Desde adentro: referentes de derechos humanos denuncian cómo fue la represión en Guernica

Junto a Alejandrina y Pablo, en el predio se encontraba Elizabeth Quintana, también del Serpaj, y Cipriano García, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).

Alejandrina Barry es hija de desaparecidos y referente de la lucha por los derechos humanos, integra del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH) y es legisladora porteña por el FIT-U. Esto nos decía luego de la conferencia de prensa que se realizó hoy junto a las familias que fueron reprimidas y desalojadas.

“Todos habrán visto las imágenes, pero para nosotros que estuvimos ahí desde muy tempranito son imágenes que te quedan guardadas en la memoria para siempre.

Decir la falsedad de que no había chicos, con sus mamás, corriendo, la quema de sus casitas, la quema misma de la comida que tenía la gente. Ni siquiera dieron el aviso como en cualquier desalojo para informar entonces la gente que se quiere retirar se puede retirar.

En el barrio estaba cortado el alumbrado desde las tres de la mañana y nosotros somos testigos de la situación. Con balas de goma a mansalva, tiraban sin ningún tipo de problema, sin miramientos, si había un chico, si había una mamá, incluso nosotros, los organismos de derechos humanos, estábamos informando de la situación y nos empezaron a tirar directamente.

Lo que vivimos fue una situación muy grave. Después, esas topadoras cuando entramos al predio para constatar cómo estaba la situación, esas topadoras que nos hacen acordar a lo peor de la dictadura que es la represión y el desprecio más profundo contra los pobres y eso fue lo que sentimos ese día”.

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Pablo Bres es integrante del Serpaj (Servicio de Paz y Justicia), organismo de encabezado por Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz.
Estuvo también durante el desalojo y nos relató cómo lo vivió.

“Como dijimos, entramos a las cinco de la mañana, habíamos participado ya del censo quince días antes. Conocemos las historias de las familias, las enfermedades, de su desempleo, su angustia, su falta de contención y de políticas públicas inclusivas. Frente a eso a las familias no les quedó otra que o morir o tomar un pedacito de tierra, cuatro palos, literalmente palos, bolsas de consorcio y en ese escenario tratar de desarrollar un poco su vida.

Fue terrible lo que pasó, participamos de un proceso histórico represivo inaudito, yo con mi pequeña trayectoria jamás vi algo así, presencié otros desalojos pero nunca vi 4000 tipos armados disparándole a chicos tirando gases, vivimos una nena de cinco años, llorando, queriendo entrar en la casa de un vecino y estaba tan confundida tan asustada tan traumatizada que se equivocaba de casa, se cayó y otra señora la tuyo que meter. Todo esto lo subimos a todas las redes sociales que pudimos desde el Serpaj.

Y en medio de toda esa desidia, nos encontramos con la solidaridad de los pueblos, de la gente que te abría la puerta. Hay un hombre que lloró mucho en el canal TN, ese hombre, con su mujer embarazada ocho meses en medio del quilombo nos abrió la puerta, nos dio limón, nos lavó la cara y nos dijo “suerte chicos”.
Entonces, cuando la gente se pregunta ¿qué pasó, fue tan así en realidad? Mirá estaba lleno de gente, lastimaron a todo el mundo y la gente en ese infierno te daba una mano.

Los que no nos dieron una mano fueron los del Estado, ellos lo que nos dieron son balas tiros, nos persiguieron, nos alejamos a 4, 5 cuadras del predio y nos seguían cazando con motos a los organismos a los pibes, a las mujeres. Ese no es el mundo que queremos, ese no es el futuro porque detrás de todo este crimen, qué queda para los pibes, así que si estás mirando a esto y te preguntás si realmente fue tan así, pregúntate qué querés para tus hijos, porque hace un par de días fue contra nosotros pero en cualquier momento van a ir contra tus hijos entonces defendámonos ahora estamos todavía tiempo”.