El día sábado 31 de octubre se dio a conocer el apoyo de Patria Grande al exmotonauta Daniel Scioli en el balotaje del 22 de noviembre.
Lunes 2 de noviembre de 2015 10:04
Foto: Patriagrande.org.ar
El sábado 31 de octubre Patria Grande sacó una declaración llamando a votar a Scioli en el balotaje del 22 de noviembre, replicada con entusiasmo por los medios oficialistas. En la misma se plantean grandes verdades: que Macri representa el “alineamiento directo con la embajada norteamericana y las grandes empresas que operan en nuestro país” y que, bajo el kirchnerismo, “el Partido Justicialista, sus gobernadores, intendentes, las estructuras sindicales burocratizadas se mantuvieron intactas”. Patria Grande afirma, con razón, que “ambos candidatos generan un rechazo lógico, por su recorrido y porque ambos expresan un giro conservador”. Pero a partir de ahí empiezan una serie de laberínticas fundamentaciones para intentar demostrar algo así como que Drácula es peor que Frankestein.
Bajo el argumento de que Macri y Scioli no son lo mismo llaman abiertamente a votar “el retroceso menor”. “No es lo mismo un gobierno del FpV, aún en el marco de una salida conservadora, que un gobierno del PRO”, afirman. El punto es que este “retroceso” que nos quieren hacer votar es aquél que les propone a los familiares de las víctimas del gatillo fácil “más policía para tu victoria”. Un “retroceso” que fortalecerá a quien sería el Ministro de Seguridad, Sergio Berni, que es el rey de la criminalización de la protesta y que, nadie puede negarlo, no se diferencia un ápice de su colega el macrista Montenegro, con quien supieron reprimir juntos a las familias que ocupaban el Indoaméricano y luego demoler las viviendas del barrio Papa Francisco. Un “retroceso” para pagarle a los fondos buitres, como propone el ladero de Scioli, Urtubey, al unísono con los economistas del Macri.
El candidato “menos malo” según la dirección de Patria Grande, quien cerró su campaña ni más ni menos que con Marcelo Tinelli, viene de reunirse con lo más recalcitrante del PJ, los gobernadores feudales de las provincias, festejando la asunción de Manzur luego del escandaloso fraude y represión en Tucumán: ni siquiera las más elementales libertades democráticas están garantizadas con Scioli presidente. Hacerle el juego a la derecha es apoyar a algunas de las variantes que ya han dicho públicamente que son la defensa irrestricta del modelo sojero. ¿Cómo explicará Patria Grande a los compañeros al pueblo qom que voten a los socios de los asesinos de sus hermanos? ¿Cómo explican al pueblo sanjuanino que voten al candidato de Gioja, un empleado de la Barrick Gold? ¿Cómo explican a los jóvenes trabajadores que mueren dentro de las fábricas por el despotismo patronal que le den el apoyo a los representantes de sus patrones y de la burocracia sindical de los Caló, Pignanelli y Gerardo Martínez?
Esta es una nefasta política para el pueblo pobre trabajador. La dirección de Patria Grande tiene un horizonte y una perspectiva tan limitada, que la lleva a adecuarse al status quo tal cual es, tomando partido entre el terror o el horror. Es desgarradora la frase de una referente de Patria Grande que se escuchó al finalizar la charla dirigida por Itaí Hagman y Carlos del Frade en Rosario: “preferimos que maten menos a que maten más”(sic).
Lo cierto es que las políticas de “votar al mal menor” son más viejas que la escarapela. Gramcsi ya había hablado al respecto, en una cita que por estos días se difundió en blogs y medios de la izquierda: "Hay siempre un mal menor respecto de aquel precedentemente menor y frente a un peligro mayor respecto de aquel precedentemente mayor. Cada mal mayor deviene menor frente a otro mayor y así al infinito. No se trata por tanto de otra cosa que de la forma que asume el proceso de adaptación a un movimiento regresivo, cuyo desarrollo es conducido por una fuerza eficiente, mientras la fuerza antitética está decidida a capitular progresivamente, en pequeñas etapas, y no de un sólo golpe, lo que llevaría, por el efecto psicológico condensado, a hacer nacer una fuerza competidora activa o a reforzar la ya existente".
Este proceso de adaptación a una fuerza regresiva, es decir, conservadora, que describe Gramsci parece ser, de pe a pa, el proceso seguido por Patria Grande, que de apoyar “lo bueno” y criticar “lo malo” del kirchnerismo, terminó por llamar a votar a un hombre que se reivindica hijo político de Menem y que dijo que Videla “tuvo el coraje de hacer lo que había que hacer”.
El voto en blanco, un símbolo en la pelea contra los de arriba
En el ‘99 ya se vió lo que significó el llamado a votar al “mal menor”. En ese momento todo el progresismo se volcó a votar a La Alianza, y así terminó, con una de las crisis políticas y económicas más profundas en nuestra historia reciente que desembocó en las jornadas revolucionarias de diciembre del 2001. Para poner un ejemplo más cercano, tenemos Brasil. Dilma ganó con una campaña de defensa de los derechos de los trabajadores. Pero ya se registran, según los datos del propio gobierno, 2 millones de pérdidas en puestos de trabajo. Además, se anunciaron rebajas salariales para el próximo año y se aplicaron importantes ajustes en los presupuestos de salud y educación. Brasil es el espejo de la Argentina que se viene. Y encima Scioli, ideológicamente, está a la ultraderecha de Dilma.
El voto en blanco al contrario de ser “una política totalmente equivocada” como define Patria Grande, es una forma de preparar la lucha contra los ajustes que vendrán. Cuanto mayor sea el espacio conquistado por este voto independiente, menos legitimidad habrá para descargar la crisis y por ende jugará el rol de dar una señal frente a los empresarios y sus representantes.
El deber de la izquierda, preparar la lucha contra el ajuste
El Frente de Izquierda con la fórmula de Nicolás del Caño y Myriam Bregman ha hecho la mejor elección de la izquierda desde 1983, conquistando un nuevo diputado nacional. En el marco de la polarización entre Cambiemos y el Frente Para la Victoria éstos votos son una gran base para las organizaciones de izquierda que nos proponemos organizar a los explotados y oprimidos para los próximos embates de la lucha de clases. Esta fuerza nacional, que se extiende desde el norte al sur de nuestro país, conquistó un millón de votos fortaleciendo así las posiciones de una izquierda clasista que llegó hasta allí por ser parte de la lucha cotidiana de los sectores explotados y oprimidos sin bajar ni una sola bandera. Siempre con independencia política de los sectores representantes los intereses de los explotadores. Nadie lo puede negar. Hemos hablado en nuestros spots de que el capitalismo no va más y tienen que gobernar los trabajadores. Sin atacar y denunciar los intereses que defienden Scioli y Macri, no se puede fortalecer una perspectiva independiente. El voto en blanco es fortalecer esa alternativa.
Es necesario que cualquier organización del llamado campo popular se prepare para las próximas peleas, con el objetivo de organizar una fuerza social y política que esté a la altura de los ataques que prepara el gran capital. El voto en blanco será la expresión política de esta preparación para la lucha contra los inevitables ajustes que vendrán, tanto de Macri como de Scioli.
¿Qué opinaría el Che Guevara, que propinó frases tan contundentes como “es mejor morir de pié que vivir arrodillado” sobre el apoyo a un representante de un sector burgués?
Tomar una posición independiente en el juego propuesto por los candidatos de las grandes patronales, es una posición coherente para no fortalecer a los de arriba, y no confundir a los trabajadores. El voto en blanco, aporta a generar la conciencia de que para transformar la situación actual de precarización laboral, muertes por abortos clandestinos, represión a los que luchan, los trabajadores tienen que confiar en sus propias fuerzas, no en sus verdugos.
Para conquistar el monopolio estatal del comercio exterior, acabar con la mega minería, nacionalizar los puertos y terminar con el narcotráfico y sus cómplices policiales, hay que preparar una fuerza social que dispute el poder de los capitalistas.
A este desafío estamos convocados. El planteo de un “apoyo crítico” a un derechista como Scioli atenta contra esta necesidasd del pueblo trabajador, porque los “votos críticos” no se cuentan aparte, se cuentan todos juntos. Todos los votos que reciba Scioli y Macri serán un aval para atacar a los trabajadores: la izquierda no puede adaptarse a ese perverso juego que nos proponen los de arriba. La resistencia contra el ajuste no se fortalcerá votando la variante “menos mala”, sino fortaleciendo una alternativa independiente. Los invitamos a reflexionar, y rever su posición, y fraternalmente los convocamos a fortalecer la única posición independiente que hoy existe en la disputa de los de arriba, el voto en blanco.