Imagen del "Latazo" durante las jornadas de lucha del Hospital. Hay veces que una imagen vale más que mil palabras y, en estos días, los trabajadores del Hospital Garrahan tenemos muchísimas imágenes de bronca y mucho más por decir.
Martes 13 de julio de 2021 18:25
El Garrahan es un hospital de alta complejidad, de referencia a nivel nacional e internacional, “El gigante” le dicen. No solo por sus dimensiones, sino también por la calidad de atención que brindamos. Pero si los que trabajamos ahí, brindamos una salud pública de calidad, y somos esenciales, más que nunca en esta pandemia, ¿por qué nos tratan como si fuéramos descartables?
No solo es salario, son condiciones laborales. Muchos trabajan doble o triple jornadas, haciendo extras en el hospital o trabajando en más de un lugar para llegar a fin de mes. Desgastando nuestra salud física y mental. No solo exponiéndonos más al covid 19, sino también a nuestras familias, con las que además con la sobrecarga horaria, con suerte podemos pasar tiempo suficiente y de calidad. En el hospital no hay Días por estrés como en otros hospitales, ni se reconoce insalubridad o agotamiento prematuro, no se reconoce a la Guardia, o al Centro Quirúrgico, ni al sector de Oncología como área crítica. No se reconoce el plus de las áreas covid.
Mención aparte merece las condiciones en las que llegan nuestros pacientes, muchos de ellos con una comida por día, en peores condiciones de salud porque por su casa no tienen un centro de salud. Y el personal no sólo hace malabares para darles la mejor atención sino que también para conseguirles un plato de comida a aquellos pacientes que vienen en el día de manera ambulatoria.
Hay tercerizados como en Alimentación, Seguridad y Limpieza que no solo tienen trabajo precario, sino que además tienen un salario por debajo de la canasta básica familiar. Falta personal en todos los sectores. En medio de la pandemia, estamos agotados e invisibilizados.
Ante nuestros reclamos por una paritaria siempre insuficiente, no solo nos amenazaron con sanciones, sino que salió uno de los directivos del hospital, que responde al gobierno nacional de Fernández/Fernández, Oscar Trotta, a mentir en los medios, minimizando nuestros reclamos. Eso generó más bronca y los trabajadores le respondimos: “Se pensaban que nos habían callado, porque nos habían amenazado. Trotta dijo que éramos 50, le decimos que haga bien las cuentas. ¡Trotta les mintió! ¡Trotta les mintió!”
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El maltrato, destrato, violencia institucional, son solo algunas de las cosas que pasan puertas adentro, no sólo ahora, sino que hace muchos años, gobierno tras gobierno. Y esa bronca se acumula. Hasta que estalla. Los paros que se están llevando adelante surgieron desde abajo, de los trabajadores que estamos cansados de ser silenciados.
Por eso desde abajo tenemos que continuar organizándonos, participando de todas las instancias que tenemos a nuestra disposición. Haciendo reuniones por sector, para prepararnos, que surjan nuevas ideas, elegir representantes para unirse a las reuniones abiertas de Junta Interna, y participar todos juntos de las asambleas generales para que entre todos nos pongamos de acuerdo en cómo continuar. Es importante junto a otros hospitales y sectores en lucha hacer acciones contundentes. Y, como en Neuquén, hacer de la lucha del Garrahan una bandera de lucha nacional. Porque la salud la hacemos y la defendemos entre todos.