La relación que mantiene Cornejo con el gremio docente ha estado signada por las extorsiones con mucha más notoriedad en este último tiempo.
Martes 28 de febrero de 2017 17:31
Desde diciembre pasado, junto con un mísero bono, Alfredo Cornejo anunció la apertura de paritaria; paritaria que respecto de los docentes, el año pasado, cerró con un decreto que incluyó el extorsivo ítem aula.
Este año, en el marco de un seudo diálogo paritario, propuso aumentos pobres y a cuentagotas: primero fue un 10% en febrero y 5% en agosto, 10% y 6% respectivamente y la mejor propuesta fue 10% y 7% junto a la promesa de dos mil pesos en concepto de útiles en dos veces y el hacerse cargo de una histórica deuda que el estado provincial mantiene con aproximadamente 12.000 docentes por el no pago de la zona desde hace 10 años. Este 17% ficticio se da a conocer al tiempo que supimos que el ministro Kerchner cobrara 3 sueldos, ni tan pobres ni tan a cuentagotas como el sueldo docente.
Esta última propuesta y promesa fue considerada como insuficiente por los y las docentes, que además decidieron ir al paro los días 6 y 7 de marzo. Para el discurso oficial, fue considerada como la mejor propuesta posible. No sólo esto, sino que se instrumentaron dispositivos extorsivos, para que los y las docentes callados y sumisos, acepten la mísera proposición.
Uno de ellos fue la campaña de voluntariado para cubrir los espacios vacíos que dejarán los huelguistas. Campaña canalla que cala hondo en las percepciones sociales respecto del trabajo docente y su profesionalización. Discurso distorsionado respecto de la enseñanza y todos los saberes que en esto se implican.
Otro fue el mensaje tácito implicado en el despido de una docente de Guaymallén por pensar distinto al discurso oficial, por preguntarse en ocasión del 9 de julio qué sectores sociales se sienten independientes, por oponerse al operativo aprender y debatirlo con los pibes. Paola Vignoni fue despedida por pensar distinto…y decirlo.
Otro dispositivo instalado en el discurso oficial tiene que ver con los varios comunicados ofrecidos. Uno es el mensaje, en medio de asambleas docentes, diciendo que solo si se acepta la paritaria se podrá acceder a los supuestos beneficios. Aquí, una nueva extorsión que subordina el incremento salarial a la aceptación no cuestionada, a la idea tecnicista de una docencia supuestamente aséptica, a la no consideración del colectivo docente como trabajadores. “La propuesta es la mejor oferta que puede dar la provincia” dicen desde el ministerio de gobierno, trabajo y justicia; sin embargo la mejor oferta dada por la provincia no es para el gremio docente, es para legisladores con abultados sueldos, ministros que se llevan 12 sueldos docentes en un solo mes, empresarios locales y extranjeros.
Otro mensaje dado por el ministerio de hacienda y finanzas fue que el día sábado pasado (25 de febrero) los empleados estatales tenían depositado sus sueldos, con la aclaratoria de que solo quienes hayan aceptado la supuesta paritaria tendrían el sueldo con el incremento acordado. Aclaratoria que no hace más que recordarle a los y las docentes que por no ajustarse al ajuste propuesto, este mes cobrarán sin aumento. Mensaje que olvida que los docentes suplentes además de cobrar poco, cobran a destiempo.
Estos mensajes son rematados por la declaratoria de que la paritaria se cerrará por decreto y que el gremio docente se quedará sin la chance de reabrir el diálogo en el segundo semestre, que los beneficios respecto de útiles y reparatoria de zona no estarán presentes en el decreto, que el SUTE no representa a los docentes “de bien”, que las clases comienzan con o sin el SUTE, o lo que es peor con o sin maestros y maestras, que los padres manden a sus hijos a la escuela, etc., etc.
Quizás lo que las y los docentes entendemos es que no hay diálogo paritario si no hay consideración de las condiciones laborales cada vez más empobrecidas, de los salarios que para nada alcanzan, de la distancia abismal entre sueldos de empleados públicos y funcionarios. Quizás las y los docentes estamos reclamando la necesidad de que la educación sea realmente pensada como un derecho y desde políticas públicas que así la muestren. Quizás las y los docentes estemos agotados de que el sistema educativo descanse sobre nuestras voluntades, del discurso del ninguneo por ser docente.
Volvemos al paro, y no por gusto. Volvemos a la lucha que no abandonamos nunca porque siempre hay otros en el cotidiano de la escuela que nos necesitan presentes aún cuando el estado se haya corrido. Volvemos a exigir que se nos reconozca como trabajadores y que se nos pague como tal. Volvemos a salir por la educación pública, gratuita, laica, científica. Por el derecho a opinar. Volvemos a salir a la calle porque somos docentes, mujeres trabajadoras en su mayoría. Este lunes y martes volvemos a recordar que cuando luchamos, también educamos.