Hace dos años me tocó participar en el debate de candidatos a gobernador. Allí, Lifschitz se despachó con varias promesas en educación que están muy lejos de ser cumplidas un año y medio después de asumir el cargo. Santa Fe sigue el camino PRO de ajuste y privatización de la educación pública.
Octavio Crivaro @OctavioCrivaro
Domingo 18 de junio de 2017
“Mi objetivo es que Santa Fe sea la Finlandia de Argentina”, nos prometía Lifschitz refiriéndose a la educación. También hizo mención a “la jerarquización de la tarea docente, mejorar su salario, su formación inicial, su formación continua” y de la “mucha inversión en infraestructura en todas las escuelas. Las escuelas se caían a pedazos en 2007”. Queda la duda de si el gobernador vive una realidad paralela o creer que los santafesinos somos tontos.
En estos casi dos años el salario no solo no mejoró, sino que las y los docentes perdieron durante el 2016 casi un 10 por ciento de poder adquisitivo de su salario y para este año se proyecta un porcentaje similar. Una maestra que recién se inicia gana poco más de 14.000 pesos. Un salario miserable que obliga a los trabajadores y trabajadoras de la educación trabajar doble jornada, es decir 12 horas diarias. ¿De qué jerarquización nos habla Lifschitz?
El gobernador también prometió “mucha inversión” en infraestructura pero solo en el departamento Rosario 75 establecimientos escolares tienen problemas graves. Muchas otras instituciones vienen reclamando por un edificio propio, como el profesorado de música Carlos Guastavino de Rosario y el Instituto Superior Nº 24 de Villa Gobernador Gálvez, el único profesorado con el que cuenta una de la ciudades más importantes de la provincia. ¿De qué inversión fuerte en infraestructura nos habla el gobernador?
Lifschitz se mofa de que Santa Fe es una de las provincias del país más avanzadas en materia educativa. Sin embargo, en 2015 uno de cada tres chicos y chicas de 17 años no está en la escuela. Un estudio de la UNR y Unicef revela que “el sistema educativo de Santa Fe tiene menor capacidad de captación de la población de 15 a 17 años, en cualquiera de sus niveles y modalidades, respecto del país analizado en su conjunto”. Los jóvenes son expulsados del sistema educativo y la respuesta del Estado ante esto es la militarización de los barrios populares, el gatillo fácil y un accionar policial que goza de impunidad como sucede en el caso de la muerte de la docente María de los Ángeles París.
A la par de esta situación durante cada ciclo lectivo que comienza se pone en evidencia la falta de cupos para el nivel inicial. A pesar de que la ley establece la obligatoriedad de la educación desde los 4 años, en Santa Fe se calcula que 12 mil familias se quedaron sin la posibilidad de escolarizar a sus hijos este año o tuvieron que pagar un jardín privado.
El avance de la educación privada
El 45 por ciento de los estudiantes secundarios asisten a este tipo de establecimientos, en su gran mayoría confesionales. Cerca del 20 por ciento del presupuesto en Educación va destinado a escuelas privadas y en la mayoría de ellas el Estado provincial se hace cargo íntegramente de pago de salarios. A la par que se desfinancia la educación pública lo que tenemos también es una injerencia fenomenal de la Iglesia en la formación de nuestros jóvenes, y en poner trabas en la implementación de la Educación Sexual Integral, como fuimos testigos de manera reciente en el lobby que realizó el Consejo de Pastores de Rafaela a través de diputado del peronismo Roberto Mirabella para cajonear la ley.
En nuestra provincia hay 202 institutos terciarios donde se forman la mayoría de los educadores. Pero solo 81 son públicos, el 40% del total. Y lo de “público” también es mentira. La mayoría abandona porque no puede bancar los gastos o tiene que trabajar muchas horas sin quedar tiempo para estudiar. Los jóvenes trabajamos con los peores sueldos y condiciones, muchas veces 9, 10 y hasta 11 horas.
El Frente de Izquierda, la única alternativa de defensa de la educación pública
En Santa Fe estudiantes y docentes hemos protagonizado luchas enormes en defensa de la educación pública y de calidad. En estas elecciones tenemos la oportunidad de fortalecer al Frente de Izquierda y de esta manera amplificar la voz en Congreso en defensa de todos nuestros derechos, de quienes elegimos, no caímos, en la educación pública.
Decimos que somos la única alternativa porque no solo el Frente Progresista y Cambiemos ajustan sobre la educación pública y financian cada vez más a la educación privada, sino que también el Frente para la Victoria mantuvo el modelo privatista. Incluso Carlos del Frade, en su proyecto de ley de educación provincial, propone mantener la mayor parte de las escuelas privada y su financiamiento.
Cinco medidas elemental para avanzar en una educación pública de calidad
1. Salario mínimo igual a la canasta familiar por un cargo inicial, con 4 horas frente al grado y 2 horas para capacitación en servicio y tareas administrativas y pedagógicas de clase.
2. Transformar las escuelas privadas en públicas para garantizar el acceso y la educación laica, respetando los puestos de trabajo de quienes ejercen en el sector privado.
3. Construcción y remodelación de todos los establecimiento educativos.
4. Creación de los cargos necesarios para un proceso pedagógico acorde a las necesidades de docentes y estudiantes.
5. Para estudiantes de profesorados y magisterios residencias pagas en las escuelas, por jardines maternales y boleto gratuito para docentes y estudiantes. Y un plan de becas para evitar la deserción escolar.
El financiamiento de este modelo será en base a terminar con los beneficios impositivos a las grandes empresas, la estatización de los puertos, la implementación de impuestos progresivos a las grandes fortunas, el fin del financiamiento de la educación privada y confesional, y el no pago de la deuda externa provincial.
Porque creemos que hay que enfrentarse a los poderosos en serio, porque nuestra educación vale más que sus ganancias.
Octavio Crivaro
Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.