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Red Internacional
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HISTORIAS DEL AUTOMOVILISMO: EL CAÑO DEL YOYO MALDONADO. Cuando el VW-1500 les pintó la cara a las Renault Fuego y los Sierra XR4

En el TC2000, el Dodge 1500 fue dominador absoluto en los primeros años de la categoría. Eso será hasta la aparición de la cupé Taunus primero, y luego las Renault Fuego y los Sierra XR4. En su ocaso, volvió a surgir como el Ave Fenix, y dió pelea. Un subcampeonato en 1988 que huele a hazaña. Aqui uno de los autos más recordados y respetados de la historia del automovilismo: el "milqui" del Yoyo Maldonado.

Sábado 7 de marzo de 2015

Foto: Museo Fangio

Allá por 1979 nacía el TC2000, la categoría de 2 litros que se desprendería de la ACTC de los Falcon, Chevy, Torino y la GTX. En ese primer año, de un campeonato corto de 5 fechas, saldría campeón el "Cocho" López, con un Peugeot 504. En los primeros años de desarrollo serán los Dodge 1500 (luego VW-1500) los más veloces y ganadores: 4 campeonatos seguidos para la marca. Tres de ellos de Jorge Omar del Río, y uno para el "Loco" Di Palma, con su rugiente Dodge dorado "43/70".

Pero el reinado de los "Milqui" acabaría allí, en 1983. En una categoría donde el avance tecnológico es primordial, para 1984 será la cupé Taunus de Mario Gayraud la ganadora del campeonato y último estandarte de esa primera vieja guardia. En 1985 aparecerá el Sierra XR4 que, con Rubén Daray, marcará un rumbo de los tracción trasera contra el amanecer de Renault, primero con el 18, y luego con la Fuego, ambos de tracción delantera. Ahí es cuando la cosa cambiaría totalmente: desde 1986 hasta 1993, los ocho campeonatos seguidos para la marca francesa del Rombo. Y de esos, 6 para el Flaco Traverso y el Mago de Alta Gracia, Oreste Berta.

En ese reinado indiscutido de las cupé Fuego aparecería nuevamente el viejo vetusto Dodge 1500. Ya en 1986 había hecho el Loco Di Palma la hazaña de ganar en Balcarce con un 1500, pero con ventajas aerodinámicas con alerón incluído, cosa que luego le sacaron a la máquina devolviéndola al final del pelotón. Nadie iba a poder anticipar que otro 1500 sería quien le diese pelea a las Fuego de Traverso y Cía. Pero así fue, y dos años más tarde de lo que habría sido su despedida...

En 1987 Yoyo Maldonado, un verdadero piloto de monoposto, apostaba a un 1500 que comenzaba a pedir terreno. Al otro año, 1988, se recibiría de maestro en la categoría más avanzada de los autos con techo, y lo hacía justamente con VW-1500 de preparación propia. El famoso y muy querido "milqui" multicolor, diseñado en su fachada por el artista plástico Rogelio Polesello, con la publicidad de las pinturas ALBA. Un auto especial: ninguna condición aerodinámica que lo favoreciese, es más, quizás era el auto más cuadrado de la categoría. No tenía ventajas mecánicas más que las que el propio científico al volante consiguiese desde su taller en 9 de Julio, su localidad natal. Verlo pasar por la recta era volver un lustro en el tiempo. Pero este resistente con cardan y tracción trasera hizo lo que nadie, poniendo en vilo al campeonísimo tándem de las Fuego: Traverso-Berta.

Para sopresa de todos, el auto multicolor sería en ese año ganador en circuitos chicos, trabados y de poca velocidad, como el de Pigüé. En el curverío mostraba sus preferencias este auto, que tenía la ventaja deportiva de poder pesar 100 kilos menos que las Fuego y los Sierra XR4, para equiparar sus desventajas tecnológicas. En los curvones rápidos donde los Sierra como el de Bessone hacían diferencia también supo ganar el "Milqui", como en Mendoza. En total ese año terminó ganando 4 carreras, disputando el campeonato hasta el final con el Flaco Traverso, pero no pudo ser. La bestia pura sangre lograría un merecidísimo sub-campeontado y la despedida hasta la eternidad de este auto emblema de los inicios de la categoría.

Entre los recuerdos que marcaron fuerte impronta está la carrera de ese año en el templo argentino de la velocidad, el circuito de Rafaela, donde las Fuego siempre dominarían a placer. Desde una remontada inicial el VW-1500 del Yoyo se le pegó a la cola de la Fuego negra, el de la publicidad "Lee" del campeonísimo de Ramallo. A cada vuelta se pasaban uno a otro, esperando que en la próxima chupada se devolviesen gentilezas. Ver ese auto, más chico, viejo, de enormes desventajas en circuitos rápidos, pasar una y otra vez a la Fuego era un delirio. La carrera terminó concentrándose en esa pelea de punteros, mientras el resto quedaba lejos de la disputa. A una vuelta del final ese VW-1500 lograba, antes del epílogo, alejarse los suficiente de la Fuego para cortarle la succión al de Ramallo y asegurar una de las victorias más recordadas del automovilismo argentino.

En esos años fueron pocos los que pudieron desafiar el reinado de Renault Fuego. Quizás el chiquito "Milqui" fue el que mejor pelea dió, y por eso es, quizás, uno de los autos más recordados y querido, por propios hinchas y extraños. Vale la mención a otros pioneros de autos "extraños" a la norma, como el batallador Coco Fortunato con el Peugeot 505, o incluso un par de años luego al "Cocho" López con el Fiat Regatta, pero esas son otras historias.

Ahora, con autos de competición estandarizados, igualados en motores, ruedas, tamaño, ya no existe la diferencia de puesta a punto, se borran las características particulares de cada marca y el condimento de cada piloto se disipa en esa homogeneidad. El 1500 del Yoyo Maldonado, el último en su especie, es un homenaje a esos viejos tiempos, donde autos, mecánica, pilotos e hinchadas se confundían en cada carrera, haciendo de la categoría un espectáculo más real y espontáneo.