Hace unos días se publicó un ranking de “los 50 mejores discos de la música uruguaya” seleccionados por 120 personajes del ámbito musical. La sorpresa: ni una mujer. Sorpresa?
Lunes 4 de mayo de 2020
Hace unos días se publicó un ranking de “los 50 mejores discos de la música uruguaya” seleccionados por 120 personajes del ámbito musical. La sorpresa: ni una mujer. Sorpresa?
El resultado indignó a algunos porque “el 31 tendría que ser el 1” , o porque según la lista, en este país no se saca un buen disco desde 2006, pero no fue igual la repercusión respecto a la ausencia de mujeres, como si fuera natural.
Desde hace muchos años se invisibiliza la imagen de la mujer y se la intenta adoctrinar para cumplir algunos roles, que ayuden a sostener el sistema patriarcal en el que vivimos desde que tenemos razón de ser. Si revisamos en la historia, todos los iconos fundamentales fueron varones, y si alguna mujer aparece , ahí en un rincón de la página del libro, fijate porque seguro termino encerrada por loca, quemada, mutilada o desaparecida. O asesinada. Porque “así los ponemos” cuando reclamamos nuestros derechos, cuando opinamos, cuando creamos.
Este sistema funciona como una empresa, donde importa , se apoya y promueve lo que vende. Y nosotras para esa empresa no vendemos, somos un objeto más a explotar.
La cultura uruguaya no queda al margen de esta empresa y en pleno 2020 se siguen militando las mismas arcaicas ideas. Tenemos un carnaval donde hace muchísimos años naturalizamos que nuestra cultura popular sea sin mujeres y disidencias. Donde el humor es la humillación, el racismo ,la transfobia y misoginia. Y se premia. Y bastante bien se premia. En las grillas de los festivales más grandes del país, como en los encuentros que apoyan las instituciones, también naturalizamos un rock sin mujeres, como en el reggae, el candombe y el folclore, como en lo popular. Porque las mujeres no somos populares. Para esa organización, apoyada y fomentada por los medios de comunicación, las mujeres artistas de este país no garpan. Los medios dejan de ser lo que enseñan en las carreras de Comunicación, para convertirse en el eco de los paradigmas sociales mayoritarios, de las ideologías impuestas.
En la televisión, te pasan únicamente si sos masivo porque “no se puede abarcar todo”, entonces con la lógica en la que venimos, las mujeres fuera de la cultura, sin oportunidades, sin ser populares, sin ser masivas no aplicamos para la televisión. En la radio, ni te digo. Alguien me dijo “nunca hubo una mujer icono de la radio en este país” tal vez nunca la dejaron llegar.
En Uruguay hay un porcentaje de música nacional que las radios están obligadas a pasar (sí, en este país tan reconocido por su cultura, hay que obligar a los medios a pasar música nacional). Entonces cuando hay que elegir qué pasar, para cubrir esa cuotita, se va a lo que posicionaron en el mercado, que claro, nunca incluye mujeres, porque no llegan al mercado, porque no son populares, porque “no ves que no salen en la tele ni en ningún lado?”.
Pero las limitantes no son solo éstas. Poder dedicarse a la música en este país es todos los días hacerse más fuerte para no dejar todo. Si las oportunidades son escasas en los medios y los escenarios, la economía personal también se queda sin ellas. Las músicas por ejemplo, tienen que formarse todo el tiempo, como para cualquier profesión. Tienen que comprarse buenos instrumentos, buenas herramientas, como para cualquier profesión. Tienen que pagar para grabar y editar. Tienen que pagar para tocar. Tienen que invertir. Tienen muchas obligaciones, como cualquier profesional, pero a la hora de derechos, la cosa no se maneja como con cualquier profesional.
Pero como si todo esto pareciera poco, hay que ser mujer música cantante o compositora y sobrevivir a los y las colegas que sí aplicaron al sistema. Porque aquellos que si pudieron ser populares para esta empresa y conquistaron con bandera beso y medalla los espacios, allí se quedan y no existe destornillador aparente que los y las mueva. Y desde ahí mismo te ven, pero desde allá, de lejos. Y tal vez te reconocen a aquellas que escriben,componen y cantan para niñas y niños, esas sí tienen permiso! Porque se las asocia a las tareas adjudicadas a la mujer, como el cuidado de los niños. Ellas aplican, pero hasta ahí nomás.
Con toda esta descripción , cualquiera podría pensar que ante el panorama actual, no existe ni una mujer música compositora y cantante en el Uruguay, y que el ranking es 100% representativo. Pero no, porque si hay algo con lo que no van a poder es con la solida resistencia de las mujeres en todos los ámbitos. Y en eso no nos quedamos para nada cortas en este país. Tenemos una cultura independiente ,que ya estaría bueno dejar de decir que está en ascenso o emergiendo. Ya estamos acá hace rato y no paramos de crear bajo cualquier circunstancia. La música under de Uruguay, que tambien tiene algunos coletazos del sistema patriarcal bien instalados, sin embargo, cuenta con mucha presencia de mujeres en todos los roles de la música. Pero bueno, se supone que el under es eso no? Resistencia. Y cada día se trata de desintoxicar los espacios que habitamos, porque se nos metieron algunas plagas a comer madera, pero estamos en eso.
Porque estamos, existimos, cantamos, tocamos, componemos, actuamos y bailamos. Y hablamos. Y no nos callan más.
Cuando les pregunté a las mujeres que entrevisté, que me digan qué músicas compositoras y cantantes nacionales las inspiraban, me llenaron las respuestas de nombres y de arte. De lucha y fuerza. De logros alcanzados. De horas de trabajo. De vidas invertidas, que como ellas, siguen resistiendo. Y para celebrarlas y no olvidar, nada mejor que escucharlas: Laura Canoura, Flavia Ripa, Mayra Hugo, Mariana Ingold, Estela Magnone, Shyra Panzardo, “Chacha” de León, Victoria Bonanata, Samantha Navarro, Gabriela Posadas, Papina de Palma, Nancy Gugich, Susana Bosch, Malena Muyala, Mónica Navarro, Rossana Taddei, Mariana Lucía, Lucía Ferreira, Alejandra Wolff, Andrea Davidovics, Idea Vilariño y Johana Duarte.