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Red Internacional
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TRAS 16 AÑOS ¿DÓNDE ESTÁ JOSÉ HUENANTE? Desaparición de joven mapuche de 16 años a manos de carabineros sigue en la impunidad

Aquella madrugada del 3 de septiembre del 2005, José fue raptado, según testigos, en el radiopatrullas 1375 de la 5° comisaría de Puerto Montt, en un operativo donde participaron, por lo menos 12 uniformados. Desde ese momento se desconoce su paradero y su familia, cercanos y amigos no pueden despedirlo como corresponde y se preguntan ¿dónde está? Aún esperando justicia.

Viernes 3 de septiembre de 2021

Foto: Colectivo La Teja. Manifestación 2019

La última vez que se le vio con vida fue la noche del 3 de septiembre de 2005, en la Población Mirasol de Puerto Montt. Tenía 16 años cuando fue desaparecido por carabineros y hasta ahora van otros 16 años de impunidad. En 2019 se dieron a conocer nuevos antecedentes que indican que Francisco Arzola, el "paco nazi", condenado por abusos, falsificaciones y torturas, estaría involucrado en la desaparición de José.

Era un joven puertomontino de origen mapuche que creció entre el campo y la ciudad y de aquí para allá en casas de varios familiares y un hogar de menores. Su madre, Cecilia, cuando lo tuvo era quinceañera y poco después de concebir comenzó a trabajar de nana puertas adentro de lunes a viernes, por lo que al principio fue criado por su abuela. No fue reconocido por su padre, José Placido, quien por ser muy borracho tampoco fue aceptado por la familia materna, y se olvidaría de su hijo mucho antes de que desapareciera a manos de carabineros.

José Huenante solo estudió hasta 5° básico, adoptó el apellido de su madre y pasó sus últimos años junto a su tía y primos, probablemente el hogar más estable que tuvo, según la investigación del periodista Nicolás Binder Igor, quien se adentra en su historia y publica el libro “La vida breve de José Huenante. La historia del primer detenido desaparecido en democracia”, donde enfatiza el caso como “un crimen ignorado por el Gobierno de Ricardo Lagos y ninguneado por el de Michelle Bachelet”.

En los últimos años se demostraría que Huenante no fue el primero, sino el segundo desaparecido por las fuerzas del Estado en democracia, debido a que lo antecedía Hugo Arispe Carvajal, detenido y desaparecido en Arica el 2001.

Cuando eres pobre a nadie le importa...

Pasaron un par de meses de su desaparición y sin contar a su familia y amigos de la población Vicuña Mackenna, a nadie más en Puerto Montt le importaba. Ninguna palabra de las autoridades locales, ya sea diputados, alcalde o intendente. Tampoco había organización estudiantil detrás, porque José había dejado el colegio hace rato para dedicarse al trabajo, que le permitía comprar ropa para él y sus hermanas; primero, en una lechería y luego moldeando erizos en una pesquera.

A casi dos meses del crimen, su madre pedía en la prensa que no se olvidaran de su hijo y decía sentirse discriminada por las personas que deberían buscarlo:

“Cuando veo en los diarios que toda la comunidad valdiviana busca a un estudiante que se perdió, siento un poco de envidia que a mi hijo no lo busque nadie. Pareciera que no les importara que haya desaparecido”.

, declaraba en el diario de Llanquihue.

Los primeros años de su desaparición pasaron en total impunidad, los gobiernos de la ex Concertación invisibilizaron el caso, y los organismos de Derechos Humanos recién comenzaron a denunciar lo sucedido en el 2009. Ese mismo año, luego de que el Ministerio Público de Puerto Montt estableciera las responsabilidades de tres carabineros, el abogado de la familia, Luis Correa, solicitó presidio perpetuo contra los tres acusados: los cabos Patricio Mena, César Vidal y el sargento Juan Altamirano, dados de baja el 6 de abril del mismo año.

Sin embargo, tal es la bajeza de la impunidad que posteriormente fueron reincorporados, a pesar que se interpuso una querella criminal contra quienes resulten responsables.

Recién el 2011 hubo un reconocimiento masivo de memoria colectiva en la principal calle de la capital, era el año de grandes movilizaciones estudiantiles que anticipaba el hastío con las leyes heredadas de la dictadura, el cual terminó explotando a un nivel mayor el 2019. En aquel entonces el centro de memoria Londres 38 organizó, junto a los movilizados, una intervención que recorrió varios edificios de la Alameda.

Amenazas policiales a testigos claves y la participación del "paco nazi"

En 2017, la madre de José Huenante, declaraba que los vecinos que sabían del tema habían sido acosados para no declarar “como ellos son los policías, ellos tienen todas las de ganar”, por eso dice que “nadie quiere hablar, por temor a carabineros”. En ese entonces, una testigo clave, señaló que fue hostigada permanentemente por parte de carabineros, quienes la amenazaron, insultaron y detuvieron a sus hijos sin ningún motivo, tratándola de “vieja sapa”.

En septiembre del 2019 se dio a conocer el fallo contra Francisco Arzola, el famoso “Paco Nazi”, quien junto a otros 14 funcionarios fue condenado por abusos, falsificaciones y torturas. Durante la investigación y el juicio saltó la declaración de un detective de la PDI, quien señaló que Arzola se habría encontrado conduciendo una de las patrullas que habrían participado del operativo policial en que desapareció el joven mapuche.

José Huenante es uno de los primeros crímenes en democracia por parte de agentes del Estado, pero no el último. Lamentablemente, le han sucedido una serie de casos de violaciones a los Derechos Humanos, torturas y muertes, que al principio golpeaban principalmente al pueblo mapuche y estudiantes, pero luego con el estallido social se masificaron escandalosamente. Por esto es que se intensifica la necesidad de luchar contra la impunidad y por la verdad, pues el olvido lleva a un bucle donde la historia se repite si no hay consecuencias para quienes se creen con el derecho de matar y desaparecer amparados por el poder.

Lamentablemente, este ya no es un caso aislado. La institución policial hace tiempo que está manchada con sangre mapuche, de estudiantes y trabajadores. La justicia vendrá de la mano con el juicio y castigo a los responsables de estos crímenes, pero también se hace imperante la disolución de carabineros para que el “nunca más” sea verdad.