El cineasta italiano, Pier Paolo Pasolini, fue un sublime poeta, pero tambiĂ©n un enamorado del fĂștbol. Publicamos uno de sus texto donde habla sobre los lenguajes del juego, e imagina la jugada de Maradona en 1986.

Rosa D’Alesio @rosaquiara
Viernes 25 de noviembre de 2022 18:00
El gran director de cine, nacido en la ciudad de Bolonia el 5 de marzo de 1922 fue asesinado el 2 de noviembre de 1975. Fue un crimen de odio.
Pasolini no llegĂł a conocer al mejor jugador de fĂștbol -aunque para algunos esta afirmaciĂłn pueda ser opinable-. Eso no le impidiĂł ilusionarse con las mejores gambetas que podĂa hacer el genio mundial, que al igual que el cineasta, amaba el fĂștbol y dominaba la pelota.
En el Mundial de 1986, el 22 de junio a las 12 hs de MĂ©xico, comenzaba un partido en el Estadio Azteca que iba a quedar en la historia. Se enfrentaban las selecciones de Argentina e Inglaterra por cuartos de final del Mundial de MĂ©xico. Diego Maradona marcĂł el mejor gol de la historia del fĂștbol mundial. El genio, el "barrilete cĂłsmico", elude a cinco jugadores ingleses (Hoddle, Reid, Butcher, Fenwick y al arquero Shilton), avanza hacia el arco sin que pudieran sacarle la pelota hasta que anota el gol.
Esas gambetas, ese gol, Pasolini lo describiĂł, lo soñó, 15 años antes. Fue a partir de la derrota de Italia a manos de Brasil en la final del Mundial 1970 en MĂ©xico, el cineasta escribiĂł un artĂculo que fue publicado en el periĂłdico "Il Giorno" el 3 de enero de 1971 bajo el tĂtulo de "Il calcio ’Ăš’ un linguaggio con i suoi poeti e prosatori" -’El fĂștbol es un lenguaje con sus poetas y prosistas’ NdR-.
El fĂștbol es un lenguaje con sus poetas y prosistas
El fĂștbol es un sistema de signos, o sea un lenguaje. Tiene todas las caracterĂsticas fundamentales del lenguaje por excelencia, el que nosotros nos planteamos en seguida como tĂ©rmino de confrontaciĂłn, o sea el lenguaje escrito-hablado. De hecho, las âpalabrasâ del lenguaje del fĂștbol se forman exactamente igual que las palabras del lenguaje escrito-hablado. Ahora bien, ÂżcĂłmo se forman estas Ășltimas? Se forman a travĂ©s de la llamada âdoble articulaciĂłnâ, o sea a travĂ©s de las infinitas combinaciones de los fonemas que son, en italiano, las veintiĂșn letras del alfabeto.
Los fonemas, por tanto, son las âunidades mĂnimasâ de la lengua escrito-hablada. ÂżQueremos divertirnos definiendo la unidad mĂnima de la lengua del fĂștbol? Veamos: âUn hombre que usa los pies para patear un balĂłnâ es esa unidad mĂnima: ese âpodemaâ (si queremos seguir divirtiĂ©ndonos). Las infinitas posibilidades de combinaciĂłn de los âpodemasâ forman las âpalabras futbolĂsticasâ, y el conjunto de las âpalabras futbolĂsticasâ forma un discurso, regulado por autĂ©nticas normas sintĂĄcticas. Los âpodemasâ son veintidĂłs (casi igual que los fonemas), las âpalabras futbolĂsticasâ son potencialmente infinitas, porque infinitas son las posibilidades de combinaciĂłn de los âpodemasâ (en la prĂĄctica, los pases de balĂłn entre jugador y jugador); la sintaxis se expresa en el âpartidoâ, que es un autĂ©ntico discurso dramĂĄtico.
Los cifradores de este lenguaje son los jugadores, nosotros, en las gradas, somos los descifradores: asĂ pues, poseemos en comĂșn un cĂłdigo. Quien no conoce el cĂłdigo del fĂștbol no entiende el significado de sus palabras (los pases) ni el sentido de su discurso (un conjunto de pases). No soy ni Roland Barthes ni Greimas, pero como aficionado, si quisiera, podrĂa escribir un ensayo mucho mĂĄs convincente que esta menciĂłn, sobre la âlengua del fĂștbolâ. Pienso, ademĂĄs, que se podrĂa escribir tambiĂ©n un bonito ensayo titulado âVladimir Propp aplicado al fĂștbolâ, porque, naturalmente, como toda lengua, el fĂștbol tiene su momento puramente âinstrumentalâ, rigurosa y abstractamente regulado por el cĂłdigo, y su momento âexpresivoâ.
En efecto, antes he dicho que toda lengua se articula en varias sublenguas, cada una de las cuales posee un subcĂłdigo. Pues bien, en la lengua del fĂștbol se pueden hacer tambiĂ©n distinciones de este tipo: tambiĂ©n el fĂștbol posee unos subcĂłdigos, desde el momento en que, de ser puramente instrumental, pasa a convertirse en expresivo. Puede haber un fĂștbol como lenguaje fundamentalmente prosĂstico y un fĂștbol como lenguaje fundamentalmente poĂ©tico. Para explicarme, pondrĂ© âanticipando las conclusionesâ algunos ejemplos: Bulgarelli juega un fĂștbol en prosa: Ă©l es un âprosista realistaâ. Riva juega un fĂștbol en poesĂa: Ă©l es un âpoeta realistaâ. Corso juega un fĂștbol en poesĂa, pero no es un âpoeta realistaâ: es un poeta un poco maldito, extravagante. Rivera juega un fĂștbol en prosa, pero la suya es una prosa poĂ©tica, de Elzevir. TambiĂ©n Mazzola es un âelzevirianoâ, que podrĂa escribir en el Corriere della Sera, pero es mĂĄs poeta que Rivera: de vez en cuando Ă©l interrumpe la prosa e inventa en seguida dos versos fulgurantes.
Quiero aclarar que entre la prosa y la poesĂa no hacemos distinciĂłn de valor; la mĂa es una distinciĂłn puramente tĂ©cnica. Sin embargo, entendĂĄmonos: la literatura italiana, sobre todo la reciente, es la literatura de los Elzevir: ellos son elegantes y extremadamente estetizantes, su fondo es casi siempre conservador y un poco provinciano... en fin, democristiano. Entre todos los lenguajes que se hablan en un paĂs, incluso los mĂĄs jergales y difĂciles, hay un terreno comĂșn que es la cultura de ese paĂs: su actualidad histĂłrica. AsĂ, precisamente por razones de cultura y de historia, el fĂștbol de algunos pueblos es fundamentalmente en prosa; prosa realista o prosa estetizante (este Ășltimo es el caso de Italia), mientras que el fĂștbol de otros pueblos es fundamentalmente en poesĂa.
En el fĂștbol hay momentos que son exclusivamente poĂ©ticos: se trata de los momentos del gol. Cada gol es siempre una invenciĂłn, es siempre una perturbaciĂłn del cĂłdigo: todo gol es ineluctabilidad, fulguraciĂłn, estupor, irreversibilidad. Precisamente como la palabra poĂ©tica. El mĂĄximo goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año. En este momento lo es Savoldi. El fĂștbol que expresa mĂĄs goles es el fĂștbol mĂĄs poĂ©tico. TambiĂ©n la gambeta es de por sĂ poĂ©tica (aunque no siempre como la acciĂłn del gol). De hecho, el sueño de todo jugador (compartido por todo espectador) es salir del centro del campo, gambetear a todos y marcar. Si, dentro de los lĂmites permitidos, se puede imaginar en el fĂștbol una cosa sublime, es precisamente Ă©sta. Pero no sucede jamĂĄs. Es un sueño que he visto realizado sĂłlo en I due maghi del pallone (Los dos magos del balĂłn), la pelĂcula de Franco Franchi que, aunque sea a nivel rĂșstico, ha conseguido ser perfectamente onĂrica.
ÂżQuiĂ©nes son los mejores gambeteadores del mundo y los mejores goleadores? Los brasileños. Por lo tanto, su fĂștbol es un fĂștbol de poesĂa: de hecho, en Ă©l todo estĂĄ basado en la gambeta y en el gol. El âcatenaccioâ (encadenado) y la triangulaciĂłn es un fĂștbol de prosa: en efecto, estĂĄ basado en la sintaxis, o sea en el juego colectivo y organizado: es decir, en la ejecuciĂłn razonada del cĂłdigo. Su Ășnico momento poĂ©tico es el contraataque, con el gol añadido (que, como hemos visto, no puede mĂĄs que ser poĂ©tico). En definitiva, el momento poĂ©tico del fĂștbol parece ser (como siempre) el momento individualista (gambeta y gol; o pase inspirado). El fĂștbol en prosa es el del llamado sistema (el fĂștbol europeo). Su esquema es el siguiente:
El gol, en este esquema, estĂĄ encomendado a la definiciĂłn, a ser posible de un âpoeta realistaâ como Riva, pero debe derivar de una organizaciĂłn de juego colectivo, basado en una serie de pases geomĂ©tricos ejecutados segĂșn las reglas del cĂłdigo (se trata de una perfecciĂłn un poco estetizante y no realista, como en los centrocampistas ingleses o alemanes).
El fĂștbol en poesĂa es el del fĂștbol latinoamericano. Su esquema es el siguiente:
Esquema que para ser realizado debe requerir una capacidad monstruosa de gambetear (cosa que en Europa es repudiada en nombre de la âprosa colectivaâ) y el gol puede ser inventado por cualquiera y desde cualquier posiciĂłn. Si gambeta y gol son los momentos individualistas-poĂ©ticos del fĂștbol, es por eso que el fĂștbol brasileño es un fĂștbol de poesĂa. Sin hacer distinciĂłn de valor, sino en sentido puramente tĂ©cnico, en MĂ©xico la prosa estetizante italiana ha sido vencida por la poesĂa brasileña.

Rosa D’Alesio
Militante del PTS, columnista de la secciĂłn Libertades DemocrĂĄticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotrĂĄfico y Fuerzas Armadas.