El año 2014 se ingresaron dos proyectos que pretendían modificar la persecución penal del cultivo y el consumo de marihuana. Pero estas iniciativas quedaron estancadas, luego de sus primeros avances en el congreso.
Sábado 11 de junio de 2016
En Julio y Agosto del 2014 ingresaron al congreso los proyectos de modificación del Código Sanitario y de la Ley 20.000 (sobre sanciones al tráfico ilícito de drogas). Ambos proyectos, representados en los boletines 9471-11 (para legalizar el consumo privado) y 9496-11 (que pretende despenalizar el expendio y autocultivo medicinal del cannabis) fueron posteriormente refundidos en un solo proyecto.
El proyecto original contemplaba el autocultivo de hasta 6 plantas por persona, la autorización para su uso medicinal y un porte máximo de 10 gramos para consumo privado. Este proyecto fue aprobado en Julio del 2015 por 68 votos a favor, 39 en contra y 5 abstenciones.
La aprobación no estuvo exento de criticas a la ausencia del gobierno en el debate, quienes para remediar presentaron en el mes de noviembre diversas modificaciones que restringían el alcance de los proyectos originales. Producto de estas indicaciones se le solicitó informe a la Corte Suprema, quien evacuó tal informe el 30 de Diciembre.
Vale resumir que, habiendo sido presentado, aprobado y posteriormente restringido, este proyecto sigue durmiendo en el parlamento, mientras el sistema penal y las cárceles se atochan de jóvenes, quienes fundamentalmente son los perseguidos por este tipo de normas, mientras el narcotráfico se mantiene impune.
La esperanza de esta reforma no puede depositarse en el pantano parlamentario, sino que se debe conquistar en las calles, como con las movilizaciones que año a año suman más adherentes por la despenalización.