Estamos en un momento bien particular y crítico. Dependiendo cómo actuemos saldremos bien o ya no tendremos retorno.
Viernes 23 de septiembre de 2016 07:00
Dos veces tropezamos con la misma piedra. La mina Veladero otra vez derrama agua cianurada con metales pesados. Parece que estamos viendo la misma película del año pasado solo con algunos actores cambiados pero que siguen al pie de la letra el guion de lo que se fueron.
El gobernador Uñac, recién 6 días después, se hace cargo de lo que ya sabía y frena las actividades de la mina, de manera temporaria, hasta que verifiquen, “ellos”, que pasó. ¿Eso no es negligencia de parte del funcionario máximo de la provincia? Si sabía, ¿por qué sale a los 6 días? ¿Y si no se hubiera filtrado la información? Ni nos enteramos.
Cuando Uñac habla, dice que solo se preocupa por resguardar el “trabajo”, ¿Pero el daño ambiental irremediable que sufrió la provincia? ¿Acaso no sabe que la gente de Jachal e Iglesia se tiene que comprar el agua para tomar, en caso que le dé el bolsillo, pero sabemos que la mayoría toma agua del caño? ¿No le importa que su provincia ya no pueda producir más por falta de agua? ¿Que la gente se vaya de sus pueblos? Etc. No, no le importa.
Ya está claro con qué bueyes aramos aquí en Catamarca, en San Juan, en cualquier pueblo pegado a las megamineras, son las mismas estrategias de parte de los funcionarios y multinacionales. No tenemos escapatoria. Ya está muy claro. La realidad en la que queramos vivir, la debemos construir nosotros. Ese derecho lo tenemos que hacer valer en cada uno de nuestros lugares, saliendo a las calles. Ya no queda tiempo.
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