económica de parálisis producto de la pandemia para descargar una brutal crisis sobre el salario y la jornada laboral, haciendo pasar penurias a las familias trabajadoras.
En este sentido en conferencia de prensa de este viernes 5 de junio, Rodrigo Marín, director de Vigilancia de la Salud, dijo: “les garantizamos que no tenemos transmisión comunitaria”. Para explicar el aumento en los casos, el gobierno y diversos medios de prensa de derecha, han convertido a los trabajadores más empobrecidos y migrantes en los chivos expiatorios que explicarían el aumento de casos por fuera de las estimaciones oficiales.
Ante este hecho, la solución del gobierno a través del Aŕea de Salud de Los Chiles, en la frontera con Nicaragua, ha sido que: “Todo Paciente indocumentado, se deberá de realizar llamada inmediata al 911 para el despacho de unidad de Migración y Fuerza Pública. NO se debe de atender hasta tanto estos no se apersonen al EBAIS. En caso de que se considere que está en peligro o riesgo la vida de la persona se procederá a brindar los auxilios necesarios, contabilizando lo utilizado y de igual manera se solicitará la presencia de Migración y Fuerza Pública para lo que proceda una vez que se encuentre el paciente bien”.
Es decir que podrían haber pacientes migrantes a quienes el gobierno les niega la atención inmediata y al mismo tiempo los convierte en chivo expiatorio del pico de contagios. Ni una sola palabra dicen el gobierno y las cámaras empresariales ante el hecho de que estos trabajadores migrantes están siendo obligados por sus patronos a trabajar.
El gobierno y la prensa de Costa Rica culpan a Nicaragua y Panamá, especialmente a los migrantes
En este marco, la explicación fácil que ha tenido el gobierno y la prensa para explicar los límites de la política de Carlos Alvarado, ha sido simple y llanamente trasladar las responsabilidades a trabajadores migrantes, como si no fuera obvio que el Covid-19 no reconoce fronteras.
En este sentido los responsables de aumentos de contagio del Covid-19 son los gobiernos de Panamá, de Nicaragua y obviamente también el de Costa Rica, que asumieron que cerrando las fronteras para personas y no para mercancías el contagio se iba a detener, como si las mercancías se movieran solas y no por los trabajadores y trabajadoras que las mueven.
Además de esto, la cínica política de las cámaras empresariales de mantener enormes ramas de la economía en funcionamiento, exponiendo a trabajadores al contagio (tal como ha sucedido en empresas agroindustriales, call center, transportistas, etc) es la explicación material del aumento del contagio. Las y los trabajadores se ven obligados a ir para evitar el hambre a costa de exponerse a contagios. Este es el hecho substancial fundamental que el gobierno y la prensa costarricense mainstream se niegan a reconocer y que es una consecuencia de la política del gobierno de Carlos Alvarado.
No contentos con ello, las cámaras empresariales, tienen una orientación de levantar sí o sí las medidas de cuarentena, con el único objetivo de enriquecer a los propios empresarios, exponiendo aún más a la clase trabajadora al contagio.
Como si fuera poco, a las cámaras empresariales no solo les han reducido servicios como agua, luz y electricidad, moratoria en el pago del seguro social y políticas crediticias especiales, mientras que la clase trabajadora (migrante o no) ha enfrentado despidos, reducción de salario, reducción de jornadas laborales, hambre y, ahora, mayor exposición al contagio y una campaña racista y xenofóbica de las élites blancas costarricenses, cuyo objetivo es dividir a los trabajadores a uno y otro lado de la frontera, para evitar la unidad de ambas clases trabajadoras contra las políticas del gobierno y los empresarios.