Se trata de Alma Méndez, quién ingresó a la clínica con un cuadro de dolor estomacal y luego de unas horas falleció. Familiares marcharon al Centro Médico El Talar, exigiendo el esclarecimiento del caso.
Viernes 14 de diciembre de 2018 13:36
“Ingresamos al Centro Médico El Talar a las 12 horas del viernes, vinimos porque mi hija tenía vómitos y dolor de panza. La dejaron en observación y a las 16 horas le colocaron suero y ranitidina, a partir de ahí convulsionó. Denunciamos mala praxis. Cuando avisé que mi hija estaba dura con los labios morados y su corazoncito aceleradisimo, el médico me dijo ’yo me preocuparia mamá si el corazón no latiera’ y se fue dejándome sola con mi bebé. Al minuto le agarra el primero de cuatro paros, no resistió, no la vi más. El director de neo nos dijo que era un cuadro raro.Nunca supieron decir qué pasó con mi hija. La nena entró bailando y me la llevé en un cajón. Necesitamos saber qué pasó con Alma” así relató a este medio Johanna Sánchez, mamá de Alma, lo sucedido en la clínica de Zona Norte.
Familiares, junto a decenas de personas, se movilizaron este miércoles al Centro Médico para exigir el esclarecimiento del caso, mientras aguardan que la fiscalía 6ta del Talar, donde tramita la causa, informe los resultados de la autopsia. Al momento la familia no recibió ninguna respuesta por parte del establecimiento.
Como Alma, son miles los niños y adultos que sufren las consecuencias de que la salud sea un negocio y no un derecho humano. Los políticos y funcionarios de los partidos tradicionales desfinancian la salud pública hace décadas, los dirigentes sindicales utilizan las cajas de las obras sociales para hacer negociados en lugar de garantizar una atención de calidad para sus afiliados. La familia de Alma llegó al Centro Médico El Talar a través de la cartilla de su obra social.
Se trata de una institución privada, donde sin embargo los pacientes hacen largas filas para poder ser atendidos para tratar sus dolencias, donde son tratados como meros números y no como personas, porque el capitalismo tiene ese “don” de convertir todo en mercancía. La sed de ganancia de los empresarios tiene consecuencias fatales para el pueblo trabajador. Porque a ellos no les importa lucrar con nuestras vidas, por eso no invierten dinero en remodelar los centros de salud, ni en contratar la suficiente cantidad de profesionales médicos para poder atender con tiempo y calidad humana a los pacientes, sino que al contrario, solo piensan como engordar sus bolsillos invirtiendo poco.
Salud, un derecho para pocos
Así entre los empresarios de la salud, el desfinanciamiento de las obras sociales y de la salud pública las familias obreras y populares no tienen garantizado un derecho elemental básico, y humano, como es la salud.Pero no podemos seguir permitiendo que los políticos, los empresarios de la salud y los dirigentes sindicales nos sigan usando como meros números o material descartables. Luchemos
porque la salud no sea un negocio para un puñado de parásitos, luchemos para acabar con el negocio de los laboratorios que lucran con nuestra salud, las clínicas privadas y las obra sociales. Hay que luchar, no tenemos opción. Por un sistema único de salud público y gratuito, que la salud no sea un negocio ni tampoco un privilegio.