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Red Internacional
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Rosario. Crónica de una importante jornada de lucha que pide continuidad

La jornada de lucha y movilización de hoy fue un pronunciamiento masivo y contundente contra los planes del macrismo a nivel nacional, pero también en respuesta a la política de Lifschitz y los suyos. Un gran paro en la región, piquetes y una masiva movilización que piden a gritos la continuidad.

Octavio Crivaro

Octavio Crivaro @OctavioCrivaro

Jueves 25 de febrero de 2016

Y un día los trabajadores, un sector de ellos, ganaron las calles. El paro se hizo sentir no solamente a nivel nacional sino con toda su fuerza regional. Desafiando a los termómetros que certificaban una jornada abrasadora, cientos de trabajadores estatales fueron llegando solos o en grupos, mezclando su bronca y su ansiedad con la de docentes de AMSAFE, que adhirieron a la jornada, a los médicos del SIPRUS y a una nutrida delegación de docentes universitarios de la COAD. Más de dos mil estatales y docentes coparon, así, los alrededores de la Plaza 25 de mayo, aquella donde las Madres hicieron sus rondas para denunciar la impunidad de la última dictadura.

Madrugada contra las amenazas en Acindar

La jornada, en realidad, ya había comenzado más temprano. Muy temprano. Antes de las 6 AM, el PTS en el Frente de Izquierda de Villa Constitución, junto a una delegación de ATE y la CTA, realizaron una volanteada deteniendo los vehículos en la enorme Acindar, cuna de las más combativas tradiciones obreras de la región, emblema de las dos jornadas conocidas como “los Villazos”. Allí este cronista, en la ya cálida madrugada, fue parte de los que dialogaron con cientos de obreros, que ven el cierre temporario de la Acería, corazón de la planta, como una amenaza de lo que se viene. Mucho más si tenemos en cuenta que esta empresa, una de las perlas del gigante Arcelor-Mittal, picó en punta a la hora de despedir. Empezó el macrismo antes de que gane Macri.

Cortes al Protocolo

Luego, en Rosario, los piquetes. La Corriente Clasista y combativa hizo los suyos en algunos barrios y más de 200 trabajadores y estudiantes del PTS-Frente de Izquierda, junto a centros de estudiantes como el de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR y organismos de Derechos Humanos, y familiares de víctimas de gatillo fácil, como Julieta y María Elena, hermana y madre de Jonatan Herrera, respectivamente, cortamos en el nudo de San Luis y Corrientes.

Una enorme bandera que decía NO! Protocolo = Represión explicaba a los autos, a los medios de comunicación y a los transeúntes, uno de los motivos de la protesta: los mismos que nos ajustan, que dan motivos diarios para salir a la calle, se dan el lujo de lanzar una virtual prohibición de poder movilizarse y manifestarse contra ello. Mientras garantizamos el corte en este lugar estratégico del microcentro rosarino, los presentes comentaban las novedades del corte en Capital Federal, donde la izquierda, como decía un Clarín sediento de represión, “desafiaba” al protocolo de Bullrich. En Rosario también se desafió a la ministra de “la represión permanente” y a la ambigua actitud del gobierno de Miguel Lifschitz, que se acerca y se aleja de Macri con una sistematicidad impactante. Sin embargo: siempre se aleja menos de lo que se acercó previamente.

Un divisionismo esperable de los K

Inéditamente, parecía que la jornada uniría a sindicatos dirigidos por sectores alineados por sectores kirchneristas, con los sindicatos de la llamada CTA Autónoma y con la izquierda. Sin embargo esa hipótesis fue siendo demolida por las organizaciones cristinistas. Los mismos sectores que, si bien llamaron a participar de la jornada, se negaron a convocar al paro, boicotearon la realización de una marcha conjunta. Con el sector de ATE alineado con Jorge Hoffman a la cabeza, las organizaciones sindicales dirigidas por el Frente para la Victoria rompieron la movilización apenas comenzó, algo coherente con la inexplicable tregua que dan al gobierno provincial, que pelotea con la paritaria de municipales y provinciales.

Las organizaciones políticas alineadas con el Frente para la Victoria, e incluso algunas como el Movimiento Evita, con buena relación con Diego Bossio, que rompió para ser más dialoguista con el ajustador Macri, mostraron escasa predisposición a marchar con sectores que denunciamos durante doce años la precarización laboral. Los cantos a favor de Cristina y el lema de “vamos a volver”, expresaban menos fervor militante que escasa voluntad de enfrentar, en serio, en las calles, con fuerza, al ataque de Macri y su gobierno de gerentes y represores. Si en otras ocasiones dijimos que “no alcanza con plazas” sino que hay que tomar las calles, este 24 de febrero quedó claro que no hay voluntad de lucha, lamentablemente. Se puede tener una política funcional a la derecha y ser sectario, todo al mismo tiempo. Y el kirchnerismo rosarino lo dejó en claro.

Una marcha masiva

La marcha de docentes, estatales y de organizaciones de izquierda, fue copando la calle Santa Fe. A los miles de movilizados, incluso a pesar de que erróneamente AMSAFE Rosario solo desobligó de 10 a 14, en lugar de llamar al paro toda la jornada, se sumaron los obreros de la empresa Arzinc de Fray Luis Beltrán, que enfrentan nada menos que la amenaza del cierre de la empresa, algo que ya vimos ates con Mahle y con Paraná Metal, contra cuyos trabajadores conspiraron el gobierno socialista y el kirchnerismo. Los cantos improvisados de trabajadores de distintas dependencias, reflejaban la bronca no solamente con el derechista Macri, sino con el supuestamente progresista Miguel Lifschitz, que atacó a los ñoquis y que aseguró que era “imposible” otorgar un 40% de aumentos en la paritaria, lo que no quita que aplique tarifazos y aumentos superiores al 50%. Desde que asumió la CEOcracia del PRO, se ha beneficiado de manera consuetudinaria a sojeros, exportadores y grandes empresarios, a los que se les garantizó medidas extraordinarias para amasar más fortuna aún de la que amasaron bajo el kirchnerismo. Lifschitz no va a atacar esa política sencillamente porque son los mismos sectores que ganan con su gestión. Multinacionales, la Rural, Cargill, General Motors ganan y ganan, siempre. Los trabajadores son “mandados al arco". Con Mauricio, que es Macri, y con Miguel, que es Lifschitz.

Ahora, a darle continuidad

La jornada de hoy fue una alerta, una primera alerta masiva, para los gobiernos provincial y nacional. Fue un grito de bronca, una manifestación de las necesidades más profundas de los trabajadores de la región, ante la realidad amenazante de despidos, de cierres, de techos salariales, de ataques a las conquistas que logramos con años de luchas. Fue también una exclamación a las conducciones sindicales que lo de hoy no sea una jornada aislada y sin continuidad. Necesitamos un plan de lucha regional y nacional, que una a todos los trabajadores, más allá de los sindicatos. Un plan de acción que enfrente los despidos y plantee “familias en la calle, nunca más”; que rechace el convite de cambiar “estabilidad” por condiciones de trabajo, que plantee el pase a planta y el fin de la precarización laboral, que apoye a los trabajadores de la industria que enfrentan cierres o despidos encubiertos con el “fin de los contratos”. Que derrote el protocolo antipiquetes vergonzoso.

Eso se puede lograr. El PTS en el Frente de izquierda propone realizar un gran encuentro de todos los sectores que están sufriendo los primeros ataques y se encuentran en lucha, sean docentes, estatales o de la industria, como los compañeros de Fridecco en la provincia de Santa Fe, Arzinc en Fray Luis Beltrán, Acindar, trabajadores de Comercio, telefónicos etc. Si ATE y AMSAFE, o Aceiteros, pusieran la enorme fuerza de movilización que tienen, la perspectiva de imponer un paro nacional para derrotar el ajuste se hace efectiva. Desde el PTS en el FIT llamamos a todos los trabajadores en lucha a sumarse a pelear por esta perspectiva, y dar esta pelea junto con nosotros.


Octavio Crivaro

Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.

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