Compartimos unas palabras y reflexiones de una joven trabajadora precarizada y madre que se organiza en La RED de precarizadxs, informales y desocupadxs.
Jueves 4 de marzo de 2021 16:40
Estoy matada, en el piso, deseando hacer mil cosas aprovechando que las pibas duermen pero sin ganas de hacer ni una. Así que me permito hacer un pequeño descargo porque siempre que puedo, desde que soy madre, veo importante hablar sobre las tareas de cuidados no pagas.
Hace algunos días que circunstancialmente en mi casa estamos viviendo mi hija de 4 años, mi amiga y su hija de 3. Ambas somos jóvenes precarizadas, ambas nos apoyamos en otras personas (mayormente otras mujeres) para los cuidados de nuestras hijas cuando tenemos que laburar, como si ya criar no fuese un trabajo agotador.
Sacamos cuentas, caemos y recaemos en la sobrecarga mental a la hora de organizar logísticas y planes para que todo “funcione”.
Me da mucha bronca estar tan cansada y sobrepasada, que mi amiga exponga su vida en una bicicleta por dos mangos para poder sacar la diferencia que le falta para pagar un alquiler, entre otras cosas.
Este sistema se ahorra enormes cantidades de guita en todo el mundo a costa de nuestra explotación y opresión. Las mujeres no nos hacemos cargo de les niñes de la sociedad por placer, las tareas de reproducción y cuidados nos son impuestas con un fin económico y político a favor de los empresarios y el Estado, claro. Es trabajo no pago.
¡Solo lo en nuestro país el ahorro es de 4 billones de pesos, lo que representa el 16% del PBI!
Es la demanda de estas tareas las que nos empuja a las mujeres madres, y sobre todo a las que somos más jovenes, a trabajos de medio tiempo, a la informalidad, a la precarizacion y a los salarios bajos que no llegan a la canasta básica familiar, a abandonar los estudios, etc.
Sabemos el impacto económico de esta enorme desigualdad naturalizada. Existen ministerios, direcciones y secretarías de la mujer en el Gobierno, sin embargo eso no se traduce en nada concreto que mejore, aunque sea parcialmente, nuestras condiciones de vida. El presuesto del gobierno destina miles de millones FMI ¿y a nosotras? No queremos más discursos vacíos, queremos medidas urgentes.
El reconocimiento de estas tareas y que pase a ser remunerado, acompañado de la implementación de medidas como la socialización de las tareas de cuidados y de reproducción, se hacen necesarias, aún más en este contexto de agudización de la crisis, no solo para liberarnos de la sobrecarga de las dobles jornadas de trabajo, sino también como un avance en la conquista de nuestras demandas históricas. Es un pelea de fondo que tenemos que dar y damos. No, el poder judicial que ampara al Estado femicida no va a resolver esto.
Para pensar la terrible desigualdad que vivimos es importante cuestionar todos los privilegios que el sistema le da a esa minoría que vive a costa nuestra, su riqueza es nuestro hambre. Por terminar con esos dirigentes sindicales vendidos que pactan con el Gobierno y el FMI, pero sobre todo por otra sociedad es necesaria la unidad de todas las trabajadores y trabajadores y la juventud que labura.
Hoy estoy cansada, extenuada física y mentalmente, a expresar eso vine. Pero también puedo transformar todo eso que siento en organización, sabiendo que mi pelea es por el trabajo, la vivienda, el pan, pero también es por las rosas.
Yo quiero pelear por todo. Quiero salir a pelear con vos también por todo. Salgamos este 8M juntes con Pan y Rosas.
PAN Y ROSAS
James Oppenheim, 1911
Mientras vamos marchando, marchando, gran cantidad de mujeres muertas / van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan; / sus espíritus fatigados no conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza / -¡Sí, es por el pan que peleamos, pero también peleamos por rosas!
A medida que vamos marchando, marchando, traemos con nosotras días mejores. / El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad. / Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez que trabajan para que uno repose / -¡Queremos compartir las glorias de la vida: pan y rosas, pan y rosas!
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte;/ los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos / -¡pan y rosas, pan y rosas!