La marea de la salud inundó con sus guardapolvos la autopista por salario y en defensa de la salud pública de calidad. ¿Qué expresa este nuevo fenómeno?
Virginia Gómez @mavirginiagomez
Jueves 1ro de diciembre de 2022 22:01
Hace ya un mes en el Hospital Posadas algo cambió y ese cambio se expresó con fuerza. Médicos, profesionales, residentes y becarios, enfermeras (que muchos confiesan que nunca habían participado de una marcha y menos aún de un corte de autopista), ayer pintaron de blanco con sus guardapolvos el Acceso Oeste, acompañados por la juventud de los hospitales bonaerenses y los del Garrahan. Incluso esa marea de salud alentó a otros sectores, como los de administración del Posadas, que a pesar de sus sindicatos que le dan la espalda a la lucha, se animaron a acompañar esta medida. Desde el otro lado de los ventales del gigante blanco, no faltaron las fotos, videos, siguiendo la jornada con atención y simpatía.
Todo empezó semanas atrás cuando médicos y médicas dijeron "basta", junto a otros sectores de profesionales. Un “basta” que libera una broca de años por los gobiernos que ajustan y desprecian la salud de calidad subordinados al FMI. Bronca a los sindicatos que le dan la espalda, por la inflación que les come los ya bajos salarios. Y de conjunto, "basta" de un sistema expulsivo, que echa a los mejores profesionales, entre lágrimas de sus compañeros y compañeras, en servicios que están al borde del cierre. Como lo dicen ellos y ellas mismas, “nos llamaban héroes en la pandemia y ahora nos tratan como descartables”. Ese es el trasfondo profundo de lo que sucedió ayer, que es mucho más que una foto, un día, una acción, un momento de la lucha, que tiene diversas expresiones en varias provincias del país.
En este marco surgió “autoconvocados” y las primeras asambleas, a las que se sumaron a dar su apoyo la Cicop seccional, STS, despedidos bajo el gobierno de Macri que lograron su reincorporación y los jóvenes residentes. A estos últimos el director no tuvo mejor idea que no pagarle parte de sus ingresos, cuando ellos ya estaban contagiados del impulso de sus pares de la Ciudad de Buenos Aires. El ataque los animó aún más a sumarse a la organización que desde abajo crecía, donde también tiene voz los becarios y cursistas que no perciben salario ni tienen derechos elementales.
En común y en unidad, fueron dando las primeras vueltas en ronda al mástil de entrada, con aplausos y cánticos que llamaban “al Gobierno nacional, para que vea, que este equipo no cambia de idea, pelea y pelea por el Hospital”. Ayer la Ministra Vizzotti “que lo mira por TV” fue una de las más señaladas.
Como los días pasaban y los de arriba no escuchaban, empezaron a trascender la reja de entrada, y confluir con los bocinazos de los autos y camiones, tratando de ganar visibilidad. Pero en ese momento el puente que conecta al Hospital con la comunidad es hasta donde quisieron llegar. Ayer se empaparon del apoyo de los conductores hasta empacharse.
Las bocinas muestran el enorme apoyo popular a las trabajadoras y los trabajadores de la salud. pic.twitter.com/wow0x8LK5u
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) December 1, 2022
¿Pero cuál fue la gota, o las gotas, que rebalsaron el vaso de la paciencia de los trabajadores e inclinaron la balanza para que decidieran subirse a la autopista?
Las promesas de una supuesta oferta del Gobierno que nunca llega mientras diputados y senadores se aumentan la dieta como denunció Nicolás del Caño en el Congreso, hizo estallar la bronca.
El director que anuncia, sin que se le mueva un músculo de la cara, que se va de vacaciones a correr una maratón, ganándose unos cuantos memes.
Y una notificación a una audiencia en el Ministerio de Trabajo que no los reconoce, entre aprietes, amenazas y un profundo desprecio por quienes trabajan en un sistema público de salud agobiado por la crisis social que inunda sus pasillos en el corazón del conurbano bonaerense.
¿Hubo dudas? Sí. ¿Fue fácil? Claro que no. Como en toda lucha, los trabajadores y trabajadoras cuentan que estos días primaron los debates, discusiones, diferencias, rumores y hasta enojos. Pero esa deliberación colectiva en pasillos, reuniones, grupos de WhatsApp y en la asamblea que unifica y decide, hizo que cada paso, cada decisión, sea más conciente. A lo que los de arriba intentaron dividir y desgastar, ayer se respondió con unidad y firmeza que terminó de convencer hasta a los más dubitativos.
Y esa unidad que se mantiene hacia adentro, y que suma la simpatía de quienes las burocracia vigila, se fue construyendo también hacia afuera intrahospitales. Con el Garrahan que los une enfrentar al mismo Gobierno y una larga tradición de peleas comunes; con la fuerza de los residentes bonaerenses que experimentan el mismo ninguneo por parte de Kicillof y se autoorganizan; pero también con los pacientes y vecinos que se empiezan a sumar y participar de las acciones para dar pasos en esa alianza poderosa, así como con otros trabajadores en lucha, donde también la izquierda tiene también un lugar ganado por su incondicional apoyo y coherencia.
Esta experiencia que tiene pocas semanas, pero también tradición, deja planteado que los trabajadores de la salud pueden asumir la importante tarea de unir sus fuerzas con todos los que enfrentan el ajuste, por eso es pertinente la propuesta de La Marrón (PTS) que están impulsando a través de un petitorio entre los sectores de salud para construir un gran encuentro nacional de coordinación y unidad de todas las luchas, que invitamos a acompañarlo con firmas de apoyo.
El viernes 2 cerca del mediodía en el Ministerio de Trabajo hay una audiencia. El Gobierno nacional notificó a los gremios paritarios como ATE, UPCN y Aprosan, que no han pisado ni una asamblea como les exigen los que luchan, y a Cicop que sí los acompaña.
Al bajarse de la autopista los trabajadores volvieron a realizar una asamblea, como ya es una sana costumbre. Volvieron a decidir que en esa y todas las instancias de negociación las autoridades tienen que recibir a los representantes elegidos democráticamente por la misma, llevar un pliego único de reclamos, que se va solo a escuchar, no se realiza ningún compromiso, y que es en la asamblea donde se evalúa y decide si hubiese alguna oferta. Con ese mandato irán mañana hasta el edificio de la calle Callao en Caba, mientras a su vez impulsan otras actividades como la campaña de donación de sangre, en el marco del paro, para los pacientes y vecinos que ya se empiezan a organizar en apoyo a los trabajadores que hoy protagonizaron una "jornada histórica", como ellos mismos lo dicen, que no recuerdan precedente.
Virginia Gómez
Nació en Buenos Aires en 1982. Es Licenciada y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política (UBA). Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.