La participación de AMLO en el 75 período de sesiones de la ONU ha provocado distintas críticas y suspicacias. Desde su comparación del expresidente mexicano Benito Juárez con el facista Mussolini hasta la evasión de temas de interés internacional, como la crisis sanitaria y ambiental.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 23 de septiembre de 2020
Con marco en el debate general del 75 período de sesiones de la Organización de las Naciones Unidas, este martes Andrés Manuel López Obrador dirigió un mensaje al pleno vía electrónica. La prensa y la derecha han hecho escarnio del inverosímil comentario en el que AMLO aseguró que Benito Mussolini, dictador italiano, se llamaba así en honor del ex presidente mexicano Benito Juárez García, figura referente de la administración obradorista. Un tropiezo que algunos medios han atribuido a una "improvisación" en su discurso.
El mensaje de AMLO, que arrancó con un recuento sobre algunos episodios clave de la historia de México, buscó reafirmar la narrativa de la "transformación" que forma parte del discurso ideológico de su gobierno. Muy pronto comenzó a elaborar en torno a algunos de los "logros" de su administración, en particular sobre dos de los que considera ejes de esta "transformación": el combate a la corrupción y la austeridad de su gobierno.
La venta del avión presidencial, la desaparición del Estado Mayor Presidencial y lo que calificó como "prohibición del lujo" (que en los hechos no es ninguna prohibición, sino un llamado en términos morales que está muy lejos de extenderse a todos los altos funcionarios), fueron algunas de las medidas más vistosas que enumeró AMLO como ejemplo de austeridad. No mencionó, desde luego, que esa austeridad costó miles de empleos desde el inicio de su gobierno, en particular en el sector estatal y que ha significado importantes recortes, cuando no la desaparición, de distintos organismos del sector salud, cultura y programas sociales.
A propósito de los programas sociales implementados por su gobierno, AMLO destacó que es esa la forma en la que se prioriza el bienestar de los pobres. Asimismo, destacó la forma en la que su gobierno ha administrado la crisis sanitaria, mencionando inclusive la labor de trabajadores del sector salud. Una vez más eludiendo que, en la pandemia, si para algo los pobres han sido los primeros es en despidos, contagios por hacinamiento en transporte y centros de trabajo y en precarización, nutriendo por millones las filas del empleo informal, como repartidores o en call centers. Los trabajadores de la salud mueren por falta de insumos y protestan por todo el país, dato que AMLO tampoco mencionó.
La firma del T-MEC fue otro de los temas abordados por AMLO, quien destacó que, derivado de este acuerdo, se han realizado inversiones y se han generado empleos (temporales y mal pagados).
Entre las reacciones al discurso de AMLO, centradas en la comparación entre Juárez y el fascista Mussolini, destaca la del director ejecutivo para las Américas de la Organización Human Right Watch, José Miguel Vivanco, quien aseguró que se trató "de un papelón" del Presidente y calificó de "demencial" el símil.
Las críticas que no mencionaron el episodio, volvieron sobre el contenido del mensaje presidencial por "etnocéntrico" y pobre en planteamientos sobre el posicionamiento de México ante conflictos globales (como la pandemia o la crisis ambiental). Otras opiniones destacaron que AMLO no mencionara la elección que integró a México en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esto ha generado suspicacias, inclusive como una muestra más de subordinación al gobierno de Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump ha emprendido una embestida contra organismos como la ONU y la Unión Europea.