A 53 años de Stonewall sigue en pie la lucha por liberar a la diversidad sexual de toda explotación y opresión. Ante utilización de nuestra lucha por parte de los empresarios, los gobiernos y los estados capitalistas. Luchemos por una alternativa socialista que libere realmente a la diversidad sexual ¡A organizar un movimiento de las disidencias sexuales combativo, en unidad a la clase trabajadora y con independencia del Gobierno!
Sábado 2 de julio de 2022
El levantamiento de Stonewall fue un hito en la lucha por los derechos de la diversidad sexual. El 28 de Junio de 1969 la policía irrumpió en el bar Neoyorkino The Stonewall Inn en una nueva redada, bar que resultó ser el refugio de gays, lesbianas, bisexuales y travestis, quienes decidieron enfrentarla en una revuelta que duró tres noches en respuesta a años de represión y acoso sistemático de las fuerzas policiales en complicidad con el estado, la iglesia y los grupos religiosos.
Ello en el marco de una radicalización social y política en la que se desarrollaban movimientos sociales como el mayo francés, la segunda ola del feminismo y la pelea de la población afroamericana. Las personas LGBTIQA+ sufrían las peores condiciones de vida en una época donde incluso la homosexualidad era considerara una enfermedad mental, eran marginadas por la sociedad y no tenían acceso al trabajo ni a la educación.
En el último siglo nuestra lucha ha acabado por ser capitalizada y utilizada como propaganda política para campañas de gobiernos capitalistas o por las propias empresas multinacionales que intentan convertirnos en un mero objeto de mercado más. Lo que ha propiciado el espacio para hechos como el que las fuerzas represivas del estado, esto es Carabineros, utilicen la bandera de la diversidad sexual para decorar sus patrullas, mientras actúan en función a los intereses de la derecha y los grandes empresarios que son quienes arrojan a la comunidad LGBTIQA+ a la precariedad, explotación y discriminación.
¿Los empresarios, el gobierno y el borrador de la nueva constitución cambiarán la realidad de la diversidad sexual?
Mientras las empresas utilizan conmemoraciones como el PRIDE para vestir la precariedad con los colores del arcoíris en función de sus propios intereses, no dudan en despedir, recortar salarios y suspender a miles de LGBTIQA+ cuando se trata de mantener sus ganancias, algo que se pudo ver a todas luces en medio de la crisis económica desatada con la pandemia.
Si bien el borrador de la nueva constitución reconoce los derechos de la Diversidad Sexual y de género, el problema es que en última instancia no rompe ni cuestiona el modelo económico al cual es servil la opresión de género y que se encarga de mantener las vidas de las personas LGBTIQA+ en la pobreza por no poder acceder libremente a cualquier empleo, sin estabilidad laboral, teniendo que muchas veces ser parte del empleo informal o subcontratados, en sectores como el retail y los de servicios, con bajos sueldos que no alcanzan para vivir, por ello la importancia del Cupo laboral Trans, que asegure el acceso a empleo y la estabilidad laboral sin diferencias.
Confiemos en nuestra organización y nuestras fuerzas, para discutir nuestras verdaderas necesidades y como conquistarlas mediante la organización en cada lugar de trabajo y estudio, sin confianza e independiente del gobierno, que apuesta por cambios simbólicos mientras mantiene el régimen neoliberal heredado de la dictadura. El acoso en las calles, escuelas o lugares de trabajo, la violencia y discriminación, los crímenes de odio no se solucionarán con un mero cambio sociocultural, sino que poniendo fin a este modelo que se encarga de reproducir esta discriminación y sostenerlo.
Por esto no basta con celebrar el nombramiento de ministros de la diversidad como quieren que hagamos organizaciones como el MOVILH, sino que es necesario organizar la lucha socialista por la liberación sexual en un movimiento de las disidencias sexuales combativo, en unidad a la clase trabajadora y con independencia del Gobierno, que se proponga atacar la ganancia empresarial para resolver las necesidades de las grandes mayorías populares.
¿Por qué debemos acabar con el capitalismo para liberar a las disidencias sexuales de toda explotación y opresión?
El sistema capitalista patriarcal ha controlado y reprimido la sexualidad a lo largo de la historia. Además, al mismo tiempo que se han conquistado derechos para una expresión más libre de la sexualidad mediante la lucha, el capitalismo impone todo tipo de restricciones materiales para que esta pueda hacerse efectiva. Cuando gran parte de los jóvenes no tiene acceso a una vivienda ni a un empleo, cuando las jornadas de trabajo resultan agotadoras, cuando hay que lidiar constantemente con la precariedad de la vida: ¿qué tiempo queda para establecer relaciones personales más libres y creativas?
Por eso es necesario retomar la tradición del movimiento surgido en las barricadas de Stonewall, que planteó sin tapujos la liberación sexual ligada a una perspectiva anticapitalista y revolucionaria: la emancipación para el conjunto de explotades y oprimides, lo opuesto por el vértice a una política destinada a beneficiar a una minoría social. Luchar por esta sociedad sin explotados ni oprimidos implica enfrentarse con los grandes poderes de la clase dominante, su Estado, sus fuerzas represivas y derrotarlos a través de una revolución social, para vencer y conquistar un gobierno de las y los trabajadores en ruptura con el capitalismo.
¡A organizar la lucha socialista por la liberación sexual en un movimiento de las disidencias sexuales combativo, en unidad a la clase trabajadora y con independencia del Gobierno!
Exigimos cupos laborales trans, educación y salud sexual oportuna en las escuelas o centros de salud, derogación del decreto 365 del código penal que criminaliza las relaciones sexoafectivas homoxuales en adolescentes, un plan de salud integral gratuito y garantizado por el estado y también una Ley de Emergencia que de protección, hogar y trabajo a quienes han sufrido la violencia machista, financiado con un impuesto a las grandes fortunas. Exigimos también justicia por Emilia Bau y libertad para Estefano, joven trans que por haberse defendido de tres agresores en un clara intención de crimen de trans odio, se encuentra injustamente encarcelado por el Estado que toma medidas penales represivas directamente contra la identidad de las personas trans al no reconocer la violencia homotransodiante.
Sin embargo, aunque defendemos las conquistas legales, no podemos esperar que los estados capitalistas que se dicen más progresistas nos defiendan. Porque aplican los mandatos de los grandes empresarios, tratan de contener o desviar las luchas sociales y así le abren camino a la derecha LGBTIfóbica, porque en el capitalismo los derechos quedan convertidos en productos de lujo para la mayoría de la población LGBTIQA+ trabajadora, discriminada y precarizada. Así se ha demostrado con las campañas de pinkwashing de los estados burgueses durante el mes del orgullo, mientras juegan con las leyes que conquistamos como si fuera una moneda de cambio. Tal como lo hace Joe Biden, que ahora dice a las mujeres y personas trans en Estados Unidos que voten bien en noviembre mientras los abortos ya programados se cancelan en decenas de estados.
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Si bien estos derechos democráticos podrían ser otorgados dentro de este sistema capitalista, incluso dentro de este o cualquier otro gobierno, pues recursos existen, lo cierto es que dentro de la sociedad patriarcal y capitalista, que se nutre de la opresión, explotación y desigualdad en favor de unos pocos que acumulan las riquezas, obtener estos derechos mínimos será a través de lucha constante. Y no sólo es la lucha en las calles, es la auto organización y la unión entre trabajadores, pobladores, movimiento de mujeres y estudiantes, lo que nos dará la fuerza, como un sólo puño, para arrebatar de las manos de los más poderosos condiciones mínimas de vida digna. Y para que conquistemos una sociedad sin clases sociales ni esquemas opresivos, donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.