Un debate desangelado donde Maynez, el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano se presentó en sociedad. Sheinbaum se mantiene como expresión de la continuidad del gobierno de López Obrador, que goza de amplia popularidad, y Gálvez, representante de los partidos que iniciaron la militarización, pretende ser la vocera de demandas muy sentidas, como las de las madres de los desaparecidos.
Lunes 8 de abril
Este domingo 7 de abril tuvo lugar el primer debate presidencial entre Xóchitl Gálvez ─candidata de la coalición Fuerza y corazón por México (PRI-PAN-PRD)-, Claudia Sheinbaum ─candidata de Sigamos haciendo historia (Morena, PVEM y PT), que encabeza la preferencia de votos- y Jorge Álvarez Máynez, candidato por Movimiento Ciudadano.
Los temas abordados fueron salud, educación, combate a la corrupción, transparencia, no discriminación a grupos vulnerables y combate a la violencia contra las mujeres bajo el título La sociedad que queremos, que incluía preguntas realizadas por personas desde distintas regiones del país.
Destacó la invitación de Gálvez a Mireya, madre de Paola, una niña fallecida en el colegio Rébsamen en el sismo de 2017, Ceci Flores, una madre buscadora, María Isabel, madre de Brisa, una niña enferma de cáncer y Daniel, víctima del colapso del metro de la línea 12. Un gesto político para perfilarse como referente para familiares de víctimas de desaparición forzada -un terrible fenómeno relacionado directamente con la militarización inaugurada por el PAN y continuada por el PRI y ahora por el Morena- y referente de sectores desilusionados del oficialismo.
Salud
Con su primera participación, en el bloque de salud, Sheinbaum marcó el juego. Sostuvo que en estas elecciones lo que está en discusión es la continuidad de la Cuarta Transformación o regresar a la corrupción, una expresión de la polarización política que se viene dando, incluso desde antes del inicio de las campañas electorales. A su vez, fue la única candidata que se refirió a la crisis diplomática con Ecuador, felicitando al cuerpo diplomático que acaba de regresar de ese país.
En este bloque la propuesta de la morenista fue fortalecer el IMSS, ISSSTE y el IMSS Bienestar desde la prevención y hasta la atención. Gálvez, por su parte, propuso restablecer el Seguro Popular que garantizaría acceso a medicamentos y atención de salud a partir de alianzas con el sector privado ─al cual se le pagarían sus servicios con fondos públicos-. Máynez afirmó que en la administración de Sheinbaum en el Gobierno de Ciudad de México se redujo el acceso a los servicios de salud y aprovechó para cuestionar los vínculos de Gálvez con Alejandro "Alito" Moreno, ante lo cual Gálvez reviró señalando la anterior pertenencia del hoy candidato de Movimiento Ciudadano al PRI.
Pero ninguno de los tres candidatos abordó la urgente necesidad del aumento del presupuesto al sector salud, que para la izquierda independiente del gobierno y de la derecha debe garantizarse a partir del no pago a la deuda externa y de impuestos progresivos a las grandes fortunas como las de Ricardo Salinas Pliego, así como reasignar fondos destinados ahora a la militarización, el ejército, la marina y la guardia nacional.
Sobre todo que, teniendo en cuenta que el sistema de salud pública está muy golpeado por el desmantelamiento ejecutado por el PRI y el PAN en gobiernos anteriores, dicho aumento presupuestario es indispensable para poder garantizar de manera efectiva el acceso universal a la salud. Ni tampoco plantearon la necesidad de la basificación del conjunto de las y los trabajadores sanitarios, una promesa del gobierno de López Obrador que no se ha concretado.
Y en particular, la propuesta de Gálvez de pagarle al sector privado para que brinde servicios de salud, se configura como un excelente negocio para las empresas que mercantilizan la salud, todo lo contrario de nacionalizar los recursos del sector privado (hospitales, clínicas, laboratorios, consultorios, farmacias) para ponerlos a disposición de la clase trabajadora y los sectores populares, como planteamos los socialistas durante la crisis sanitaria exacerbada por la pandemia de covid-19.
Educación
La acusación de Xóchitl Gálvez a Claudia Sheinbaum de poder haber evitado la tragedia del colegio Rébsamen tras el terremoto de 2017, cuando la candidata de Morena era alcaldesa de Tlalpan fue la nota que resaltó en este bloque.
La candidata del PRI-PAN-PRD sostuvo que se debe volver al sistema de escuelas de tiempo completo como respuesta ante las preguntas enviadas por la población y propuso también una beca universal para jóvenes de preparatoria y universidad, que incluya a quienes asisten a escuelas privadas, un guiño a las clases medias.
Por su parte, Sheinbaum afirmó su defensa de la educación pública como respuesta a cuál era su plan para mejorar la educación pública en México, en particular luego del incremento de la deserción escolar con la pandemia de covid-19.
Planteó como parte de sus propuestas fortalecer la educación inicial, dar becas a todos los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria de escuelas públicas y fortalecer la educación media superior y construir más universidades.
Máynez, en su turno, reformuló la frase de López Obrador y declaró “Primero los niños”, cuestionando que a la “vieja política” ─la del gobierno y la de la oposición de derecha─ no le importan las infancias puesto que éstas "no votan", y propuso establecer alianzas con universidades privadas para fortalecer la educación superior.
Aunque las becas que dio el gobierno de López Obrador ─y que promete continuar Sheinbaum si es elegida presidenta─ son recibidas como un apoyo para las familias trabajadoras y los sectores populares, pero no son suficientes para terminar con la pobreza en la que viven millones de niñas, niños y adolescentes.
El silencio de las dos candidatas y del candidato ante los problemas educativos resonó con fuerza: continuidad de la reaccionaria reforma educativa que precariza las condiciones laborales del magisterio -que López Obrador había prometido abrogar pero recientemente dijo que no llegaba a hacerlo en su gobierno-, falta de infraestructura, de materiales educativos, sobrecarga laboral, salarios insuficientes para las y los maestros y las y los trabajadores de la educación, la pobreza, la violencia y el hambre que viven una parte importante de la población infantil y juvenil.
Como en el caso de salud, hace falta un aumento del presupuesto educativo para poder resolver una parte de estos problemas y la inmediata basificación del conjunto de las y los trabajadores de la educación ─junto con la contratación de más profesores para garantizar una educación más inclusiva y de calidad, una necesidad no solo en el ámbito de la educación básica, sino también en el de la educación superior, pues las universidades que fundó el Morena ─así como en sectores de la UNAM y otras altas casas de estudio─ funcionan con base en el trabajo precarizado de académicos y administrativos- con bajos salarios y sin derechos laborales.
Párrafo aparte merece la propuesta de Movimiento Ciudadano, que abre la puerta a jugosos negocios para los empresarios de la educación, lo cual refuerza la idea de convertir un derecho elemental en objeto de lucro, tal como se venían perfilando en las reformas educativas de los gobiernos anteriores.
Corrupción y transparencia
Fue tal vez el más deslucido de los temas abordados. Hubo cuestionamientos a falta de transparencia en contratos y licitaciones por parte de Máynez, afirmaciones a la ligera de Gálvez de que en el gobierno actual la corrupción está peor que nunca y que castigará a los corruptos y acusaciones de Sheinbaum de que las declaraciones patrimoniales de la candidata del PRI-PAN-PRD están alteradas, y que también prometió continuar con la austeridad republicana de López Obrador y Gálvez afirmó que, contrario a lo que pretende el gobierno actual, no desaparecerá el INAI.
Sin embargo, el cinismo de la candidata de Fuerza y Corazón por México brilló por su estudiado olvido de los múltiples escándalos de corrupción protagonizados por el PRI, el PAN y el PRD, que los llevaron a perder el apoyo popular, así como los vínculos con el crimen organizado que se evidenciaron con la masacre de Iguala, el escándalo de la "casa blanca" de la ex primera dama, Angélica Rivera, y tantos otros.
Y es preocupante la continuidad de la "austeridad republicana" del Morena, porque los únicos que han tenido que ajustarse el cinturón son las y los trabajadores al servicio del Estado ─donde se mantiene la contratación por honorarios profesionales y otras figuras legales que sostienen la falta de derechos laborales e incluso un sector fue despedido y reemplazado por “becarios” del programa “Jóvenes construyendo el futuro”-, otra forma solapada de mantener la inestabilidad laboral, los bajos salarios y la carencia de prestaciones.
Otra vez, el silencio lo dice todo: los altos funcionarios mantienen salarios y privilegios muy por encima de una trabajadora o un trabajador de base, y justo por esos privilegios se pueden inclinar ante quienes más “favores” (más prebendas) puedan otorgarles. Por eso, las y los socialistas sostenemos que todos los altos funcionarios deben cobrar lo mismo que una maestra o una enfermera, y que sean revocables en cualquier momento por el pueblo si no respetan los intereses de las mayorías.
No discriminación a grupos vulnerables y combate a la violencia contra las mujeres
La contendiente por el PRI-PAN-PRD en este tema hizo propuestas muy genéricas como el “fin del patriarcado” o la "educación" para frenar la violencia hacia las mujeres, junto con "atender al 100% de las llamadas" por violencia de género, y darles 5 mil pesos a mujeres que estén sufriendo violencia "para que puedan independizarse".
Sheinbaum propuso cero impunidad en feminicidios, y afirmó que bajo su gobierno ninguno permanece impune, y resaltó el programa "que el agresor salga de casa”. Máynez sostuvo que su plan de gobierno incluye un sistema nacional de cuidados y sistemas de asistencia oportuna con perspectiva de género.
Aunque es evidente que todos los partidos con registro han tomado nota de la existencia del movimiento de mujeres que cada 8 de marzo se expresa en las calles, lo cierto es que cuando están en el gobierno ─sea a nivel estatal o federal─ no atacan los problemas estructurales que han llevado a la creciente violencia hacia las mujeres, como la militarización y el clima de terror que prima en distintas regiones del país y la persistencia de la brecha salarial en perjuicio de las mujeres; aunque la “paridad de género” en altos cargos de gobierno generó muchas expectativas.
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Ninguna de las candidatas ni el candidato explicaron cómo conciben un Sistema Nacional de Cuidados ─una promesa que también crea expectativas en amplios sectores por la carga que representan los cuidados de niñes, ancianes y enfermes sobre las mujeres-, ni cómo se garantizará.
Pero sí hay una salida para la violencia patriarcal: ésta incluye como algo ineludible la necesidad de desplegar un amplio movimiento en las calles contra los feminicidios y todas las expresiones de violencia contra las mujeres y la diversidad sexual, del que participen trabajadoras y trabajadores de los distintos sectores, jóvenes, pueblos originarios, intelectuales y pobres urbanos.
La migración también tuvo un lugar en este bloque. Gálvez sostuvo que las personas en tránsito constituyen una “oportunidad de crecimiento económico” y que rechaza la militarización de la frontera sur. Sheinbaum, por su parte, afirmó que hay que apoyar a las personas migrantes.
Otra vez destacó la hipocresía de la candidata del PRI-PAN-PRD: el PAN, uno de los partidos por los cuales contiende, inauguró la militarización durante el gobierno de Felipe Calderón, con las nefastas consecuencias que ha tenido para la población, con ejecuciones, desapariciones forzadas, feminicidios, desplazamientos forzados de la población y todo tipo de atropellos por parte de las fuerzas de seguridad, que mantiene vínculos con el crimen organizado, una alianza funcional para avanzar en el saqueo de bienes naturales y la trata de personas.
Pero la postura de la candidata del Morena también tiene contradicciones: aunque el gobierno de López Obrador desplegó los planes Sembrando Vida y Jóvenes construyendo el futuro no solo en México sino también en países de la región, con alta migración, para “convencer” a las personas que no inicien la travesía hacia Estados Unidos, al mismo tiempo se hostiga y persigue a las y los migrantes con la Guardia Nacional, el Ejército y los agentes del Instituto Nacional de Migración para impedir que lleguen a territorio estadounidense.
La pobreza y la violencia provocados por los planes neoliberales ordenados desde Washington ─y también los efectos del cambio climático─ orillan a miles de personas a dejar sus países de origen. Ante esta situación, las y los socialistas estamos por el libre tránsito de personas por México y los países de la región, y por plenos derechos para todas las personas migrantes.
Ganadores y perdedores del debate
El destape de la noche fue el candidato de Movimiento Ciudadano, que irrumpió en el escenario electoral buscando desarrollar un perfil “progresista” a la “izquierda” del Morena. Pero es un perfil difícil de sostener para MC por sus alianzas con gente como la derechista Sandra Cuevas, el pasado priista de varios de sus líderes ─como el mismo Máynez o Dante Delgado─ y por la gestión de los estados que gobiernan: Jalisco, con el grave problema de las desapariciones forzadas, y Nuevo León, con la crisis hídrica y el polémico gobernador Samuel García, quien descalificó a los estados del sur porque “no trabajan, sino descansan”, entre otras muchas perlas de tinte reaccionario.
Xóchitl Gálvez, la abanderada de la derecha neoliberal, buscó golpear a la candidata morenista en sus puntos débiles ─los desencuentros del gobierno con las y los familiares de los desaparecidos, el colapso de la línea 12 del metro, el desabasto de medicamentos importados, el derrumbe del colegio Rébsamen-, pero aún cuando se reclame “independiente” del PRI, del PAN y del PRD y promete mantener los planes sociales de López Obrador, para no distanciarse mucho de la base morenista pero representa en realidad un regreso de los grandes negocios entre los empresarios y altos funcionarios a costa de los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares.
Sheinbaum ─quien sostiene un discurso triunfalista apoyada en la gran popularidad del gobierno de López Obrador-, se posiciona como defensora y continuadora de la Cuarta Transformación. Sin embargo, en cada tema abordado surgen las contradicciones entre el discurso que puede ser interpretado como “progresista” y la política del gobierno, signada por la continuidad de la subordinación al imperialismo estadounidense, en el terreno económico ─con el T-MEC-, en el terreno migratorio ─buscando impedir que las y los migrantes latinoamericanos lleguen a EEUU-, y con la continuidad de la militarización de las fronteras y del territorio nacional.
Este escenario plantea la necesidad de forjar un polo independiente del gobierno y de todos los partidos con registro, que bregue por los derechos de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, en las calles y en cada resquicio del antidemocrático régimen mexicano que mantiene la proscripción de la izquierda y de las organizaciones de trabajadores en las elecciones con múltiples obstáculos.