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Red Internacional
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Conferencia mañanera. Covid-19: El gobierno celebra “ayuda” de empresarios que exponen a sus trabajadores

Donaciones de multimillonarios mexicanos ante esta crisis buscan tapar superexplotación contra sus trabajadores.

Miércoles 25 de marzo de 2020

Los grandes beneficiarios de la privatización de las telecomunicaciones, del extractivismo descontrolado, de la reforma laboral, de la reforma energética, como Carlos Slim, Germán Larrea y Coppel fueron los consentidos del presidente López Obrador en la conferencia mañanera de este 25 de marzo.

De acuerdo con el mandatario, Coppel entregó 50 millones de pesos para el sector salud, Carlos Slim entregará equipo médico por mil millones de pesos y Grupo México adelantará la entrega al gobierno de un hospital de 60 camas en Oaxaca para atender a personas contagiadas de Covid-19, que recibirá la Secretaría de Defensa, en el marco del plan DN-III que busca fortalecer a las fuerzas represivas durante esta crisis.

Sólo la fortuna de Slim equivale a 6 millones de veces el promedio de ingreso familiar anual de una familia en México, de acuerdo con datos de Bloomberg y el Inegi. Este empresario, que hace una donación al gobierno, al mismo tiempo no garantizar las mínimas condiciones de seguridad sanitaria a sus trabajadores ante la emergencia del covid-19, como lo denunciaron trabajadores telefonistas. Para él, lo primero es engrosar su patrimonio.

Germán Larrea, dueño de Grupo México, ahora quiere posar de “generoso” pero es uno de los responsables de la tragedia de Pasta Conchos, cuando en 2006 murieron 65 mineros asesinados por la voracidad capitalista, así como del derrame tóxico en el río Sonora, que afectó gravemente a la población del lugar. Otro fan de la explotación de las y los trabajadores y de la devastación del medio ambiente para incrementar su fortuna personal.

La familia Coppel, dueña de las tiendas Coppel y Elektra, que se enriquecieron con la superexplotación de sus trabajadores y con el cobro de intereses usureros por ventas minoristas a los sectores populares, mantienen abiertas sus tiendas, con jornadas reducidas, aún con la fase 2 del covid-19. Pero no venden productos esenciales, arriesgan innecesariamente a sus trabajadoras y trabajadores.

A todos agradeció las donaciones el presidente que busca minimizar los riesgos y el alcance de la pandemia por covid-19 y que llegó al poder con la promesa utópica de gobernar para ricos y pobres, cuando millones estaban hartos de los atropellos de los partidos patronales.

Antes que dádivas de empresarios millonarios, éstos deben garantizar las condiciones de seguridad sanitaria para la producción de bienes y servicios esenciales -como las telecomunicaciones y la producción de energía, de alimentos y medicamentos-. Pero sólo lo harán si sus trabajadores se los imponen con la lucha y la organización.

Es necesario imponer impuestos progresivos a las grandes fortunas y no pagar la deuda externa para que el Estado, fiscalizado por las y los trabajadores del sector salud, compre todos los insumos que hacen falta y acondicionar los hospitales para enfrentar la pandemia. Todo esto como parte de un plan integral para enfrentar la pandemia.

No alcanza con la promesa de que estos empresarios no despedirán trabajadores o con que descansen a los adultos mayores. Es necesario que aumenten los salarios de acuerdo con el costo de la canasta básica y sean ajustables según la inflación.

Los capitalistas como ellos nos llevaron al vaciamiento de los sistemas de salud, a las condiciones de superexplotación que causan trastornos crónicos, como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, a la devastación ambiental que provoca el extractivismo y a las pandemias como la que ahora vivimos, cuyo caldo de cultivo es la producción industrial que practican los agronegocios.

Los intereses de la clase trabajadora y los empresarios como Slim, Germán. Larrea y Coppel son irreconciliables. Nuestras vidas valen más que sus ganancias. Que ellos paguen la crisis.