En pleno aniversario del referéndum del uno de octubre, hablamos con uno de los encausados de la operación Judas sobre cómo avanza su causa, pero también de la amnistía total como alternativa a las negociaciones por arriba entre "progresistas" y "procesistas", y de la demanda por el derecho de la autodeterminación del pueblo catalán.
Lunes 2 de octubre de 2023
¿En qué punto está la causa de la operación Judas?
El juez cerró el sumario y la fase de instrucción. Por lo tanto, ahora mismo estamos a la espera de las peticiones formales de fiscalía y de acusación particular. A partir de aquí hay un tiempo para concretar los escritos de defensa y después el juez marca fecha de juicio.
Los nueve compañeros y compañeras continuamos con cargos de pertenència a organización terrorista [además de tenencia de explosivos seis de los encausados]. Ahora todo depende de los tempos que marcan ellos, seguramente nos informará antes la caverna mediática del Régimen que nuestras abogadas.
¿Cuál creéis que era (y es) el objetivo de todo este montaje?
Los CDR entendíamos que la sentencia contra los líderes procesistas que tenía que llegar era una sentencia contra el independentismo. A partir de aquí, entendemos que el Régimen tenía claro que se tenía que parar toda posible mobilización contra la sentencia. A nosotros no nos llevarán a la Audiencia Nacional por unos hechos concretos, nos llevan para parar todo un movimiento, unas ideas y el derecho a la autodeterminación que estábamos defendiendo. Por todo ello, la nuestra es una causa política.
Ahora bien, todo esto se les desmontó. A pesar de detenernos y acusarnos de terrorismo, los CDR continuaron organtizados y vinieron esas noches de Urquinaona y las semanas de movilizaciones. Allí se demostró que por mucho que descabezaran a nueve personas, la organización al margen de los partidos y de las instituciones podía seguir actuando. Esto es lo que más temían, y se demostró que si la gente se organiza se puede combatir a este Régimen.
¿Cómo estáis enfrentando todo este proceso judicial y represivo?
En mi caso y en el de mi compañera y algunos otros compañeros, entendíamos que teníamos que hacer frente a la represión y la mejor manera era continuar organizándonos. Con toda la ratzia represiva que hubo por la sentencia nos empezámos a organizar entre diferentes colectivos anti represivos o por la amnistía, junto con diferentes encausados y encausadas, y decidimos crear la Plataforma Antirrepresiva de Barcelona. Todo con unas líneas muy claras en las que como bandera defendemos la amnistía total.
Decidimos organizarnos más que nunca, al margen de las instituciones y de los partidos, porque entendemos que la única forma de hacer frente a este Régimen es organizarnos desde las bases y llenar las calles de forma coordinada y muy organizada. Así es como algunos estamos enfrentando este proceso.
Recordamos que el Estado también está organizado a nivel judicial y policial. Todo el sistema capitalista se basa en su organización contra cualquier tipo de disidencia política. Entonces, no tengamos miedo de organizarnos.
¿Cómo valoras las palabras de Puigdemont de una amnistía total, en referencia al cuarto aniversario de la causa del 23S?
A nosotros nos han sorprendido las últimas declaraciones del señor Puigdemont. No sabemos que le pasa por la cabeza, pero seguramente tenemos muchas discrepancias con lo que él entiende por amnistía total y la que nosotros defendemos.
La dirigente de Sumar Yolanda Díaz, como parte de las negociaciones por arriba sobre una posible amnistía entre el bloque “progresista” y los partidos “procesistas” propone una amnistía que beneficie también a las fuerzas policiales que actuaron el uno de octubre. ¿Que pensáis?
Recordamos que Sumar es ya un partido claramente reformista y ligado a las estructuras del Régimen. Entendemos estas declaraciones como una provocación hacia toda la gente que defendió las urnas el uno de octubre. No podemos equiparar a los que nos reprimieron con los que fueron reprimidos.
Pero lo más importante es que el Régimen ya tiene sus propios mecanismos de impunidad. Siempre que se juzga a un policía, o sale absuelto o con penas irrisorias. Ninguna amnistía tiene que defender a un policía o a un torturador o cualquier miembro de unas instituciones que el propio Régimen ya defiende. Porque los jueces ya están a su disposición. El ministro torturador de Interior Grande-Marlaska está a su disposición, por lo tanto, ¿qué amnistía necesita un policía que va a juicio y que ya está protegido por la impunidad policial y por el mismo Régimen? Entonces, ¿de qué amnistía habla Yolanda Díaz?
Desde la Plataforma Antirrepresiva de Barcelona impulsáis un comunicado por una amnistía total. ¿A quien beneficiaría esta amnistía?
Desde la Plataforma Antirrepresiva defendemos una amnistía que incluya a todos y cada uno de los 300 presos políticos que hoy en día están en las prisiones del Régimen. Esta amnistía tendría que beneficiar a las más de 4.500 represaliadas en Catalunya por el proceso de autodeterminación. Pero no solo, también al resto de la disidencia política que lucha cada día por una vida digna y que lucha contra este sistema capitalista. Esa sería una verdadera amnistía total. No se pueden hacer diferencias, porque sino estaríamos jugando al juego del Régimen, diferenciando entre “buenos” y “malos”.
Defendemos la libertad para todas las presas políticas que hay hoy en las prisiones del Régimen y por todos y cada uno de los procesos judiciales abiertos contra la disidencia política. No podemos olvidar que hay gente que se enfrenta a penas de prisión o a multas altísimas por defender su vivienda o la de su vecina. No podemos olvidar que hay sindicalistas o trabajadores y trabajadoras que para defender su lugar de trabajo y para ejercer su legítimo derecho a huelga están sufriendo una represión brutal. Incluimos en esta amnistía total a todas y cada una de las luchadoras de todo el Estado español. A todos los que luchan contra este Régimen que nos oprime como pueblo y como clase trabajadora. Esta es la bandera que queremos llevar hasta el final con todas las consecuencias.
Tanto los proyectos de la derecha y extrema derecha, como del bloque "progresista" pasan por la desactivación de la cuestión catalana. ¿Qué responsabilidad tienen los partidos procesistas en la derrota del movimiento democrático catalán?
Tienen mucha responsabilidad. Recordemos que en 2018 había más de dos millones de personas dispuestas a darlo todo en la calle. Los líderes de los partidos procesistas maniobraron para que la gente en las calles los creyeran y son ellos los que desmovilizaron el movimiento independentista.
Ante esto, transformemos una organización real, porque nosotros, también tenemos la responsabilidad de volver a activar las calles pasando por encima de los partidos. Organicémonos y pongámos en pie una unidad también con los sindicatos combativos y todas las trabajadoras que luchan por defender también sus condiciones laborales.
Entre tanta negociación por arriba de una posible amnistía, ¿en qué punto ha quedado la principal aspiración democrática por el derecho a la autodeterminación?
Si, toda la negociación por la amnistía está escondiendo el porqué de esta amnistía. No podemos olvidar que si hay unas negociancions por arriba es porque ha habido una lucha en las calles, porque ha habido luchadores y luchadoras que han dado su libertad o se han expuesto a las posibles represalias por luchar por el derecho a la autodeterminación.
La izquierda y la izquierda independentista no están reclamando el derecho a la autodeterminación. Junts y ERC evidentemente tampoco están por la tarea de habla de la autodeterminación, a pesar de que desde el Parlament [català] estén poniendo en forma de declaraciones el derecho a la autodeterminación sobre la mesa. Por otro lado, no olvidemos tampoco que si esta amnistía se está negociando es porque en un año, tanto Junts como ERC tienen elecciones catalanas y es la oportunidad para lavarse la cara.
El derecho a la autodeterminación tendría que estar ligado a una democracia de verdad. Pero, que decir de un estado como el español que si carece de algo de verdad, es de democracia.