×
×
Red Internacional
lid bot

Juicio y castigo a los responsables de la represión. Después de 49 años: restos de ejecutados políticos de Tocopilla son sepultados por sus familias en Copiapó

Agustín Villarroel y Luis Segovia fueron despedidos por la comunidad de Copiapó con un masivo homenaje el pasado 21 de mayo. Después de 49 años sus restos fueron identificados y confirmados por sus familiares tras una larga espera de identificaciones, juicios a los responsables y un extendido duelo.

Viernes 27 de mayo de 2022

Foto: Jessica Acuña.

El pasado viernes 20 de mayo los restos de Luis Segovia Villalobos y Agustín Villarroel Carmona fueron entregados a sus familiares en el Servicio Médico Legal de Atacama. Tras una larga espera de confirmar la identidad de sus restos, sus familiares pudieron dar por término el duelo extendido por casi cinco décadas.

Agustín Villarroel y Luis Segovia, oriundos de Copiapó, fueron detenidos en Tocopilla entre septiembre y octubre de 1973. Sus restos fueron encontrados en 1990 en la mina "La Veleidosa", a 15 kilómetros al norte de Tocopilla con evidentes signos de haber sido dinamitados sus cuerpos.

Caravana de la muerte

El "caso Tocopilla" engrosa el listado de ejecuciones y detenciones durante los primeros meses de la dictadura cívico militar, el cual iba dirigido a trabajadores de sectores estratégicos, campesinos que se encontraban sindicalizados en proceso de asentamiento por la reforma agraria, dirigentes estudiantiles y militantes de partidos políticos.

Agustín Villarroel tenía 34 años, era dirigente sindical y militaba en el Partido Comunista. Encontrándose de paso por la ciudad de Tocopilla se entregó en la Comisaría de Carabineros de la ciudad con la intención de que la represión no persiguiera a sus colegas y compañeros. Sin embargo, ese mismo día, 6 de octubre de 1973, los agentes del Estado le dieron muerte.

Luis Segovia tenía 28 años, era ingeniero y militante del Partido Socialista. Tenía el cargo de Supervisor de la Corporación Nacional del Cobre, división Chuquicamata, planta Termoeléctrica de Tocopilla. Fue detenido el 12 de septiembre de 1973 en su lugar de trabajo por Carabineros, recluído en la cárcel y sometido a proceso en la Fiscalía de Carabineros. Fue sacado del recinto carcelario durante los primeros días del mes de octubre de 1973 y llevado a la mina La Veleidosa donde se ejecutó.

Reencuentro con la familia y la comunidad

En 1975 un grupo de pirquineros encontró restos humanos en la mina La Veleidosa dando aviso de los hallazgos. Sin embargo, los restos fueron nuevamente dinamitados, impidiendo la búsqueda. A petición de un familiar, en junio de 1990, la Comisión de Derechos Humanos de Tocopilla interpone una querella por inhumación ilegal, solicitando diligencias para indagar en la mina. Entre junio y octubre de ese año se exhuman los restos de cuatro personas. Se identifican los cuerpos de Carlos Garay, Luis Segovia y Agustín Villarroel. Posteriormente en 1991 es identificado y entregado a sus familiares para su sepultación Claudio Tognola Ríos. Sin embargo, los restos entregados resultaron erróneos, por lo que las familias vuelven a la espera de confirmar los restos de sus seres queridos.

El pasado 21 de mayo los familiares y la comunidad de Copiapó sepultaron a Luis Segovia y Agustín Villarroel con la certeza de que son los restos de sus seres queridos.

Se realizó un acto conmemorativo en la plaza de Copiapó, evento que fue muy emotivo y contó con una masiva asistencia en la cual estuvo presente la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Santiago, el Comité de Derechos Humanos de Tocopilla, organizaciones de mujeres como UDEMA, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.

Ivonne Villalobos Segovia, prima de Luis Segovia, contó que de acuerdo al testimonio de un militar ofrecido en secreto, supo que su primo fue arrojado vivo a la mina en Tocopilla, y destacó los años de lucha por obtener la verdad que su familia y ella misma ha mantenido, y el gran sufrimiento que han experimentado durante todos estos años. Mientras que Mario Silva, Presidente de la Agrupación de Familiares y Amigos de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Atacama, dio cuenta de la falta de justicia en los procesos por violaciones graves a los derechos humanos, indicando que en estos dos casos, como en muchos otros, aún no hay justicia plena.