El gobierno intenta imponer algunos puntos de la frustrada reforma laboral, que afectarían las condiciones de trabajo de trabajadores textiles. El dueño de Cheeky, denunciado por reducción a la servidumbre, uno de los principales impulsores.
Martes 29 de enero de 2019 21:53
El Hermano de Juliana Awada, esposa del presidente Macri, es uno de los principales interesados en reformar el convenio de los textiles, aumentando las horas de trabajo e introduciendo el “banco de horas”. Esto último significaría trabajar más horas cuando hay mucho trabajo, horas que luego serían devueltas los días sin producción. Esto es lisa y llanamente el fin del pago de horas extras e incluso reducción salarial. También implicaría la creación de un fondo de cese laboral, modificando el cálculo de las indemnizaciones, reduciendo los montos y hasta dejando abierta la posibilidad de pagarlas en cuotas.
Otra cuestión que cambiaría sería la ley 12.713. Esta regula el régimen de trabajo a domicilio, que en uno de sus puntos establece la responsabilidad solidaria de las marcas que tercerizan en talleres muchas veces clandestinos y con reducción a la servidumbre de sus trabajadores, reemplazándola por la ley de contrato de trabajo general.
No es de extrañar el rol preponderante del empresario Daniel Awada en este proyecto. El cuñado del presidente, a pesar de no tener cargo alguno, es parte de las reuniones que se vienen llevando a cabo entre el secretario de Trabajo, Luis Aparicio, el Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, los representantes de las cámaras patronales y los sindicatos.
Las marcas Cheeky y Como quieres que te quiera, de las que es dueño, produce ropa infantil, medias y pantalones. Tienen varios locales en shoppings y dos por la Avenida Santa Fe.
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En un recorrido por algunas de las denuncias que recaen sobre estas marcas, se encuentran varias que ilustran el carácter de este pujante empresario textil:
En enero del 2007 se allanaron cuatro talleres clandestinos donde se detectó la violación a leyes de trabajo y migraciones, reteniendo los documentos a los costureros bolivianos. En estos operativos se constató que las prendas que fabricaban en los talleres estaban vinculados a los Awada, pero fueron sobreseídos por el entonces juez federal Guillermo Montenegro, actual diputado de Cambiemos.
En el 2012, tras filmaciones de la Fundación La Alameda, se constató la reducción a la servidumbre y el hacinamiento en que se encontraban 13 costureros en el barrio de Mataderos, donde hace tres años se producía exclusivamente para Cheeky. No podían salir a la calle y si lo hacían tenían que dejar documentación. Dormían en camas cuchetas que también era el lugar donde comían y no había ni sillas ni mesas.
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En ese espacio reducido estaban encerrados los niños de los costureros. Los Awada fueron denunciados por reducción a la servidumbre, evasión fiscal, violación a la ley de migraciones y violación a la ley de trabajo a domicilio.
La causa del 2007 y las seguidillas de denuncias hicieron que se reactivara la causa y quedó imputado Daniel Awada. Sin embargo, está paralizada siendo que hay pruebas contundentes de la responsabilidad solidaria de la marca con los talleres clandestinos.
En el 2013 en la fábrica Textil Elemento se prendió fuego una trabajadora por las constantes presiones y maltratos a las que estaban sometidas. En la misma se producían medias y una de las marcas para las cuales trabajaba era Cheeky que tercerizaba sus medias allí. En esa fábrica no se respetaba el convenio laboral ni se pagaba como corresponde. Los trabajadores se organizaron y le arrancaron el convenio a la patronal, aunque sufriendo dos despidos de activistas que luego fueron reincorporados.
Una de las últimas denuncias que data del 2017, fue por el ingreso de contenedores provenientes de China con ropas con las etiquetas de Cheeky y Como quieres que te quiera, aunque las mismas fueron encontradas por la aduana en la terminal 5 del Puerto de Buenos Aires, a nombre de dos empresas fantasmas. El empresario responsabilizó al importador, aunque esta práctica la venía llevando a cabo desde el 2015 contando además con la ventaja de un certificado de la AFIP que lo eximía de pagar IVA por ropa importada .
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La convivencia entre empresarios y políticos, en defensa de sus intereses comunes, son moneda corriente. En el caso del hermano de Juliana Awada, los lazos familiares, nada más ni nada menos que con el actual presidente de la Nación, antes Jefe de Gobierno de la Ciudad, le han permitido esquivar denuncias de reducción a la servidumbre y trabajo esclavo desde hace mucho tiempo.