El primer ministro italiano Mario Draghi anunció este jueves su renuncia luego de haber sufrido la ruptura del M5S (Movimiento 5 estrellas) de la coalición parlamentaria que lo sustenta. Para evitar que la crisis se profundice el presidente Sergio Mattarella rechazó la renuncia de Draghi, sin embargo las turbulencias recién empiezan.
Viernes 15 de julio de 2022 10:42
Los roces entre Giuseppe Conte (presidente del Movimiento 5 estrellas -M5S) y Mario Draghi (actual primer ministro) se saldaron finalmente con la renuncia de este último. Sin embargo, el presidente de la República Sergio Mattarella la rechazó, complicando la flagrante crisis de gobierno abierta en los últimos días. Pero, ¿cómo se produjo este giro de los acontecimientos?
La inestabilidad del "nuevo" M5S de Conte entre la oposición y el Gobierno
Si bien es claro que Mario Draghi no tiene el tipo de carisma, personalidad y lazos políticos a escala nacional necesarios para gobernar en soledad, la crisis actual es atribuible solo en parte a factores de "lucha entre personalidades". Hay causas más profundas.
La inflación, los efectos de la guerra y la crisis políitca rastrera están detrás de la actual situación. Draghi estaba apoyado en una coalición que iba desde el centroizquierdista Partido Demócrata (PD) hasta el derechista y conservador Forza Italia (del expremier Silvio Berlusconi), pasando por el populista Movimiento 5 Estrellas. La salida de Conte, como lider del M5S para preservarse en medio de la crisis económica y usando como excusa lo limitado de un plan de subsidios ante la creciente inflación, fue lo que decidió a Draghi a presentar su renuncia, aunque aún sin los votos del M5S mantenía mayoría parlamentaria.
El M5S ve que por fuera de la coalición de gobierno se fortalecen opciones de derecha en particular la formación de extrema derecha "Hermanos de Italia" (Fratelli d’Italia), a costa de la caida en las encuestas tanto del propio M5S, como de la derechista Lega de Mateo Salvini (que quedó golpeado tras haber forzado la caida del anterior gobierno de Conte.
Está claro que el principal beneficiario de esta táctica de una derecha que se reparte entre los que se encuentran dentro de la coalición de gobierno y los que cuestionan desde afuera, es la formación Fratelli d’Italia. Dentro de los que forman la coalición de gobierno, la derecha también tiene la ventaja de jugar con la ambigüedad de quienes "responsablemente" evitaron elecciones anticipadas tras la caída de Conte, mientras que mantienen su propia línea política, que es muy diferente de la de Draghi y del gobierno en su conjunto. Dentro de esta coalición de gobierno las fuerzas de derecha, populistas y conservadoras juegas un rol muy diferente al centroizquierdista partido de "gobierno eterno" del PD (Partido Democrático) que formó parte de los distintos gobienros durante los últimos 11 años, con la sola excepción del primer gobierno de Conte.
La actual ruptura del M5S con Draghi tiene lugar cuando su lider, Giuseppe Conte, viene intentando desde hace un año relanzar su movimiento sin mucho éxito y con fuertes pérdidas en su bancada parlamentaria, además de las internas dentro del mismo movimiento por definir cuál es el mejor programa para acercarlos a su base social de descontentos.
Entre las últimas tensiones se encuenta la escisión del ala M5S encabezada por el canciller Luigi Di Maio, que intentó dirigir un sector "gubernamental" dispuesto a seguir hasta el final las políticas del gobierno de Draghi, y con la reivindicación de una ruptura total con las pasadas ambigüedades geopolíticas del M5S con respecto a la política hacia la UE, la OTAN y la alianza con los EE.UU.
La gota que colmó el vaso: el Decreto de Ley "Aiuti"
Ante el deterioro acelerado de la situación de la mayor parte de la población, por la inflación y el alto costo de la vida, se produjo el choque entre el "nuevo" M5S y el gobierno sobre las medidas del Decreto de Ayudas que con 14 mil millones destina, además de la limosna puntual de 200 euros a asalariados, autónomos y parados (sin incluir al total de los trabajadores), contiene fondos para empresas y conceptos menores, según un modelo que en realidad mantiene una cierta continuidad de método entre los gobiernos de Conte II y Draghi. Si bien el Partido Demócrata no tuvo problemas para dejar de lado las posibles medidas sobre salarios y costosas facturas, el equipo de liderazgo de M5S decidió no volver a darle la victoria a Draghi esta vez y no participó en el voto de confianza en el Senado, que se aprobó de todos modos.
Draghi había anunciado que ya no quería someterse al "ultimátum" de los partidos mayoritarios -es decir, a nadie se le ocurre negociar seriamente con él- y actuó en consecuencia, subiendo al Quirinale a dimitir.
Podríamos decir que quien hiere la estabilidad, perece de estabilidad: la misma obsesión por no anticipar la votación ha alineado a todos los exponentes del resto de partidos, junto a Mattarella, para evocar el paso de Draghi a las Cámaras y recomponer la crisis de gobierno. El propio Di Maio dedicó duras palabras a los ex compañeros del partido:
“La situación se está yendo de las manos y la votación anticipada está seriamente amenazada aquí. Los ejecutivos de M5S llevaban meses planeando abrir una crisis para acabar con el gobierno de Draghi. Esperan volver a las urnas en 9 meses de campaña electoral, pero de esta manera solo condenan al país al abismo económico y social.”
Un recurso que hizo la fortuna del M5S, junto con las acusaciones de un partido que se ha convertido en "jefe" - cuando siempre lo ha sido, con la doble dictadura de Gianroberto Casaleggio (y más tarde su hijo Davide) y Beppe Grillo.
Lo cierto es que los hechos del día jueves no son solo un malestar institucional fugaz, o el resultado de una personalidad demasiado burocrática y autorreferencial como la de Draghi, sino un nuevo estallido -todavía no sabemos con qué fuerza- del doloroso proceso de reorganización de partidos burgueses y "gubernamentales" tras el fenómeno histórico del ascenso del M5S y su crisis actual.
Si la izquierda que se ha mantenido amigablemente ambigua hacia el propio M5S quiere aprender una lección y aprovechar una oportunidad, no debería darle una mano ahora mismo que el nuevo partido intentará reconstruirse como una fuerza de oposición “popular”. El primer M5S en los años de la oposición ya nos bastó para saber qué partido es y por qué no es un partido de nuestra clase.
Este artículo fue publicado originalmente en Lavoce dellel otte, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.