¿Por qué el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) no ha dado respuestas para las mujeres trabajadoras? Siendo un organismo del Estado ¿cuáles son las contradicciones que lo dejan como límite para la avanzada de un movimiento feminista en Chile?
Miércoles 30 de noviembre de 2016
El SERNAM es un organismo del Estado de Chile, creado en 1991 durante el gobierno de Patricio Aylwin, tras la ratificación de convenios internacionales. Se dice que ha ha avanzado en temas como la violencia intrafamiliar, la desigualdad entre hombres y mujeres en el espacio público, que ha logrado que se legalice el divorcio y que hoy, está peleando por el aborto en tres causales.
Si analizamos a fondo nos encontraremos con que no se ha avanzado lo suficiente en ninguno de los ejes nombrados anteriormente, y más bien, se mantiene una violencia institucionalizada hacia las mujeres desde el poder del Estado y desde las empresas. Tampoco tiene una política para parar la violencia hacia la mujeres en el aspecto laboral, ni de emergencia a las mujeres que sufren violencia.
Brecha salarial
La sociedad capitalista y patriarcal en la que vivimos, donde a las mujeres se nos impone una serie de normas y a los hombres les proporciona una serie de de privilegios, nos posiciona a nivel subjetivo y objetivo en una situación de desigualdad.
La brecha salarial en Chile, es de un 31,6% (cifras otorgadas en Agosto 2015 por el Instituto Nacional de Estadísticas(INE). Es decir, nos quitan parte de la decisión sobre nuestras acciones, claramente la vida se vive distinto, si vivimos con un 31% menos del sueldo promedio. Es más difícil pagar la vida cotidiana y los gastos que ella conlleva.
Por esto no es casual, que desde pequeñas las bromas que han llegado a nuestros oídos han sido "búscate algún marido con plata" o en su defecto "si buscas una carrera, que sea una buena para que no necesites a nadie", lo cierto es que desde temprana edad estamos muy conscientes de lo que significa vivir nuestras vidas y las primeras síntesis que sacamos varían entre encontrar un hombre bueno que nos pueda costear los gastos o en la presión para sacar una carrera profesional, porque a las mujeres una gran gama de trabajo se nos ha sido vetada.
Ley de Matrimonio Civil
El 2008 entró en vigencia una nueva ley de matrimonio civil, que por primera vez en Chile le permitía a las mujeres separarse de sus maridos, llegando un primer caso, el de una mujer que vivió 23 años de violencia. El SERNAM tomó el caso, difundiéndolo como muestra de avance hacia una sociedad más segura para las mujeres, pero la triste verdad es que este y otros casos lo dejaron ahí por cuenta propia de las mujeres que vivían situación de violencia.
Las mujeres y la economía
El factor económico, constituye un factor importante al hacer un mapa de nuestras vidas, la tendencia a la dependencia económica debido a la imposibilidad objetiva de ganar lo mismo que el hombre y por lo tanto, ser del todo independientes es un problema a la hora de decidir si separarnos o no de nuestras parejas o si irnos de las casas de nuestras familias. Aún así, los hogares mono parentales han aumentado. El 2013 los hogares mono-parentales llevados por mujeres llegaron a un 87,8% de los cuales 35,7% eran divorciadas, pese a esto, las dificultades para llevar una vida independiente aún es una tarea difícil debido principalmente a la brecha salarial.
¿De quién es realmente el problema?
Al no hallar responsable al Estado, lo que hacen las instituciones que adhieren al feminismo reformista (que creen que la liberación de la mujer se dará mediante reformas otorgadas por los gobiernos empresariales), es sancionar y hallar de culpables a los hombres, que entendemos, que al tener más derechos que las mujeres son potenciales violentadores. Es el propio Estado y su institución quien ampara la violencia estructural sobre las mujeres trabajadoras y pobres, que de la mano con los capitalistas mantienen esta situación privilegiada para la clase social que domina el país y el mundo.
Pero ¿la justicia de los empresarios y sus cárceles son la solución? Si bien los que ejercen la violencia son los hombres, lo hacen apoyados en todos los privilegios que tienen, es decir, los sueldos, los espacios públicos, que no tienen prohibidos, etc., siendo el problema sustancial el sistema en el que vivimos, el capitalismo que se sirve de estas diferencias poniendo a la mujeres como procreadoras y cuidadora de la mano de obra, restándola así de los espacios de trabajo hasta hace poco, y ahora echándole encima una doble jornada laboral con trabajo en la casa y en las empresas u fabricas.
Por estas razones, las mujeres y la diversidad sexual deben apostar a organizarse en secretarias de género, en las comisiones de mujeres, en los lugares de trabajo, sindicatos y en universidades y liceos. Debemos ponernos a la cabeza de un movimiento de mujeres y de un feminismo socialista que deje en claro que las mujeres de la clase obrera, pobres y jóvenes debemos reclamar los espacios de los cuales hemos sido vetadas y no dejar que coopten nuestras demandas con propuestas a media. No debemos conformarnos con que un agresor este encerrado, sino con que este Estado no le entregue las herramientas a los hombres para violentarnos, y ampare la violencia sistemática contra las mujeres. Nos organizamos para terminar con este sistema de violencia estructural, como mujeres y también como hombres de la clase trabajadora, para terminar da raíz un sistema económico y político violento frente a la clase trabajadora, y en particular las mujeres.