El ex agente de la DINA, Cristian Labbé será procesado por el delito de tortura como presunto autor de agresión a los derechos humanos hacia presos políticos en Panguipulli durante 1973.
Miércoles 19 de abril de 2017
FOTO: El Ciudadano.
Esta mañana el ex agente de la DINA, torturador de Tejas Verdes y ex alcalde de Providencia, Cristian Labbé, fue notificado por su procesamiento por la acusación en su contra por el delito de torturas en 1973, en Panguipulli.
Dentro de la investigación, la causa judicial buscará averiguar su vinculación con las torturas de Harry Cohen, Harry Edward Cohen Vera, Jaime Rozas González, Bernardo Santibáñez Álvarez y de Juan Horacio Rosales Quintana.
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Se espera que al recibir esta información, el torturador sea trasladado al Regimiento de Montaña N°8 de Tucapel. Esto debido a la orden interpuesta por el Ministro de causas de Derechos Humanos, Álvaro Meza. Cabe destacar que dicho regimiento fue utilizado como centro de tortura por efectivos del Ejército desde 1973 hasta 1975.
Frente a esto, cabe destacar que los genocidas de la dictadura que han sido detenidos cuentan con televisores, canchas de tenis, atención de médicos, dentistas, psicólogos y kinesiólogos, a pesar de todos sus crimines y violaciones a los derechos humanos. Esta situación contrasta con la situación de los presos comunes, quienes se encuentran hacinados, constantemente humillados y maltratados, pasando hambre y frío, apenas contando con atención médica o apoyo de algún tipo.
Frente a estos reiterados casos de impunidad, en donde se ve favorecido el torturador, el empresario y el de derecha, por las leyes creadas en dictadura y mantenidas por la Concertación, hace falta una alternativa real contra todos los criminales que participaron del Golpe de Estado y en los constantes atropellos a los Derechos Humanos, de las mujeres, la juventud y las conquistas que logró la clase obrera por su movilización.
Hace tiempo, organizaciones de Derechos Humanos, políticas, sociales, familiares de ex detenidos desaparecidos, de asesinados, y el pueblo trabajador, marchan todos los 11 de septiembre no solo para recordar ese fatal día, sino también para exigir cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas de la dictadura, sin ningún privilegio para los violadores de los Derechos Humanos.