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Red Internacional
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EN PRIMERA PERSONA. Cresta Roja, los de adentro y los de afuera

A un año de la reapertura de la avícola la supuesta reactivación que anunciaron el Gobierno macrista y los medios es una burbuja de mentiras y promesas incumplidas.

Martes 4 de abril de 2017

La realidad es que podrían volver los bloqueos a la planta de Esteban Echeverría si los trabajadores que conformaron la “asamblea de los no reincorporados” no obtienen una respuesta que implique volver a sus puestos. Así lo habría acordado la comisión interna y las medidas fueron levantadas el viernes a condición de que hoy les planteen un plan concreto de ingresos a la productora de pollos.

Pero además, dentro de dos semanas los que pudieron volver a la planta deben cobrar la primera cuota de su liquidación final por los años trabajados con los anteriores patrones. Sin embargo, los nuevos dueños aducen problemas de financiación. Se trata nada menos que del 85 % de los actuales empleados que esperan su pago y, si esto no sucede, “puede volver a explotar todo”, comentan en la faenadora de Esteban Echeverría.

¿Qué pasó en realidad en Cresta Roja? ¿Cuál es la verdadera situación de quienes quedaron afuera y de los que pudieron volver?

Desde el portón

“Vivo con mi hijo, me tiene que mantener, sólo quiero volver a mi trabajo pero luego de un año y cuatro meses parece cada vez más lejos”, dice Martín Edat y baja un segundo la cabeza. “Trabajo hay, la empresa faena 200 mil pollos por día cuando antes, aún en su peor momento podría llegar a 480 mil, y esto es porque están con la mitad del personal y la mitad de los valores reales de producción. Nos mienten en la cara, los compañeros de adentro hacen el trabajo de dos o tres y se nota cuando salen con las manos todas hinchadas”, agrega.

Durante algunas etapas de este conflicto -que se agudizó durante el último año del gobierno kirchnerista cuando se terminaron los negocios que oficiaban de salvataje porque en julio de 2014 el grupo Rasic ya había llamado a convocatoria de acreedores- no estuvieron todos en la misma línea de acción. Pero ahora parece haber resurgido la unidad, o al menos eso intentan algunos sectores, bajo la consigna “pago de la deuda y reincorporación de todos”. De hecho, esta semana por primera vez hubo paro adentro y apoyo de los compañeros del campo que alimentan y crían a los pollos, mientras había bloqueo afuera.

Luego de haber recibido el dinero de la indemnización, es decir la liquidación final, los de afuera quedaron de hecho desvinculados de la empresa, salvo por un compromiso legal no demasiado consistente de reincorporarlos cuando haya “aumento de tareas”. Y un sector minoritario no cobró un peso, por lo cual la desesperación va en aumento. A esta altura no sólo no cobran más asistencia por crisis ni seguro de desempleo, sino que no tienen obra social. “Sólo tenemos esto, de acá comemos el guiso en el acampe y sacamos para viajar hasta acá”, explica Romero mientras muestra a cámara la caja del fondo de lucha de Cresta Roja, durante una entrevista en CN23.

“Los que dicen que no tienen dinero en realidad facturan millones, pero si fuera cierto que abran los libros y se haga cargo el gobierno, que la estaticen con el ‘sí se puede’, nosotros estamos cansados de promesas, no tenemos para vivir, es urgente. Y exigimos que la Policía se vaya porque nos estuvo hostigando cuando cortamos los portones. No queremos ser Sancor ni AGR”, dice Edat.

Devolver el plan

“Había un diálogo, dijeron que en diciembre entrábamos, luego en febrero, ahora es julio. Pero nunca nos dijeron que nos estábamos comiendo la indemnización, nos hicieron firmar un papel que iba a manejar el sindicato por nuestra indemnización y después empezaron los descuentos, nos hicieron devolver el Repro”, cuenta Leandro Romero, otro de los 870 empleados de la ex Cresta Roja, hoy comprada en $ 121 millones por la empresa Proteinsa (Ovoprost, Tanacorsa y grupo Laclau).

“Fuimos a hablar con el jefe de personal unas veinte personas pero nos dice que no hay plata, yo alquilo y me van a sacar la vivienda, hoy mi hija de siete años se levantó temprano porque era su cumpleaños y yo no tenía nada para darle”. Romero se quiebra en cámara, durante una entrevista que dio junto a Edat en televisión, luego de una semana de bloqueo en los portones.

El Repro es el Programa de Recuperación Productiva del Ministerio de Trabajo a través del cual la Anses paga a las empresas adheridas que se declaran en crisis una suma fija mensual por trabajador, por un plazo de doce meses y con la posibilidad de extenderlo por doce más, para mantener las fuentes de trabajo. Durante el gobierno anterior lo cobraron en el marco del concurso preventivo de crisis.

Tras la represión en la autopista Riccheri, cuando reclamaban una solución definitiva y fueron baleados con postas de goma, el macrismo y la empresa ya en quiebra otorgó los Repro pero a condición de que lo devuelvan con la indemnización, algo que fue acordado por la comisión interna. De los $ 150 mil que les pagaron tuvieron que devolver hasta 55 mil, y dicen que si hubieran sabido invertían en “un kiosquito”, pero nunca imaginaron que ellos tenían que devolver el subsidio estatal.

“Es un escándalo, nos administraron la pobreza en lugar de darnos todo el dinero de una vez como corresponde, nos descontaron un año y medio de Repro. Los delegados no nos representan, arreglaron con la patronal y nos dejaron acá afuera”, dijo Bernardo Saravia el lunes cuando comenzó el bloqueo de los ingresos y el acampe sobre la avenida Fair.

Si bien es cierto que el Repro es una ayuda del gobierno para pagar salarios y ellos no estaban trabajando, lo que sucedió fue que recibieron un adelanto de sus propias indemnizaciones que incluía un plan de ayuda asistencial, hasta que los volvieran a contratar. Ahora se quedaron sin una cosa ni la otra. El macrismo no tuvo ningún reparo en cobrarles a estos desocupados el plan social que les había otorgado.

En mayo de 2016, cuando el presidente Mauricio Macri visitó Cresta Roja para anunciar el veto de la ley Antidespidos, la mayoría de los trabajadores estaban de paro, otros repudiaron su presencia que calificaron de una provocación porque “esta planta es todo lo contrario a una reactivación”, y unos pocos posaron junto a él y la gobernadora María Eugenia Vidal. Fue la comisión interna quien logró juntarlos para la foto.

“Quisimos hablar con él pero nos ignoraron, las cámaras no mostraron que estábamos ahí con nuestros hijos y familias y él seguía anunciando que la empresa reabrió con cinco turnos cuando en realidad hay tres de nueve horas”, apunta Romero. Para él, también los compañeros de adentro la están pasando mal. “Se quieren matar, les dicen que son accionistas pero ni saben si van a cobrar, y encima pierden la antigüedad”.

En la línea de producción

“Es un orgulloso y es el broche de oro que culmina el proceso que iniciamos a principios de año. Estamos muy contentos”, dijo Santiago Perea, gerente general de Ovoprot Argentina en octubre. Seis meses más tarde Cresta Roja puede volver a estallar.

Hace un año, cuando reabrió, lo hizo con 1.300 de los 3.500 empleados que tenía y los que entraron tuvieron que aceptar contratos temporales y una rebaja salarial del 35 %. “Sólo nos meten presión, tenemos a los encargados y a la comisión interna encima para producir por tres personas y el nuevo dueño amenaza irse”, cuentan desde adentro.

La patronal casi duplicó los ritmos de faena con 500 operarios menos en la planta 2 de Esteban Echeverría. “La situación es totalmente de precarización, hay sectores donde antes se hacía el trabajo entre dos o tres operarios, ahora lo hace uno solo, estamos produciendo casi 200 mil pollos diarios con mucha menos gente, los niveles de producción son demasiado altos para los que somos, tenemos compañeros que van a trabajar con dolores para no faltar y que les descuenten e incluso que los echen. La mayoría tiene mucho miedo, si te enfermás te descuentan el presentismo de $ 2 mil”. Quien relata pide mantener en reserva su nombre, por obvias razones de preservar su puesto.

El mismo operario agrega que a él lo “echaron por defender a un compañero que se enfermó. Con ayuda de mis compañeros pude lograr mi reincorporación. Con eso la empresa quiso demostrar que ahora ya no va a permitir que nadie reclame nada, incluso los delegados le meten miedo a todos diciendo que si paramos la producción o hacemos medidas la empresa se va a ir y vamos a volver a quedar en la calle, las veces que paramos la producción nos hicieron importantes descuentos, en febrero paramos cuatro días y nos lo descontaron. Ahora con el paro de dos días que hicimos para solidarizarnos con los de afuera va a pasar lo mismo”.

“En la línea de producción, los encargados están encima de todos constantemente, te controlan los minutos que vas al baño. No hay derecho a nada, todo el tiempo te avasallan. La producción es cada vez es mayor y reclamamos que se tomen a mas compañeros, pero los encargados e incluso la comisión de delegados nos dicen que estamos bien, que sobra gente y eso nos llena de indignación, porque es una gran mentira, lo vivimos día a día”, cuenta otro operario mientras muestra sus manos hinchadas, tal como relataron los compañeros de afuera.

“Si para Macri éste es el modelo de empresa a seguir, pobre de todos los trabajadores argentinos, que sufren en cada fábrica este tipo de situaciones, es un plan feroz que se está viviendo en todas partes, lo que hace que las marchas a favor de los derechos y en contra de Macri, sean cada vez más multitudinarias”, agrega.

A este cuadro se agrega el inminente conflicto que desataría la falta de pago a estos trabajadores de su indemnización por los años trabajados con el grupo Rasic. Para ganar la compulsa en la liquidación de quiebra la empresa le hizo firmar al 85 % de los trabajadores acciones en concepto de indemnización, a pagar en tres cuotas a partir del 16 de abril.

Los problemas financieros de los nuevos dueños ya no son un rumor sino que lo confirma la propia patronal que ante el juzgado reconoció que se le cayó uno de los bancos que financiaba el pago de las indemnizaciones, que son parte del costo total de la quiebra, y aduce que igual podría pagar pero por las “dudas” está buscando nuevos respaldos financieros. En tanto, los que no aceptaron las acciones, cobrarán según los tiempos judiciales y con intereses.

Al cierre de esta edición la asamblea de los no reincorporados emitió un comunicado en el que explicó que ayer tuvieron una reunión en la planta 2 con la comisión interna, pero afirmaron que los delegados volvieron a “ratificar su discurso afín a los intereses de la patronal negando la posibilidad de ingresos inmediatos y agitando el fantasma de cierre ante la continuidad del conflicto”.

También anticiparon que “en los próximos días tendremos reuniones con ambos intendentes donde presentaremos formalmente nuestros pedidos”, y precisaron: “Hemos debatido y votado un plan de acción que incluye nuestra participación en el paro activo del día 6 de abril siendo parte de las jornadas de cortes contra el ajuste de Macri, y una asamblea el viernes 7, día en el que se nos ha ofrecido una nueva reunión para evaluar la posibilidad de firmar contratos de ingresos para el próximo mes, que de ser negados nos obliga a profundizar las medidas de lucha”.

Además de agradecer a sus “compañeros reincorporados por su enorme solidaridad, sin duda uno de nuestros principales pilares en esta lucha” exigieron al Sindicato de la Alimentación y a la comisión interna que “convoque ya a un plan de acción en solidaridad con los trabajadores no reincorporados de Cresta Roja y que intervenga haciendo activo el paro del día 6 poniendo como uno de los principales reclamos de los alimenticios la lucha contra los despidos”.

“Si cortás la ruta la Gendarmería te muele a palos, si bloqueás el portón la Policía te hace una causa. No queremos hacer política, pero estamos desesperados”, dice Edat. En las redes, tras escucharlo junto a Romero, le preguntaron si no creían que ya era hora de “hacer política”.