Comprar barato y vender caro. Es el principio del mercado capitalista. Un mecanismo lógico pero que se traduce en inflación de precios y bajo valor de la mano de obra. Esta semana se vivió la efervecencia de otro ofertón por internet: el Cyber Monday. ¿Qué hay detrás de tanto “precio rebajado”?
Sábado 12 de octubre de 2019
CyberMonday: Jugando con los precios
Muchas personas han denunciado inflación de precios: lo que se supone que son precios bajos, en realidad son precios iguales o incluso mayores a los que hay en un día normal, pues algunas marcas subieron los precios de sus productos días o semanas antes del CyberyMonday, con el el fin de atraer a clientes haciéndoles creer que están comprando a precios bajos cuando en realidad NO ES ASÍ. Líder, Ripley, Falabella y París, son algunas de las empresas denunciadas por inflar sus precios. Los capitalistas en su búsqueda por asegurar la mayor cuota de ganancias buscan precios altos en el comercio y paga bajos salarios en la producción.
#EfectoBombín ¡Atención! El precio de la trotadora Masterfit Yt-3146 S2P fue inflado en un 100%, desde los $249.900 a $499.990 por @LiderCL #CyberMonday #CyberMondayCL https://t.co/b76gpNyBVX pic.twitter.com/8pvPJ7qeDx
— #CompraloAhora (@CompraloAhoraCL) October 6, 2019
¿Por qué se puede jugar con los precios?
Según Marx el sistema capitalista tanto en su esfera productiva como comercial opera bajo la lógica de “comprar barato y vender caro”. Por ejemplo en el Capital cuando se refiere a la jornada laboral y el salario del trabajo establece que éste como “productor” vende su “fuerza de trabajo” a un capitalista. La “mercancía” que ofrecen los trabajadores entonces sería su tiempo y esfuerzo físico e intelectual. El empresario como comprador pugna por pagar el menor precio, el representa a la “demanda”. Por el lado inverso el trabajador busca elevar el valor de su trabajo (salario) y tiempo (jornada en horas) representando la “oferta”. Esto parece un juego democrático de “quien vende” y “quien compra” en un plano de igualdad, tal como se hace hoy por internet. Pero no es así, el empresario posee los medios para producir o generar el servicio. Por lo que subordina al trabajador. Por lo mismo en un día un trabajador “produce” un valor equivalente y valor extra no pagado.
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Especulación en Chile y el negocio de los capitalistas
Si esto opera en la base de la economía capitalista en el mercado de mercancías, es decir allí donde se intercambia dinero por productos o servicios, hay una lógica similar. El comprador buscará el precio elevado y el comprador el precio disminuido. Aquí los “factores” se invierten. La demanda (el cliente en su computadora) es expoliada con elevados precios y la oferta (el centro comercial “retail” o tienda) obtiene un precio mayor al valor del costo de producción.
Históricamente los capitalistas en Chile se han beneficiado de la política de precios que permite el libre juego de éstos. Durante todo el siglo XX la inflación: precios elevados y salarios bajos, constituía a principal debilidad del modelo económico y su relación con las crecientes sectores de la clase obrera minera, industrial y servicios.
Tanto los pocos industriales como los mayoritarios hacendados o terratenientes del campo, se beneficiaban de la inflación, llevando incluso a algunos a disminuir su cuota de producción para estimular la “escasez” y con ello el aumento de la demanda. Hoy las 10 familias capitalistas y el resto de los sectores empresariales que dominan Chile de la mano con el imperialismo norteamericano, gracias a sus políticos neoliberales de la Derecha y la Concertación no tienen ningún control sobre los precios. Pueden ser sancionados pero obtienen más de lo que significa pagar una multa. Esto muestra que no pueden y no quieren dirigir su empresa al servicio de las necesidades sociales.
Para los socialistas revolucionarios esto no lleva a otra posibilidad que la expropiación de las empresas comerciales especuladoras y su puesta en marcha por parte de sus trabajadores, quienes por ser también “consumidores” han orientado la producción y venta para que la comunidad se beneficie. Ese ha sido el ejemplo de múltiples industrias en Argentina que han sido ocupadas.
Gabriel Muñoz
Licenciado en Historia