Antidemocráticos siempre. Desde Jujuy hasta la UBA: los métodos feudales del radicalismo

El respeto por las instituciones y la vida democrática que el radicalismo se atribuye a sí mismo es un relato de cartón. En las últimas semanas, fuimos testigos de graves denuncias de fraude electoral en la provincia de Jujuy de la mano de Morales y de ataques violentos a estudiantes en la Universidad de Buenos Aires por parte de las agrupaciones radicales (que responden a Yacobitti y a Lousteau) con el objetivo de suspender las elecciones anuales de centros de estudiantes. En la UBA reproducen la misma política y los mismos métodos que donde gobiernan.

En Jujuy, con Vilca y el FITU, la izquierda hizo su mejor elección a gobernador desde 1983, ubicándose en el segundo lugar en San Salvador. Esto lo hizo, sin embargo, a pesar de las maniobras fraudulentas llevadas a cabo por el gobierno de Morales y el aparato del PJ. El candidato a intendente de la capital y apoderado de la alianza FITU, Gastón Remy -que no pudo ingresar a la Legislatura jujeña en el año 2020 por el impedimento de radicales y peronistas- denunció la rotura y alteración de las boletas y la prohibición de ingreso de fiscales en muchas escuelas el día de la votación. Esta situación también fue alertada por personalidades nacionales de los derechos humanos, organizaciones sociales y referentes artísticos, políticos y sindicales que emitieron un comunicado para alertar frente a estas maniobras.

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Estos métodos no son nada nuevos, en el año 2017, cuando el FIT se impuso en la localidad de Ledesma, directamente se intentó que no se contabilicen los votos para cambiar el resultado a favor de la UCR, además de numerosas irregularidades similares a las que mencionamos arriba. Ésta maniobra sólo pudo torcerse con la movilización popular.

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Para llevar a cabo sus voluntades, el radicalismo no tiene problema en utilizar todo su aparato y los recursos del Estado que tenga a su alcance, transformando su discurso republicano y el “respeto a las instituciones” en solo eso, un discurso. Se comportan como señores feudales, que tienen poder casi ilimitado sobre sus feudos ejerciendo la justicia y siendo la autoridad única. Tanto es así, que la Justicia Electoral jujeña emitió una resolución los días previos a la elección que limita a la fiscalización del proceso eleccionario y que es contraria a la de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la Cámara Nacional Electoral. ¿Respeto por la Constitución Nacional y la división de poderes? Bien, gracias.

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A esto hay que agregar que en esta oportunidad el transporte público fue limitado por parte del gobierno jujeño, para que quienes deban movilizarse a votar dependan de los "aparatos" de los grandes partidos, que usan estos métodos para conseguir votos.

Pero el radicalismo no actúa solo en sus métodos, tiene de aliado al peronismo. Los días previos a la elección jujeña se lanza una operación de prensa a gran escala, realizada por el diario El Tribuno, propiedad del candidato del Frente Justicialista, Rubén Rivarola. Allí se publica un supuesto sondeo, sin cita de encuestadora alguna, mostrando números inverosímiles y queriendo atribuir la representación de la izquierda a figuras ignotas en la provincia.

En la Universidad de Buenos Aires, por su parte, bastión radical, las cosas no son muy distintas. Hace pocas semanas la Facultad de Derecho apareció en todos los medios de comunicación por las imágenes de patovicas a las piñas por la eliminación de las elecciones anuales.

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En esta oportunidad, el radicalismo demostró una vez más que su “respeto por las instituciones” es una mentira e incluso a veces, se le vuelve en su contra. La misma Inspección General de Justicia, en la cuál la Franja Morada inscribió a sus centros de estudiantes, emitió una resolución que declaraba ineficaz la asamblea celebrada en la facultad de Derecho por diversos motivos, entre ellos, “porque la conducción decidió restringir el acceso al salón” donde se realizaba la asamblea.

Las agrupaciones estudiantiles que responden a Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA y diputado nacional por Juntos por el Cambio, que viajó a Jujuy junto a Larreta para celebrar el triunfo de Morales, se encargaron de hacer todo lo que estaba a su alcance para que las autoridades de la universidad puedan auditar a su antojo las elecciones de nuestros centros y también garantizar que se realicen en años dónde no se vote a nivel nacional. Esta es una vía para separarse de la bronca de los estudiantes con los partidos que ellos representan, buscando debilitar a las listas estudiantiles que no tienen representación en el resto de los claustros. Como en Jujuy, el aparato de los partidos se ubica por arriba de la supuesta democracia que ellos defienden. Aquí también con el apoyo explícito de un sector del peronismo y el silencio cómplice de otro.

Pero la cosa no acaba ahí, de la misma forma que el régimen político jujeño no quiere una oposición consecuente de izquierda, en la UBA buscan sacarse de encima las voces disidentes. Eso es lo que pasó en la Facultad de Psicología con persecución y despidos. Las y los docentes de prácticos, Gabriel Abramovici (mtp), Martin Nuevo (mtp), María Clara Olmedo (mtp), licenciada Laura Rossi (mtp) y Nahuel Prado (mtp), fueron notificados de su despido el martes 14 de marzo. La justificación fue explícita: fueron despidos por causas políticas y gremiales, más específicamente por criticar las designaciones a dedo y participar en protestas contra ellas.

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En el año 2017 se demostró que con la movilización popular fue posible tirar abajo el fraude de Morales en Ledesma. En el 2023, a pesar de las maniobras fraudulentas, la izquierda logró ubicarse como segunda fuerza en la capital provincial y tercera en toda su provincia, realizando la mejor elección ejecutiva de la izquierda desde 1983. Estos ejemplos demuestran que es posible enfrentar a estos partidos del régimen que quieren mantener “la casa en orden” para que el ajuste lo paguen los trabajadores y sectores populares.

En la Universidad de Buenos Aires, está por verse quién tiene la última palabra, desde las agrupaciones que impulsa la Juventud del PTS (En Clave Roja, La Izquierda en Derecho, Contraimagen) nos propusimos romper la normalidad de las facultades para que se abra el debate y que no haya ni un sólo estudiante que no sepa de los ataques antidemocráticos en la UBA. Pasamos por cursos, juntamos miles de firmas, hicimos ruidazos, llenamos de carteles los pasillos y las aulas, hicimos videos, repartimos volantes para difundir este avance, impulsamos comisiones para organizar a los estudiantes y participamos de asambleas contra los despidos en musicoterapia en común con docentes. Lo hicimos con dos objetivos: frenar el avance y los ataques de la Franja Morada pero también preparar a un sector del movimiento estudiantil para lo que se viene: una etapa de crisis y de mayor ajuste. Aún falta que se vote en varias facultades de la UBA. Por eso, todos aquellos que quieran enfrentar el avance de las autoridades en la UBA, tenemos el desafío de reforzar esta pelea y mostrar que hay otro movimiento estudiantil posible.