×
×
Red Internacional
lid bot

Géneros Y Sexualidades. Denuncian violencia homofóbica y transfóbica en cárcel de Antofagasta

Una denuncia presentada por el MOVILH durante esta semana, dio cuenta de violentos abusos y torturas hacia internos/as gays y transexuales perpetradas por parte de gendarmes del centro de cumplimiento penitenciario de Antofagasta.

Melissa Navea V Psicóloga

Sábado 4 de febrero de 2017

Esta semana el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) salió a denunciar una serie de hechos de carácter homofóbico y transfóbico en la cárcel de Antofagasta. Ante la acusación, el mismísimo Tribunal de Garantía de la ciudad ha confirmado los hechos que el pasado 21 de diciembre afectaron a la pareja del mismo sexo R.O.O y C.C.G, así como a las mujeres trans V.R.M y M.P.B, esta última especialmente afectada pues viene padeciendo periódicas torturas en diversos penales del país.

Los abusos perpetrados en el módulo 88 de la cárcel de Antofagasta, fueron desde “golpes con pie, puño y luma propinados por funcionarios de Gendarmería, así como lanzamiento de agua con una manguera de bomberos y rociamiento de gas pimienta. Además los/as internos/as fueron obligados/as a desnudarse, junto con recibir continuos insultos en razón de la identidad de género y la orientación sexual, lo cual afectó especialmente la dignidad de las mujeres trans”, en palabras del Movilh.

En respuesta, el magistrado del Juzgado de Garantía de Antofagasta, Marco Antonio Rojas, ha ordenado el traslado de los internos/as a un penal de Arica, lo cual debería ocurrir en los próximos días. A su vez el Instituto Nacional de Derechos Humanos(INDH) también ha sido interpelado para intervenir frente a estos procedimientos irregulares, los cuales no son primera vez que se denuncian, pues ya el INDH en una anterior inspección a la cárcel de Antofagasta, había dado con cámaras de video que poseían el registro audiovisual de los abusos.

Basta de abusos hacia la diversidad sexual

La evidencia demuestra que este tipo de abusos por parte de gendarmes por razones de homofobia y transfobia no es nada nuevo. M.P.B, mujer trans afectada por los últimos acontecimientos en Antofagasta, no es primera vez que es víctima de este tipo de discriminación debido a su identidad de género. Ella fue torturada y ofendida por esta razón “en dos oportunidades, en el Complejo Penitenciario de Alto Hospicio y en el Centro de Cumplimiento Penitenciario del Bío-Bío, siendo esa la razón por la que fue trasladada a Antofagasta”, según información entregada por el Movilh.

Por otra parte, el traslado como política ordenada por los jueces no ha revertido la situación ya que al respecto se presenta una constante, pues el machismo de estas instituciones es expresado también cuando se asumen represalias por las denuncias de internos/as. Según el Movilh y sus estadísticas, este tipo de atropellos, “se han transformado en un lamentable y deleznable constante y que convierten a Gendarmería en un lugar peligroso para los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales. Incluso el pasado 15 de enero del 2017, M.P.L.B, C.C.G, R.O.O y V.R.M, fueron además agredidos/as verbalmente por su orientación sexual e identidad de género por parte de un cabo de apellido Pezoa, quien los/as roció con gas pimienta y los/as amenazó con nuevos abusos si es que persistían con sus denuncias“.

Sin duda que estos no se presentan como hechos aislados, sino que son otra forma más que da cuenta de la discriminación que es perpetuada por el Estado hacia la diversidad sexual. Pues no se trata de que el encontrarse como interno/a en la cárcel sea una justificación para que ocurran este tipo de abusos impunemente. La evidencia demuestra que efectivamente fueron casos de homofobia y transfobia, que si estas personas no hubiesen tenido una orientación sexual e identidad de género que se aleje de los parámetros de lo que significa ser un hombre y una mujer en esta Sociedad, no habrían sido víctimas de estos actos de violencia que son parte de un odio hacia lo que no encaja con la heteronorma impuesta, por lo que este acto de abuso de poder tiene como principal motor, la discriminación.