El genocidio en Palestina no ha dejado a nadie indiferente y de las cifras de muertes un alto porcentaje son mujeres y niñes. Con aquello han solidarizado las y los niños que viven en el campamento Dignidad de La Florida y que hace meses vienen participando de la escuelita que trabajadoras de la educación de La Florida y Peñalolén junto a estudiantes de la U de Chile, vienen desarrollando. Una actividad significativa para niñes que están bajo permanente alerta de desalojo de sus hogares, por la policía y el alcalde de derecha Carter.
Miércoles 15 de mayo
Desde hace aproximadamente dos meses trabajadoras de la educación de la agrupación Nuestra Clase y también estudiantes de la agrupación Vencer asisten una vez por semana a la escuelita de la etapa N°2 ubicada en el Campamento Dignidad de la comuna de La Florida, con el objetivo de forjar la unidad entre trabajadores, estudiantes y pobladores al calor de que durante el mes de marzo el alcalde Rodolfo Carter anunció el desalojo de más de 700 familias.
La semana recién pasada se realizó junto a niñas y niños del Campamento una actividad en solidaridad con Palestina, como forma de que desde nuestro rol educativo, no ser indiferentes al genocidio más grande del siglo XXI. Desde octubre del 2023 a la fecha Gaza sigue siendo ocupada y bombardeada por el Estado de Israel a su vez financiado por el imperialismo estadounidense. Solo en Gaza además de los millones de desplazadxs, ha habido más de 65 mil viviendas destruidas, alrededor de 370 escuelas y las cifras de asesinadxs aumenta a más de 34.000 personas palestinas, de ellas más de 12 mil son niñas y niños.
Durante la actividad lxs niñxs de la escuelita debían dibujar o escribir qué les enviarían a lxs niñxs palestinos, como solidaridad con la situación que viven miles de ellxs y explicando el simbolismo de la sandía y sus colores, que quedó a la vista cuando les mostramos la bandera.
Las y los propios niños comentaban cómo se imaginaban la situación en Gaza, desde la perspectiva de que niños y niñas están siendo desplazados de sus territorios, viéndose vulnerados sus derechos más básicos como el derecho a jugar, a tener una familia, salud, educación y un hogar. Y rápidamente comentaban lo “injusta” que es esta situación “porque ellos no es que decidan irse, los están echando”.
Decoramos la sandía con pepitas que eran lo que querían enviar a los y las niñas palestinas, donde aparecieron objetos como casas, refugios, camas, juguetes y también frases de solidaridad: “que ellos tuvieran libertad”, “que sigan adelante con sus familias”, “una casa para ellos y el amor de sus padres”, “que puedan estudiar y ser grandes”.
Desde la escuelita que se viene levantando y junto a la agrupación anticapitalista de trabajadorxs de la educación Nuestra Clase invitamos a que muchos más espacios educativos tomen hablar de Palestina y realicen solidaridad activa con lo que está ocurriendo. Además, estarán haciendo actividades comunes junto al reciente Comité educativo Pro Palestina.
