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Red Internacional
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Editorial De Editoriales Francia. De republicanos, resistentes y usurpadores

A parte del escándalo de la FIFA, dos grandes temas recorren los diarios de esta semana. Primero el cambio de nombre que propone el ex presidente Sarkozy para el UMP su partido de derecha. A partir de ahora se llamará “Los Republicanos”. El segundo, la entrada al panteón de la república, el “mayor honor”, de los restos de cuatro miembros de la resistencia francesa durante la segunda guerra mundial.

Domingo 31 de mayo de 2015

FOTO: REUTERS

Los republicanos

Para dejar atrás la crisis del su partido, dividido y con poco dinamismo, Sarkozy plantea un cambio de nombre, como segundo paso en la normalización del partido. El primero, desde luego, era que él tome las riendas del partido. Este cambio todavía no es un hecho, ya que el Partido Socialista reclamó ante la justicia, ya que entienden que ningún partido debería apropiarse de los principios fundamentales (y menos aún, como es el caso, si estos se identifican con las ideas del Partido Socialista). Por ahora Sarkozy puede seguir adelante con su proyecto, a la espera de una resolución de fondo por parte de la justicia.

El diario económico Les echos, el órgano de la burguesía concentrada, le dedica dos editoriales a este tema. El miércoles, con “Nicolas Sarkozy : otra forma de ampliarse” y el jueves con “Sarkozy, la guerra de las ideas es para más tarde”. El miércoles remarcaban el éxito de la campaña de Sarkozy “El nuevo nombre […] generó polémica exactamente dónde él quería”. Las críticas surgidas ante la usurpación de “una palabra y de los valores de [centro] izquierda” no han hecho otra cosa que terminar validando la operación de Sarkozy. Sobre todo porque esta campaña implica la continuación de una política más “amplia” que instauró Sarkozy cuando se hizo cargo de la presidencia en 2007, “llevando al gobierno algunas personalidades de [centro] izquierda”. Así Sarkozy “mantiene intacta su habilidad para desestabilizar al adversario”, sin embargo es débil en sus ideas propias, ni siquiera tiene un proyecto claro para las presidencias de 2017. O al menos no es el momento de revelarlo ya que, como plantean en jueves, su idea es ir ganado terreno con un nuevo método : “Los conceptos y los valores son para ahora, las ideas concretas vendrán más tarde”, es decir cuando sean necesarias, no sólo en su batalla con el PS (quién, por decirlo de alguna forma, se hunde solito), sino sobre todo para contener las potenciales disputas internas a la hora de elegir los candidatos. Les echos dan la impresión de apreciar el paso a paso de Sarkozy, lo alientan y se preparan para volver a la normalidad, a su normalidad, pero este no es el caso para los otros diarios.

Le Monde, jueves, titula su editorial “Los republicanos, un golpe bajo contra la república” y reconoce la buena movida de Sarkozy “puede frotarse la manos : lo ha logrado a la perfección”. Y más adelante explican el por qué : “Con Los Republicanos mata tres pájaros de un tiro. Primero porque borra del paisaje al calamitoso UMP […] Luego, porque con una innegable habilidad política, mezcla las cartas del paisaje político […] intentando ubicar su nuevo movimiento en el centro del juego, por encima de los partidos y, de alguna forma, más allá del debate izquierda-derecha” Por último porque logra contrarrestar la utilización de la República por parte de la ultraderecha del FN de Marine Le Pen.

Pero ante esto, Le Monde sale en defensa de la República, contra los futuros republicanos. Sarkozy, nos dice “ hace de la República un instrumento de divisiones, cuando debería ser el de la unidad de todos respecto a lo esencial. Cuando Sarkozy utiliza los valores republicanos para su provecho político está mal, pero cuando Hollande lo hace para el suyo, como luego de los atentados del 11 de enero la cosa sería distinta. ¿En qué es mejor la división de Sarkozy a la unidad de Hollande? En nada. De una u otra forma la República es un instrumento de dominación, explotación, represión, y por qué no, engaño y campaña electoral. De nada sirve protestar ante esta “usurpación” porque nada bueno puede salir de esta bandera.

La resistencia

Cuatro miembros de la resistencia entraron esta semana al panteón con una gran ceremonia. Los distintos presidentes franceses han siempre aprovechado su potestad exclusiva para elegir a quienes quedarán enterrados en el panteón de los “grandes hombres de la patria” para dejar un mensaje político. Le Figaro, el jueves, en “El panteón, manual de instrucciones” plantea que “Diciendo sobre quién entra al Panteón, todo presidente intenta enviar a la nación una imagen valorizante de ella misma”. Según este diario todos lo han hecho, salvo dos, Pompidou y Giscard (presidentes entre 1969 y 1981), porque, según la derecha, “en esa época, Francia estaba menos obnubilada por su memoria porque miraba el avenir con confianza”. Es decir que la época que empieza una vez “superado” el mayo francés y la llegada del Partido Socialista al poder es la de mayor esperanza para los franceses. Le Figaro de muestra así su habilidad para criticar a un gobierno aún en un momento de habilidad política. Y esto es así porque así Sarkozy quiere apropiarse de la república, Hollande quiere apropiarse de la resistencia.

Y para peor, instrumentaliza esta idea al mejor estilo Sarkozy. Porque, sin negar el coraje de los cuatro resistentes panteonizados, los cuatro forman parte de la resistencia “oficial” de de Gaulle. Nos son los Manouchian y su “armada del crimen” como lo llamaban los nazis, u otros miembros de la resistencia independiente quienes entran al panteón. La visón oficial de la resistencia es la de aquellos que dieron su vida por la “patria” y el orden burgués.

Pero el Partido Comunista, y su órgano L’humanité, se queja de la ausencia de comunistas en el Panteón. Ellos, que tanto colaboraron con los dirigentes burgueses de la resistencia, incluso salvando el orden capitalista a la salida de la segunda guerra mundial, se ven relegados. “Eligiendo a incontestables héroes, ha decidido retocar la foto, y no elegir a ningún comunista”. Ellos también quieren seguir integrados a la resistencia oficial y la república.