En los últimos años la ciudad no sólo se ha pintado de ese chillante rosa mexicano. Las paredes y postes se han tapizado con los rostros de miles de niñas y jóvenes desaparecidas.
Viernes 12 de febrero de 2016
Cada rostro es una historia, una vida, un montón de sueños; cada faz representa la angustia de las madres que reclaman el regreso a casa de sus hijas.
El pasado 29 de enero Enrique Peña Nieto –el gobernador del feminicidio en el Estado de México- promulgó la reforma política que transformó a la capital del país en la “Ciudad de México”. Un sinfín de cambios vendrán con ella: las delegaciones se convertirán en “demarcaciones territoriales de la CDMX”, los delegados serán ahora Alcaldes, para el 2017 una Asamblea Constituyente deberá crear la primer Constitución Política de la Ciudad de México.
Lo único que no se dice cuando cambiará, son las desapariciones de mujeres y la precarización femenina con todo lo que ello implica, salarios de miseria e inestabilidad laboral.
Mancera y su falso discurso a favor de las mujeres trabajadoras
En actos públicos Miguel Ángel Mancera intenta dejar claro, una y otra vez, que el gobierno capitalino que él encabeza es un gobierno garante del pleno goce de los derechos de sus trabajadores, y precisa constantemente que la Ciudad de México es “la ciudad de los derechos humanos”.
Sin embargo ese discurso poco tiene que ver con la realidad de las millones de mujeres que vivimos y sobrevivimos en esta ciudad.
Al tiempo que Mancera habla de la protección a los derechos de los y las trabajadoras en la ciudad, con la mano en la cintura orquestó a principios de años despidos de gran número de trabajadores en diversas delegaciones y dependencias del Gobierno de la Ciudad de México.
Entre esos despidos se encuentra el caso de las trabajadoras de intendencia del Instituto de Educación Media Superior (IEMS), que ya desde hace un mes vienen dando una fuerte lucha contra su despido y la subcontratación en la ciudad.
Las valientes trabajadoras de intendencia tienen más de 30 días tocando puertas, buscando una posible solución, y lo único que han encontrado es deslinde. Al exigirle al Instituto que se haga cargo como patrón , las autoridades responden que ellos no tienen nada que ver, que la licitación la hace directamente el Gobierno de la Ciudad. Y cuando se busca respuesta del Gobierno de la Ciudad, éste se lava las manos diciendo que es un problema entre particulares, es decir, entre la empresa subcontratadora y las trabajadoras despedidas.
Así es como un gobierno que se presenta como “de izquierda” se lava las manos, sin dar respuesta a las trabajadoras que se encargaron, durante los últimos 15 años, del aseo de los bachilleratos a cargo del Gobierno de la Ciudad de México.
Las mujeres sobreviviendo en la CDMX
La reforma política de la ciudad implica una gran lista de cambios en las denominaciones de cargos, dependencias y demarcaciones. Pero lo que no precisa por ningún lado es el cambio de la realidad que vivimos las mujeres en la ciudad.
Mientras en el discurso se expresa el interés por la equidad de género y la protección de la mujer, al tiempo que se pinta de rosa la ciudad; el acoso sexual, las desapariciones y el feminicidio no cesan. Tan sólo entre 2011 y 2015 se registraron 199 feminicidios, de acuerdo con cifras de la PGJDF, anotando además que diversas organizaciones han denunciado que en la CDMX no se tipifican como tal más del 60% de los feminicidios.
Como antesala del feminicidio está en muchos casos la desaparición. En la ciudad, entre 2008 y 2014 se registraron más de 6500 desapariciones de mujeres, tan sólo entre 2013 y 2014 se registraron 2567, de acuerdo al informe presentado por el Observatorio contra la Trata de Personas con fines de Explotación Sexual. El brutal aumento de la desaparición de mujeres en la capital, indica que en promedio 3.5 mujeres y niñas son desaparecidas cada día.
Contra la precarización y la violencia, tomemos las calles
Las mujeres de la CDMX, no tenemos nada que festejar. No hay motivo de festejo mientras miles de nosotras cargamos con los trabajos más precarios, y muchas otras somos desaparecidas y asesinadas en esta rosa ciudad.
Ante las brutales condiciones en las que vivimos las mujeres capitalinas, se hace indispensable un gran movimiento de mujeres en las calles que denuncie y exija el alto inmediato a la desaparición de mujeres y niñas, al feminicidio y la precarización laboral. Por eso, este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, retomemos con fuerza la fecha como un día de lucha en las calles.