Con un 55% a favor la militancia de JxCat ha decidido que el partido deje de formar parte del gobierno de coalición con ERC.
Viernes 7 de octubre de 2022
La militancia de JxCat ha decidido salir del gobierno de la Generalitat en una consulta donde los partidarios del ’NO’ se han impuesto con un 55,73% de los votos. Por el contrario, los defensores de mantenerse en el ejecutivo catalán han obtenido un 42,39%, mientras que la participación ha sido del 79,18%.
Cabe tener en cuenta que los resultados pueden provocar no solo una crisis definitiva en el seno del gobierno catalán, sino una posible escisión en el interior de Junts, entre los partidarios de Laura Borràs y los de Jordi Turull, presidenta y secretario general respectivamente.
La decisión de consultar a la militancia del partido para resolver si salir o no del govern venía motivada por la enésima crisis entre ERC y Junts en el gobierno de coalición, después de que Pere Aragonès destituyera al vice presidente Jordi Puigneró (Junts) y la petición de una moción de confianza por parte de los junters hacia el propio president Aragonés en pleno debate de política general en el Parlament de Catalunya.
Es evidente que ambos partidos procesistas mantienen diferencias importantes que ha acabado desencadenando en esta salida de Junts del gobierno. Ahora bien, estas diferencias no giran entorno de cómo cumplir con el mandato popular del referéndum del uno de octubre. La crisis entre ambos partidos de la burguesía catalana es vieja y pivota sobre quien logra la hegemonía política en Catalunya.
No obstante, a pesar de las diferencias entre ERC y Junts, lo que es evidente también es que ambos partidos están más que de acuerdo en la vuelta a la normalidad autonómica. Lo más buscado por las direcciones procesistas no es otra cosa que enterrar las aspiraciones por el derecho a la autodeterminación del movimiento independentista a cambio de renovar una relación fluida y beneficiosa para la burguesía catalana con los círculos de poder y económicos del Estado español.
La CUP y la izquierda independentista se muestran ahora impotentes para palnetar una alternativa a esta bancarrota del procesismo. Esto es así porque se negaron desde el principio a plantear una hoja de ruta independiente de los partidos procesistas. Mantuvieron, por el contrario, su estrategia de "mano extendida" y subordinación al gobierno catalán. Impidiendo en consecuencia que sectores más amplios de la clase trabajadora tomaran en sus manos la demanda del derecho a decidir y la lucha con sus propios métodos, siguiendo el camino de las jornadas del 1 y 3 de octubre.
Ahora, los resultados de la votación de Junts para salir del gobierno dejan para los próximos días muchos interrogantes como es cuál será la estrategia del partido de Borrás y Puigdemont como oposición y siendo tercera fuerza en el Parlament por detrás del PSC. Pero sobre todo, en qué situación decidirá gobernar ERC y con qué apoyos contará por parte de otras fuerzas como los Comunes o el mismo PSC.
Lo que es seguro, sin embargo, es que tanto ERC como Junts seguirán con la intención de enterrar la voluntad del movimiento democrático catalán de ahora hace cinco años.