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Red Internacional
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Juventud. Derecho UBA: la realidad trans irrumpe en las aulas

El día de ayer en la Facultad de Derecho de la UBA se llevó a cabo una clase abierta. La invitada fue Máxima Fernández, activista trans y militante de Pan y Rosas y el PTS.

Jueves 6 de octubre de 2016 22:43

Un tema fundamental en la materia “Sociología, poder y derecho”, a cargo de los profesores Mario Gerlero y Diego Rao, es el análisis y estudio de las leyes y su relación con la realidad material de las personas. En este sentido un claro ejemplo es la Ley de Cupo Laboral Trans, sancionada en septiembre del año pasado, aun sin reglamentación ni aplicación. Los docentes invitaron a Máxima Fernández a una clase abierta en donde un auditorio expectante escuchó sobre su experiencia personal a la hora de buscar trabajo, la no implementación de la Ley de Cupo Trans, las limitaciones en la aplicación de la Ley de Identidad de Género y la pelea por el cupo que llevarán al Encuentro Nacional de Mujeres junto a la agrupación Pan y Rosas este fin de semana en Rosario.

En un aula llena por estudiantes de esa cursada y por muchos otros que se acercaron al enterarse que un tema tan invisibilizado como la diversidad sexual estaba entrando a la Facultad de Derecho, Máxima explicó la necesidad urgente de la implementación del cupo laboral –lamentamos que Lanata no la haya escuchado para aprender un poco al respecto–. Rompió el hielo contando de una forma tragicómica su experiencia en la fábrica Siderca, que contradice el argumento que suelen utilizar acerca de la idoneidad para cubrir cualquier puesto. Ella había trabajado en ese lugar algunos años antes de su cambio de género, la volvieron a llamar para tener una entrevista y se hizo el examen físico pero, al descubrir su nueva identidad a través del CUIL, la patronal la rechazó. Presentó muchos CVs en empresas y consultoras, pero a pesar de su experiencia nunca la llamaron.

Este no es un caso aislado, las posibilidades que tiene una persona trans de acceder a un trabajo en blanco son casi nulas, más del 80 % tiene que recurrir a la prostitución para poder tener un ingreso. Además de los impedimentos materiales para finalizar estudios, como a veces es la falta de acompañamiento de las familias, la falta de implementación del artículo 11 de la Ley de Identidad de Género, el cual contempla el acceso gratutito a la salud (tanto a tratamientos hormonales como a cirugías), lleva a muchas personas a recurrir a métodos inseguros para el cambio de género al no tener una cobertura ni acceso a la salud.

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A pesar de los avances y cambios que significaron las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género sancionadas durante el Gobierno anterior y de las políticas gayfriendly del Gobierno actual, no hubo ni hay voluntad política para la aplicación del cupo.

El profesor Gerlero, docente de la cursada, le preguntó a Máxima por las estrategias para lograr la efectiva implementación del cupo. Ella respondió:
“Una de las consignas que levantamos en la campaña es ‘no hay que ser trans para apoyar el cupo laboral’. Con la unidad de estudiantes, docentes, trabajadores y las mujeres estamos dando esta pelea. Como lo hicieron en distintas facultades y terciarios, así como en la fábrica bajo control obrero Madygraf. Es una lucha política que venimos llevando adelante hace tiempo, logrando por ejemplo la reincorporación Valentina Pereyra, trabajadora trans despedida por la Municipalidad de La Plata, que continúa después de que el municipio haya apelado la decisión judicial que falló a favor de su reincorporación. En este Encuentro Nacional de Mujeres el 8, 9 y 10 de Octubre vamos a llevar a Rosario la pelea por el cupo laboral a todos los talleres”.

En su intervención se destacó la necesidad de organizarse para conquistar los derechos y la importancia que tienen las campañas que muestran el apoyo social, evidenciando que las respuestas favorables muchas veces no dependen de los jueces, si no que son producto de la presión social y la movilización, como fue el caso de la libertad de Belén.

Por último la invitada terminó su intervención invitando a todos los presentes a involucrarse con la temática y a viajar al Encuentro Nacional de mujeres con Pan y Rosas.

Mariana, estudiante de tercer año de la carrera de abogacía dijo a La Izquierda Diario: “Me siento agradecida con Máxima por habernos contado su experiencia como miembro de la comunidad trans y así podamos acercarnos a historias de desigualdad que como futuros defensores de los derechos de los ciudadanos no podemos ignorar. Es con estas actividades que siento que la facultad nos convierte en profesionales menos ingenuos de las desigualdades que generamos como sociedad. Por otro lado me alegra que tengamos un espacio para incluir estos temas, aunque es reducido y dista mucho de lo que espero que sea nuestra facultad.

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Como dijo Máxima, estamos reclamando los más básicos derechos que tiene cualquier persona: el derecho al trabajo efectivo. Este caso es un ejemplo claro de que con la ley no alcanza y de que hay que presionar e insistir como sociedad para hacer efectivos los derechos que les está negando, en este caso, el Estado a las personas trans. Gracias por la convocatoria, por pequeño que sea, es un paso adelante en la lucha”.