En el programa de ayer, Jorge Lanata dio a conocer nuevos documentos del dinero K. Pasando por Cristina, Angelina Abonna y los fondos buitres, continúa desoyendo cualquier situación referida al actual Gobierno de Mauricio Macri.
Lunes 22 de agosto de 2016 10:30
Un programa más de Lanata donde, con montajes, vídeos y música sensacionalista, comienza un nuevo capítulo sobre el kirchnerismo. La ya conocida ruta del dinero K ha tenido un lugar protagónico en los programas del periodista, quien siempre parece omitir todo lo que respecta al actual gobierno. Nuevamente en el centro de la escena, los movimientos económicos de la década pasada aparecen en forma de cientos de hojas de varios metros de largo puestos de forma teatral y casi bizarra sobre el escritorio del conductor, quien explica que serían las transferencias efectuadas y ligadas a personas como Lázaro Báez.
“En este edificio empezaron los CristiLeaks” fue la frase teatral elegida para entrar en la procuración del tesoro y a continuación, como si de un diccionario antikircherista se tratara da una definición de lo que serían los CristiLeaks. CristiLeaks: Una pila de documentos que se supone es de 7 bancos internacionales que rastrearon y mandaron información sobre los movimientos de personas cercanas y empresas de Lázaro Báez a la justicia estadounidense.
“En este edificio empezaron los CristiLeaks” fue la frase teatral elegida para entrar en la procuración del tesoro y a continuación, como si de un diccionario antikircherista se tratara da una definición de lo que serían los CristiLeaks.
Sin dejar de lado el rol de la ex procuradora del Tesoro Angelina Abonna, Jorge Lanata dedica gran tiempo de su programa a criticar duramente a la ex funcionaria, quien asevera poseía toda esta información desde el 2014. Para reforzar su relato, expone una serie de mails, direccionando la información, como está acostumbrado a hacer, y resaltando algunas partes que él considera pertinentes de los mismos. Muestra uno de ellos donde los encargados de la procuración piden discreción con respecto a la información que se estaba manejando en los mails enviados desde el estudio jurídico puesto al servicio de la Argentina en EEUU. No dejó pasar esta oportunidad para indicar que ahí estuvo involucrada silenciosamente Cristina pidiéndole a Abona que interceda para acallar un conflicto potencial. Casi feliz de poder ser la cara visible de lo que él vive como una cruzada contra la corrupción kirchnerista, muestra un último mail en el que lo nombran por retomar su pedido de acceso a lo que sería potencialmente el inicio de la ruta del dinero K, y se encarga de aclarar que a pedido de los organismos que tomaban la causa, en ese momento únicamente podía tener acceso el abogado y no el cliente, por lo que recién puede exponer toda esta información ahora.
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Parece dejar de lado en su enérgico fervor su anterior promesa de “meterse con todos y con todo” y diluirla únicamente en su ya conocido antikirchnerismo, olvidando por completo el actual panorama nacional que vienen enfrentando las grandes mayorías. Dónde estarán los programas contra los despidos, el ajuste, los tarifazos. Ya lo hemos escuchado despotricar contra el “periodismo militante” y a la vez aseverar que "no es lo mismo Panamá Papers que las imágenes de la Rosadita". Ambas declaraciones bien podrían poner de manifiesto la contradicción del conductor, quien no parece hacer otra cosa más que militar, con la omisión y la elección periodística de cada programa, para el actual gobierno nacional.
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