Un trabajador de la sucursal 160 de Retiro denunció ante dicha dependencia del poder ejecutivo, la violencia a la que fue y es sometido. No solo por parte de la empresa sino también por patotas de delegados que actúan al servicio de la patronal. El accionar se repite en toda la cadena.
Viernes 28 de agosto de 2020 19:57
Christian se encuentra de licencia por tratamiento psicológico. Su compañera falleció por coronavirus a fines de julio. En marzo, él había contraído Dengue con lo que se había convertido en persona de riesgo. Desde la empresa lo hicieron volver a trabajar antes de que terminara la licencia. A fines de junio le negaron la licencia a por contacto estrecho. A principio de julio dio positivo por covid 19.
Cuando comenzaron los síntomas de coronavirus le avisó al gerente. "Me respondió que si faltaba me iba a echar a la mierda, que lo único que quería eran días de vacaciones". Tuvo que ir a trabajar con 38 grados de fiebre. Cuando se comunicó con Recursos Humanos le dijeron que se hacía la víctima, que quería dar lástima.
Christian sabe que cuando termine la licencia lo van a despedir, ya se lo dijeron. Pero además, como saben que no se va a quedar de brazos cruzados le mandaron una patota de delegados a intimidarlo. Lo citaron a la casa central y a la salida lo estaba esperando un grupo de ocho hombres con barbijos con los colores del sindicato con actitud amenazante.
Pero eso no es todo. Christian contó las vejaciones que Coto obliga a perpetrar a quienes encuentran robando comida. Generalmente gente en situación de calle. "Les mojan los pies y los meten en cámaras frigoríficas a -17º o los meten en compactadoras de basura y los dejan todo un día ahí". Una verdadera tortura. "Nos obligan a pegarles. Yo me negué y me amenazaron con echarme. Si hay gente que no habla es por miedo”.
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Héctor, delegado independiente, que está acompañando a Christian, comentó la golpiza que recibieron un grupo de jóvenes cadetes por parte de hombres de la empresa. “Si un delegado quiere denunciar le cierran la boca a piñas”, dijo.
Finalmente hizo un pedido desesperado a la Secretaria. “Es impresionante lo que pasa. Hablamos con todos pero necesitamos hoy una solución. Estamos hablando, no de trabajo, estamos hablando de derechos humanos”. Y agregó "Nosotros pedimos hablar con la secretaría de DDHH porque Christian es un sólo caso pero hay millones de casos en la cadena COTO".
Él mismo, junto a otros trabajadores y trabajadoras autoconvocados, han denunciado públicamente, ante el Gobierno de la Ciudad y en la justicia los atropellos y la violencia que ejerce la empresa. Otro tanto han hecho algunos organismo de DDHH y los diputados del FIT-U. Pero la impunidad de Alfredo Coto y sus cómplices sigue siendo noticia.
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