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Red Internacional
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PREMIOS OSCAR 2020. Cuando en los Oscar sonó “La Internacional”

Ocurrió en la gala de 1982 y llegó a sonar hasta en tres ocasiones durante la misma, una situación que no deja de resultar curiosa teniendo en cuenta el ambiente hollywoodiense.

Jaime Castán @JaimeCastanCRT

Lunes 10 de febrero de 2020

El suceso ocurrió en la 54ª ceremonia de entrega de los premios Oscar, celebrada el 29 de marzo de 1982 en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles. La gala fue presentada por el conocido presentador Johnny Carson y entre las películas con más nominaciones se encontraban “On Golden Pond” (“En el estanque dorado” o “En la laguna dorada”, según la traducción al castellano) dirigida por Mark Rydell, “Ragtime” de Miloš Forman, “Raiders of the Lost Ark” (“En busca del arca perdida” o “Indiana Jones y Los cazadores del arca perdida”) de Steven Spielberg y “Chariots of Fire” (“Carros de fuego” o “Carrozas de fuego”) de Hugh Hudson.

La película con más nominaciones, sin embargo, fue “Reds” (“Rojos”) de Warren Beatty, con doce. Una película de casi cuatro horas basada en la vida del periodista y comunista norteamericano John Reed y especialmente en su clásico libro “Diez días que estremecieron al mundo”, escrito al calor de la Revolución de octubre que tuvo a Reed como uno de sus protagonistas.

De esta manera, la Revolución Rusa de 1917 apareció por primera vez en el cine de Hollywood y por todo lo alto, con un director y actor protagonista de primer nivel como era Warren Beatty, así como con la participación de Diane Keaton, Jack Nicholson o Maureen Stapleton.

El film narra los orígenes del movimiento socialista y comunista en EEUU en torno a la figura histórica de John Reed, así como su viaje a la Rusia revolucionaria en plenos acontecimientos de octubre. Una auténtica rareza del cine hollywoodiense, sobre todo por no ser una película con una perspectiva anticomunista, a diferencia de lo que nos suele tener acostumbrados la gran industria cinematográfica.

A pesar de no ser la película con más premios (que fue “Raiders of the Lost Ark” con cinco estatuillas), sí que obtuvo el de mejor fotografía para Vittorio Storaro, mejor actriz de reparto para Maureen Stapleton, y el de mejor director para Warren Beatty. Así, “La Internacional”, como banda sonora de la película, llegó a sonar tres veces en la recepción de los premios.

En el vídeo, mientras suena el himno internacionalista, Warren Beatty recibe el Oscar a mejor director de manos del icónico actor Jack Lemmon, ambos conocidos por sus posicionamientos políticos progresistas, vinculados al Partido Demócrata. Jack Lemmon, justo en ese año de hecho, había participado en la maravillosa película de Costa-Gavras, “Missing” (“Desaparecido”), sobre el golpe de Estado de Pinochet de 1973 en Chile. Un largometraje que denunciaba la participación de los EEUU en el mismo y que le valió a Lemmon la nominación al Oscar al mejor actor en la siguiente gala de 1983.

Warren Beatty no era comunista ni mucho menos. Era simpatizante del sector más “radical” del Partido Demócrata, participando en 1972 en la campaña electoral a favor de George McGovern, que ha sido considerado uno de los candidatos demócratas más a la izquierda de la historia estadounidense (una suerte de “Berni Sanders”-> http://www.izquierdadiario.es/Quien-es-Bernie-Sanders-y-cual-es-el-socialismo-del-que-habla] de la época), que se enfrentó a Richard Nixon, ante el cual fue derrotado. Sin embargo, el filme nos da una idea del interés de Beatty por la figura de John Reed, que es tratada desde el respeto y la simpatía en la película.

En su discurso de agradecimiento, Beatty menciona algunas de las dificultades para financiar la película a través de la Gulf+Western (un conglomerado de empresas restructurado después por la Paramount), señalando que lo importante no es que “algunas veces los hubiera estrangulado uno a uno”, sino cómo desde esa “torre del capitalismo que es la Gulf+Western, se ha financiado un romance de tres horas y media que intenta mostrar, por primera vez, simplemente algo del origen del socialismo y del comunismo estadounidenses”.

Para Beatty, el hecho de que la película saliera adelante no fue sólo “un mérito para vosotros [refiriéndose a la financiación de la película], sino que refleja un mérito para Hollywood y para el negocio del cine, y pienso que refleja más particularmente un mérito de la libertad de expresión que tenemos en nuestra sociedad estadounidense y la falta de censura que hemos tenido por parte del Gobierno o de la gente que puso el dinero”.

Eran los años del Gobierno demócrata de Jimmy Carter la oscura época de la “caza de brujas” y el Macartismo de los años cincuenta había quedado atrás. No obstante, a pesar del “optimismo demócrata” de Beatty, en la industria de Hollywood -reflejo cultural de los intereses del imperialismo estadounidense- películas como “Reds” son más bien la excepción dentro de un cine que se suele mover entre el conservadurismo ideológico y un tímido progresismo liberal.

Especialmente sangrante en la actualidad es la propia industria del cine y de las series de televisión, controlada por auténticos imperios corporativos. Como señaló el cómico Ricky Gervais en la gala de los Globos de Oro este año, dirigiéndose al público compuesto por las celebridades del negocio: “dicen estar ‘despiertos’, pero las empresas para las que trabajan, es increíble… Apple, Amazon, Disney… Si el ISIS creara una plataforma de contenidos probablemente llamarían a sus agentes”.

En cualquier caso, “Reds” es una joya en sí misma fruto de su época. Además, como señaló Vittorio Storaro en la recepción de su Oscar a la mejor fotografía, fue “una de las películas más internacionales, el equipo estuvo formado por gente que venía de los Estados Unidos, Inglaterra, Finlandia, España, Italia”. Parte del rodaje del rodaje fue filmado en las ciudades españolas de Sevilla, Granada, Guadix y Madrid.