Agrupaciones ambientalistas denuncian que empresas violan la ley que resguarda los bosques protectores de cursos de agua con el consentimiento de las autoridades provinciales.
Sábado 30 de enero de 2021 15:45
Piletón: al ensancharse el cauce por la extracción del barro, las aguas bajan, se secan y los peces mueren y se pudren (Primera Edición).
En la cuenca del arroyo Garuhapé, Misiones, unas diez empresas ceramistas destruyen el monte ilegalmente para extraer arcilla. Agrupaciones como el Frente Ciudadano Kaapuera, Rebelión o extinción y el Joven Puede, vienen denunciando desde hace meses que estas empresas violan la ley que resguarda los bosques protectores de cursos de agua con el consentimiento de las autoridades provinciales.
En un nuevo reclamo, que esta vez contará con la participación de la dirección de ATE Misiones, Diego Ciarmiello (Kaapuera) declaró en diálogo con La Izquierda Diario: “Vamos a exigirle al Gobierno provincial que ponga toda la información sobre este hecho ha disposición de la ciudadanía, haciendo cumplimiento del marco normativo en materia de participación ciudadana y acceso a la información”.
En octubre pasado las agrupaciones denunciaron mediante el corto Ecocidio en Garuhapé, que “Misiones entera está siendo explotada por industrias irresponsables con prácticas extractivistas”. En dicha ocasión, Ciarmiello reclamó: “Los bordes de arroyo son categoría 1 y 2 en las leyes nacionales y provinciales más importantes en materia ambiental. Se llevan el suelo, la selva en galería, modifican la estructura del río, modifican el paisaje. ¿Todo esto ocurrió sin que ninguna autoridad municipal o provincial lo vea?”.
Las agrupaciones llevaron la denuncia ante el Ministerio de Ecología de Misiones, a cargo de Mario Vialey, quien envió una comitiva hasta el lugar, sin emitir ninguna respuesta a los denunciantes. En noviembre volvieron a presentar el reclamo, pero tampoco hubo respuesta.
Recientemente, Vialey declaró: “Somos conscientes de que hay un crecimiento industrial y gran demanda de la construcción y del ladrillo, por lo tanto, se necesita esa materia prima. También les estamos pidiendo que hagan mitigación, es decir que si hubo un daño tienen que reconstruir o restaurar el lugar”, explicó.
Las empresas que se dedican a la extracción de arena y arcilla (barro ñau) en el arroyo Garuapé tumban el monte que lo rodea y la madera que no utilizan la tiran al agua. Así van ensanchando el arroyo, lo que provoca que los piletones, a la vez que crecen, pierdan la cantidad de agua y mueran los peces del lugar.
La cuenca acapara varios municipios en Aristóbulo del Valle, Puerto Rico y Ruiz de Montoya. Se trata de áreas protegidas por la Ley Provincial XVI art. 105 que establece que “los bosques protectores de cursos de agua deben ser de al menos el triple del ancho de cada margen del mismo, estando vedada la conversión del uso de suelo”. Esto quiere decir que, si un arroyo mide 15 metros, el bosque nativo que lo protege debe ser de 45 metros de cada lado y no se puede talar.