Compartimos la columna de opinión de la Presidenta del Colegio de Profesores Comunal Antofagasta, en miras a la asamblea nacional del gremio a realizarse este viernes 12 de enero.

Patricia Romo Profesora del Liceo Domingo Herrera B-13. Integrante de la Agrupación Nuestra Clase Antofagasta.
Jueves 11 de enero de 2018

Este viernes se realiza la Asamblea Nacional Programática 2018 del Colegio de Profesores en Santiago. Es el deber y obligación del magisterio en la instancia, ponerse a la altura de la situación que nos encontramos viviendo los profesores, producto de la crítica inestabilidad laboral docente que impera en todas las comunas, los despidos, las incesantes reubicaciones, el agobio laboral, las deudas de los municipios, el encasillamiento, la evaluación punitiva.
Lo que está a la base de toda esta precarización es la inestabilidad laboral: no saber si tendremos trabajo el próximo año, es pasar cada diciembre con el alma en un hilo porque no sabemos cómo nos evaluarán (subjetividad de los directores que se creen gerentes), ni saber si contaremos con extensión aquellos que nos toca ser jefas y jefes de hogar. Es tener miedo a decir lo que se piensa, a exigir lo que es justo, a organizarse, a luchar.
Se hace urgente establecer un Pliego de Demandas, una agenda con pisos mínimos que contenga las demandas más urgentes del profesorado, aquellas que ya no dan para más, poniendo al centro la exigencia de la titularidad docente ¡Basta de profes a contrata! ¡No más plazo fijo! Basta de que nos muevan de una escuela a otra sin poder hacer tradición pedagógica ni continuidad con nuestros estudiantes. Junto a esta exigencia debe estar el agobio laboral ( 50/50 y el cese por ley de la exigencia de planificación clase a clase), democratización de nuestras escuelas para terminar con el autoritarismo de los directores y el traspaso efectivo al estado. Pago de todas las deudas municipales (Bono Proporcional, SAE).
El año 2015, 30.000 profesores fueron traspasados a titularidad (contrato indefinido), ese hito fue producto de la histórica movilización docente del 2014 que sobrepasó todos los frenos que ponía la dirección de Jaime Gajardo para no perjudicar al gobierno de Bachelet; movilización que se consagró como “la rebelión de las bases”.
Hoy sabemos que el “recambio” de rostros tras las últimas elecciones del gremio no aseguró nada respecto de la dirección de lucha que tendría el Colegio de Profesores: el 2017 el gremio fue inmovilizado, no se dio la pelea ni siquiera en contra de la Ley NEP que contaba con más del 80% de rechazo de los profesores. Convocatorias ambiguas y tardías no provocaron jamás la fuerza necesaria para revertir la fuerza de los acuerdos políticos entre la Nueva Mayoría y la derecha en el parlamento. Tras las últimas elecciones, el bloque político del Presidente Nacional, Mario Aguilar, entró con todo al parlamento. La pregunta es: ¿Nuevamente plantearán la estrategia de ir a buscar acuerdos al parlamento? Si siguen creyendo que con una caminata de 10 dirigentes al Congreso lograremos revertir en algo la situación en la que nos dejaron la derecha y la Nueva Mayoría (Concertación), estamos errando garrafalmente en la estrategia. Lo dije en la asamblea nacional de agosto: ¿a qué vamos a ir a un parlamento corrupto?
Para desarrollar la fuerza que venga a imponer la agenda que demandamos es absolutamente necesario que ésta se plantee en un marco de plan de movilización ascendente, con una gran campaña de difusión previa desde antes de los inicios del año escolar. Y para sostener esto, la organización debe ser sistemáticamente, permanente, no puede ser que se nos convoque a los dirigentes 2 o 3 veces en el año a asamblea nacional. ¿Qué plan podríamos sostener así?
Frente al panorama que se empieza a vislumbrar en los inicios de este periodo, con Sebastián Piñera y la derecha gobernando - que tal como el resto de los gobiernos de derecha como Macri y Temer querrá atacar a los trabajadores- ¿Qué tiene que decir el gremio más grande del país? Los profesores podemos dar el puntapié para que el resto de los trabajadores vean también la necesidad de alzarnos como sujetos de cambio y transformación de este sistema plagado de injusticias. Está en nuestras manos.