×
×
Red Internacional
lid bot

CUARENTENA 2.0. Desconectados: ¿cómo estudiar en casa sin acceso a internet?

Ante la crisis del coronavirus el Ministerio promueve medidas para mantener el vínculo pedagógico, pero nada dice del acceso a internet, el wifi y los datos no son “para todos”.

Miércoles 18 de marzo de 2020 17:51

Los y las docentes apelamos a las comunicaciones para que la educación pueda seguir en casa. Los avances tecnológicos nos permiten aprovechar este tiempo para continuar con el aprendizaje mediante videos, foros, debates virtuales, etc. Ahora bien, muchos de nuestros alumnos no tienen las posibilidades de acceder a una computadora o celular de calidad y sobre todo a internet.

Este problema que estuvo siempre, se nos aparece ahora como apremiante ya que pone en juego la educación de conjunto. Nos lleva a pensar la necesidad de que las telecomunicaciones sean nacionalizadas y gestionada por las y los trabajadores, junto con comités de usuarios y técnicos especialistas que puedan planificar en función de las mayorías, y no del lucro empresario. ¿Se imaginan cómo cambiaría la vida de los trabajadores y de los más vulnerables teniendo libre acceso a internet?

Te puede interesar: Telecomunicaciones: ¿al servicio de quién?

Mejorar la infraestructura de las redes también es clave, los barrios populares tienen cables viejos sin fibra óptica o conexiones débiles. En las escuelas mismas, para ver un video perdemos un montón de tiempo por la debilidad de la conexión (si tenemos suerte de que haya un televisor o proyector). Los colegios más acomodados, cuentan con muchos más medios haciendo que el aprendizaje sea entusiasmante.

Como sabemos, la escuela es más que un espacio educativo. Diariamente los niños y niñas se alimentan, se abrigan en el invierno, se los asiste en las diferentes problemáticas a las que están expuestos y ante la crisis que estamos viviendo, pierden estas contenciones. Para los padres y madres que luchas diariamente con sus laburos precarios y mal pagos, “Quedarse en casa” se torna un problema y pone sobre la mesa la enorme desigualdad.

¿Qué recursos tienen estas familias para mantener la agenda educativa propuesta por el Estado? Pensemos en viviendas precarias, carencia de servicios, malas condiciones de salubridad, en caso de necesitar asistencia médica no poseen obra social y muchas veces las ambulancias no entran en determinados barrios.

Parece absurdo comparar la necesidad de tener internet con estas condiciones mínimas de supervivencia, pero ¿cómo garantiza el estado que los sectores vulnerables puedan continuar sus estudios?

La década del 90, no solo nos dejó una pauperización de la educación, sino que además vino acompañada de privatizaciones en los servicios públicos. En ese entonces, las docentes tenían que dar clase de informática cuando ni en las escuelas ni en las casas contaban con computadoras, ante lo cual, pretendían que lo hagan con PC de cartón que “simulen” teclados o CPU. Ahora, ante esta crisis sanitaria que estamos viviendo, los docentes tenemos que dar clase por internet, pero sin internet. Siempre, los maestros terminamos cayendo en la propia imaginación para resolver los recursos que el Estado no nos garantiza.

¿Qué pasaría si todos nuestros alumnos y alumnas pudieran acceder libremente a datos? Además de obviamente tener Tablet o teléfonos donde puedan navegar con facilidad. Podrían ver videos didácticos, películas, pensar clases interactivas, es decir, que seguramente estaríamos hablando de otra educación. El punto es por qué las aspiraciones a las que nos condena el sistema capitalista, es que hay que conformarse con un sándwich frío como propone Larreta.

Esta crisis sanitaria muestra la importancia de que se los servicios esenciales no pueden seguir bajo la lógica privada y de la ganancia capitalista. Solo así todas y todos podremos acceder a una vida que valga la pena ser vivida. Para que los trabajadores y trabajadoras, puedan darle a sus hijas e hijos las mejores posibilidades, para educarse y divertirse.