El caso de un usuario que manifestaba síntomas del virus dejó al descubierto la grave situación que enfrentan trabajadores y usuarios del ferrocarril. La exigencia de testeos masivos y el impulso de comisiones de Salubridad e Higiene se imponen como medidas para el resguardo de su salud.
Miércoles 25 de marzo de 2020 00:00
El pasado domingo, un usuario del Tren Roca que decía presentar síntomas del coronavirus, quedó varado en la estación Villa Elisa. Los empleados entraron en un estado de pánico porque no cuentan con los insumos adecuados, y de indignación al no recibir respuestas de la gerencia. Según relataron a este diario, solicitaron que los trenes no pararan en dicha estación para no exponer a los pasajeros y a los ferroviarios, petición que fue negada. Al mismo tiempo, el personal de limpieza se encontró imposibilitado de realizar sus tareas por no contar con los elementos necesarios para su seguridad y dos de los boleteros fueron puestos en cuarentena.
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La situación que se vive en el ferrocarril, uno de los sectores de la economía, un servicio considerado esencial para el transporte, que no suspende el funcionamiento durante el aislamiento obligatorio decretado por e Gobierno de Alberto Fernández, es problemática. Frente al grado de exposición quienes diariamente mueven los ramales de las distintas líneas metropolitanas, las empresas operadores no garantizan las condiciones de salubridad, y por otro lado los sindicatos que se nuclean en la estructura, demuestran una vez más su total complicidad con las políticas empresariales.
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Hace unos días en una entrevista realizada por La Izquierda Diario, un grupo de ferroviarios nos decían: “En el Roca nos entregaron productos vencidos, el alcohol en gel en botellas de gaseosas escritas con liquid paper para indicar el contenido del producto, la lavandina que faltaba hace meses no alcanzó para todos, al igual que los barbijos, nos quisieron dar uno para cada uno y ni siquiera eso les alcanzó. Se supone que además de cuidarnos a nosotros, somos quienes le vamos a dar la gente que viaja la tranquilidad que viajan en trenes desinfectados". Así dejaban al desnudo la precariedad de las condiciones laborales que afrontan.
El servicio médico de la empresa atiende con guardias mínimas y no se ha reforzado puesto sanitario alguno para afrontar cualquier eventualidad, tal como pasó en Villa Elisa y no se descarta que pueda volver a pasar en una línea tan extensa como el Roca, que sobrepasa los límites del sur del conurbano bonaerense. Los ferroviarios no pueden quedarse en sus casas por el tipo de servicio que brindan y es en este sentido que para enfrentar la pandemia por el covid-19, desde la agrupación Naranja Ferroviaria Nacional en el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), exigen la implementación de testeos masivos, no sólo para su sector sino que también para el conjunto de los servicios esenciales, como también que se garanticen las condiciones de bioseguridad, insumos etc. Impulsan la creación de Comisiones de Salubridad e Higiene en lugares de trabajo, votadas en asambleas, con la ayuda de profesionales elegidos por los mismos ferroviarios, que puedan investigar y cuestionar, las medidas que hacen a la seguridad laboral pero también de los usuarios. Además, levantan la exigencia de prohibición de despidos y de suspensiones y el pase a planta de todos los trabajadores contratados por las empresas tercerizadas, otro de los sectores más vulnerables como los trabajadores en negro. El coronavirus no distingue. Son medidas básicas que apuntan a cuidar, no sólo la vida de los laburantes, sino que también la de sus familias y de los usuarios.
