Más de 70 trabajadoras y trabajadores de distintos sectores se sumaron a distintas redes para aportar sus impresoras 3D y sus conocimientos con el objetivo de proteger a las y los trabajadores de la salud. Se extiende la solidaridad de clase en medio de la pandemia.
Viernes 27 de marzo de 2020 00:00
La crisis sanitaria, económica y social de la pandemia COVID 19, más allá de la propaganda represiva que danza en parlantes y pantallas de los medios masivos, despertó lo mejor de la clase trabajadora. Enormes ejemplos de solidaridad se multiplican a diario: docentes que abren espacios virtuales de clase, profesores y trabajadores que ponen a sus fábricas recuperadas a fabricar alcohol en gel, delantales o barbijos, trabajadores metalúrgicos que se ofrecen a construir camas o camillas son algunos ejemplos.
En este contexto, La Izquierda Diario entrevistó a dos sectores de la provincia que se están organizando para imprimir máscaras: 3D Factory Mza (Malargüe) y COVID 19 Makers Mdz (coordinan en el resto de la provincia).
Desde “3D Factory” nos comentaron que “esta es una oportunidad muy importante para unirnos todos y ayudar. Somos un par de Ingenieros Electromecánicos que trabajamos en el Observatorio Pierre Auger y en la Petrolera Phoenix GR. Además de nuestros trabajos hace un par de años que nos sumergimos en el mundo de la impresión 3D, entre otros proyectos, y consideramos que en este momento es necesario ayudar desde nuestras casas”.
Nicolás y Cristian de 3D Factory cuentan que “la idea de ayudar con las impresoras en todos los ámbitos (salud, ingeniería, etc.) se viene dando en todo el mundo desde hace unos años, y es inminente que la gente conozca este tipo de tecnologías que mejoran la calidad de vida. En esta oportunidad, nos sumamos a un grupo de chicos en Mendoza, que también producen. La comunidad de los "impresores" es muy grande y por suerte a través de internet las ideas, los problemas y los modelos 3d se transmiten fácilmente”, y agregan que “nos preocupa bastante toda esta situación, como a todos, por eso vamos a ayudar desde nuestras casas, coordinados por personal del hospital. Además, se sumó gente que tiene impresoras en Malargüe, eso nos motiva aún más”.
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En el diálogo coinciden con nuestra mirada de rescatar enormes muestras de solidaridad en la sociedad, en los barrios y en los distintos sectores de trabajadores. “La solidaridad y el apoyo de la gente es increíble. Estamos muy contentos y sorprendidos. Las donaciones monetarias, las estamos convirtiendo en material para imprimir. Estas impresoras funcionan con varios tipos de plástico, que vienen en bobinas en forma de filamento, en este caso estamos usando PLA, que es muy común en esta industria. El resto de donaciones (elástico, acrílicos, cutters, etc) los administramos coordinando cada uno desde su casa. Todos los sectores nos han ayudado” aseguran.
Carlos, periodista y colaborador de 3D Factory nos cuenta que “este tipo de colaboraciones tienen múltiples planos de efecto positivo. Por un lado, provee a quien las usa en los puestos con alta exposición a sentirse más seguros, lo que a su vez permite que puedan concentrarse mejor en sus tareas y no ejercerlas en un modo defensivo, lo que termina por mantener un estado de alerta exacerbada ten todos los interlocutores.” Agrega que “otro punto fuerte es comprobar que socialmente hay una capacidad de respuesta civil a los requerimientos primarios de quienes estén coordinando las tareas de prevención y protección frente a eventos inesperados y de gran envergadura. Los que imprimimos con este tipo de tecnología somos más bien individualistas y nos regimos por parámetros de trabajo y tiempo de respuestas propios, dependiendo de cantidad de impresoras, de material, de complejidad del modelo y de tiempo de impresión.
En este caso, hemos comprobado lo bueno que resulta actuar mancomunadamente, compartiendo entre nosotros los conocimientos prácticos que hemos ido descubriendo y establecemos criterios comunes, así como responder a una única fuente de directivas a la hora de producir. En pocas palabras, colaboramos con lo mejor que tenemos: nuestra mano de obra. Hemos sido afortunados de haber podido acceder a todo este know how con tiempo previo al estallido local. Y nos ha permitido contar con más tiempo de producción, ya que con las impresoras se tarda unas 2 horas por cada una”.
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Por otro lado, voluntarios del grupo de COVID 19 Mdz nos cuentan que “somos 70 voluntarios y voluntarias que ponen a disposición sus conocimientos y herramientas para fabricar máscaras de protección. Las máscaras de protección son gratuitas y momentáneamente están destinadas al personal del sector público de la salud, principalmente a quienes tienen que manejar casos de COVID-19 y sufren mayor exposición. La iniciativa está avalada por el Observatorio de Salud Pública y Problemáticas de Consumo de la Universidad Nacional de Cuyo.” Y agregan que “cada uno desde sus casas imprimimos las viseras para montarlas con una máscara de acetato e impulsamos a quienes tengan impresoras 3D para sumarse a esta iniciativa, y también a la comunidad para colaborar con los materiales o donaciones económicas”.
Ignacio, que pertenece a esta red, es profesor de música y aficionado a la impresión 3D nos comenta que “esta iniciativa surge, en mi caso, porque me entero a través de internet que en Europa están usando este tipo de protectores faciales debido a la escasez de insumos por la alta demanda de los mismos. Posteriormente me contactan telefónicamente un amigo que también tiene impresora y me cuenta de que se han creado distintos grupos o redes que estaban haciendo lo mismo y que están más organizadas a nivel de logística, transporte y certificaciones legales.
El rol de la impresión 3D creo que surge como una buena alternativa para fabricar objetos a pequeña escala sin la necesidad de hacer costosas matrices. A la vez, con la ayuda de todos los impresores mendocinos se puede alcanzar un buen número de protectores faciales para donarlos a hospitales y clínicas que lo requieran. También me gustaría aclarar esto es una iniciativa espontánea, que estos protectores son costeados por los mismos impresores particulares con sus materiales y con la donación de materiales”.
Con la intención de que su trabajo pueda perpetuarse en el tiempo, los hacedores del proyecto 3D Factory, concluyen invitando a colaborar en la lucha contra el Covid 19: “Las personas que deseen ayudarnos, pueden hacerlo mediante su fan page de Facebook. Ahí podrán encontrar links para donar por el valor de las máscaras que deseen, y si nos ayudan con materiales, nos mandan un mensaje o al celular que aparece y les decimos como ayudar”.
COVID 19 Mdz también hace un llamado a la solidaridad de la comunidad y pueden contactarse a través de su página de Facebook y perfil en Instagram. Agregan que “si necesitan pedir máscaras de seguridad desde una institución deberán escribir un correo a [email protected] detallando la institución y área de trabajo”.